Cambia el obispo al párroco de Esquipulas en Ciudad Altamirano

 * Garfias Merlos envió a Daniel Rodríguez a Tlatlaya, estado de México

 Gregorio Urieta, corresponsal Ciudad Altamirano * Finalmente el presbítero Daniel Rodríguez, párroco de Esquipulas, un barrio de esta ciudad, fue transferido a la parroquia de Tlatlaya, estado de México, en donde este sábado el obispo de la diócesis de Altamirano, Carlos Garfias Merlos, le dio posesión.No hubo la despedida del sacerdote que organizó a la comunidad para construir el edificio parroquial; ni siquiera vino a este lugar en donde los feligreses se organizaron con música, comida y una misa.Hasta ese día el párroco seguía de vacaciones en Toluca, y decidió suspender su asistencia al festejo de despedida luego de que supo que sus fieles pretendían encerrarlo en las oficinas de la parroquia para obligar a Garfias Merlos a cambiar su decisión. Pero el sábado no hubo ni opositores ni aquellos que querían despedirlo y acompañarlo hasta su nueva parroquia.Uno o dos feligreses llegaron a preguntar la hora de su salida, pues algunos iban a acompañar al padre Daniel a su encuentro con la feligresía de Tlatlaya.Hace más de un mes, la noticia de que el padre Rodríguez sería transferido a aquella parroquia generó un movimiento popular en contra de la disposición del obispo Carlos Garfias Merlos. Los inconformes aducían que no era justo que después de haber logrado la construcción de un moderno edificio y la estructuración de la red de feligreses para la evangelización en las comunidades pertenecientes a la parroquia, lo cambiaran a aquel lugar.Cientos de feligreses le pidieron al obispo Garfias que reconsiderara esa decisión y que dejara al sacerdote disfrutar por lo menos un año de su obra.La posición del obispo sólo cambió aceptando que fuera otro sacerdote el que supliera a Daniel Rodríguez, pues los feligreses señalaban que el obispo quería quedar bien con el presidente del Episcopado  Mexicano, Jesús Morales Reyes, al poner en esa parroquia a su hermano Francisco.Pero su decisión de cambiar a Daniel fue invariable y sólo aceptó dialogar con aquellos que ocupaban algún cargo en la estructura parroquial, aunque la mayoría  de los opositores son feligreses de la parroquia.