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Exigen padres de la José Martí en la capital un espacio para clases mientras se determina el riesgo en la escuela

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Integrantes de un comité de padres de familia de la primaria José Martí, en Chilpancingo, exigieron a las autoridades educativas que asignen un espacio seguro y apropiado para el aprendizaje de los alumnos que fueron desalojados de seis aulas, con el sismo del 20 de marzo, y que reciben clases en el patio y pasillos de la escuela.
En representación del comité de padres del grupo de tercero B, María Guadalupe Barrera Hernández, informó que las autoridades educativas aseguraron que durante las vacaciones de Semana Santa se construirían cubículos en el patio para aislar el ruido y los alumnos tuvieran mejores condiciones de estudio.
Pero éstos no se levantaron y los niños siguen recibiendo clases en el patio desde el sismo, donde la acústica obliga a los maestros a alzar la voz y, aun así, no lo escuchan todos los alumnos, que se distraen mucho en los espacios abiertos.
Consideró que las instalaciones representan un riesgo para los alumnos, porque la escuela recibió dos dictámenes de Protección Civil estatal y municipal, donde inhabilitaron seis aulas y obligó a los docentes a sacar a los niños de tres edificios, aunque una nueva opinión del Instituto Guerrerense de Infraestructura Física Educativa (IGIFE), dice que los edificios pueden seguir siendo ocupados.
La directora del plantel, Rafaela Álvarez, aclaró que el IFIGE aún no entrega el dictamen que realizó con peritos del Instituto Nacional de Infraestructura, y que permitiría obtener recursos del Fondo de Desastres Naturales para las escuelas afectadas por el sismo, pero se le dijo verbalmente que los inmuebles afectados pueden seguir siendo utilizados.
Sin embargo, dijo que los padres de familia decidieron que los niños no subieran a las aulas hasta tener certeza de la información, que resultó contradictoria.
La madre de familia también cuestionó la actitud de la directora que continuó laborando, sin tener certeza de los riesgos para los alumnos, con el argumento de que no puede suspender clases, y anunció que los padres van volver a protestar en las calles para exigir la atención de las autoridades, que dijo, “sólo responden a la presión”.
Por otro lado, en el jardín de niños Luz y Alegría, ubicado atrás del Zoológico en Chilpancingo, y que fue deshabilitado tras el sismo del 20 de marzo –a pesar de que existen dictámenes de riesgo desde 2010–, los alumnos aún no regresan a las aulas porque no tienen un espacio donde continuar sus labores.
La directora del plantel, Silvia Guadalupe Olmos Calvo, informó que están revisando las condiciones de la renta de un local, donde trasladar sus materiales y notificar a los padres de familia, pero que tienen que revisar con la Secretaría de Educación Guerrero.
Mientras que la Preparatoria 1 de la Universidad Autónoma de Guerrero en Chilpancingo, que también se fue afectada con los sismos de 20, y donde se preveía la instalación de aulas provisionales para concluir el ciclo escolar, no tuvieron clases, pero por un motivo diferente: la institución no regresó a clases con el calendario escolar de la Secretaría de Educación Pública. Se incorporan el día de mañana.

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