Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Moisés Alcaraz Jiménez

¿Quién ganó el debate?

En un debate político electoral poco tiene que ganar quien encabeza las preferencias ciudadanas y mucho que perder al exponerse a ser el centro de los ataques de sus adversarios, quienes sí ven en este tipo de confrontaciones la posibilidad de incrementar su escasa presencia electoral.Al parecer el debate del miércoles en Acapulco no es el caso, pues es seguro que los potenciales votantes no fueron electoralmente impactados de tal manera como para que muchos de ellos estén pensando ahora en cambiar su intención del voto. Aunque se afirma que en un encuentro de este tipo necesariamente tiene que haber un ganador, esta es la excepción y los dos punteros, Alberto López Rosas y Ernesto Rodríguez Escalona, conservan sus posiciones y no se observa que por este debate hayan cambiado su ubicación electoral o vayan a ser superados por alguno de sus competidores.

De los que marchan a la saga de la contienda, solo Luis Waltón aprovechó la ocasión para fortalecer su presencia sobre los otros dos candidatos que van muy atrás de él, no obstante que su discurso sonó al viejo PRI y su oratoria fue muy atropellada, lo cual dificultó la claridad de sus mensajes y la buena recepción de los oyentes.El candidato del PAN, Jorge Pérez Villanueva, se aprecia sumamente alejado de los demás. Confirma la percepción general de que es el aspirante más débil y se reitera que este partido tenía mejores cartas para este proceso electoral.El encuentro se llevó a cabo dentro de los marcos de la civilidad política y la cordialidad mínima requerida para desarrollar un debate de altura, a pesar de la lamentable actitud golpeadora y soez de Alberto Mojica, que mantiene odios y rencores contra su ex partido (el PRD, porque antes también militó en el PRI) y contra quien lo superó con amplio margen en la lucha por la candidatura.

Mojica reafirmó su proclividad a lanzar ataques personales e insultos no sólo a los demás contendientes, sino a sus familiares también. De ahí a la guerra sucia hay sólo un paso ¿Se rebajará a ese nivel el PT? ¿Sabe este partido a qué intereses serviría de descender hasta esas alcantarillas de la política? ¿Permitirán los dirigentes petistas estatales y nacionales que su emblema y presencia dentro de los sectores progresistas de Guerrero se exponga al descrédito y desprestigio? Regresando al comentario inicial, además de la reducida difusión de este debate, contribuye a que los candidatos no varíen su posición entre el electorado el hecho de que las propuestas en un encuentro de este tipo (cinco participantes con un tiempo muy reducido) no son indicativas de la superioridad que alguno de ellos pueda tener, primeramente porque nadie en tan poco tiempo puede exponer sus planteamientos a detalle y más que propuestas caen entonces en el terreno de los buenos deseos, sin llegar a constituir cuando menos esbozos de programas y proyectos que no sólo incluyan el qué, sino el cómo, con qué y cuándo se van a realizar las obras propuestas, que por su magnitud y escasez de recursos para llevarlas a cabo, se vuelven parte de la demagogia propia de los tiempos electorales.

Por otro lado, nada difícil resulta hacer un catálogo de necesidades sociales, que las hay por miles en estados y municipios de extrema pobreza como el nuestro, e igualmente proponer un sinnúmero de soluciones sin sustento financiero. El resultado son propuestas similares con muy pocas variantes no obstante provenir de posiciones diferentes.De este debate sobresalió también el reconocimiento que Luis Walton, Alberto Mojica y el propio Ernesto Rodríguez Escalona hicieron del gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo. Y a pesar del señalamiento hecho por los tres de que el PRD no debe apropiarse, ni es heredero de la obra del actual alcalde, quieran o no el único beneficiario será Alberto López Rosas, quien entre sus principales promocionales y actos de campaña ha reiterado precisamente que él será el continuador de la administración zeferinista, de la que muy pocos acapulqueños pueden sentirse insatisfechos.Poco o nada extraordinario sucedió en este debate que haga variar las percepciones electorales de la ciudadanía. Los únicos con reales posibilidades de triunfo siguen siendo López Rosas y Rodríguez Escalona. Una confrontación de ideas, programas y proyectos sólo entre ambos, es lo que ayudaría a conocer quién de los dos es el mejor.Entre cinco participantes se diluye la atención ciudadana, hay un desequilibrio entre contendientes de muy diverso peso político, no se confrontan fuerzas electorales iguales y en general se distorsiona y deforma la esencia y fines de un verdadero debate.Tendría que ser un encuentro mayormente publicitado y más difundido, de tal manera que llegue a un número más alto de votantes y tenga un mayor impacto electoral.  El esfuerzo realizado por el grupo ACA tiene sus méritos que todos debemos reconocer.  Sería conveniente dar un segundo paso.

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