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Toma el Cecop planta de la CAPAMA; roces con militares y policías

*Unos 200 opositores a La Parota apagaron las bombas del sistema Papagayo II

*Exigen la liberación de un compañero detenido el jueves y la cancelación de órdenes de aprehensión

*Llegan marinos, soldados y policías estatales en plan de desalojarlos, pero fueron replegados

*Van el encargado de la Codehum y funcionarios estatales a dialogar y se comprometen a revisar el caso del joven arrestado

Toma el Cecop planta de CAPAMA y moviliza a soldados y policías

*Unos 200 opositores a La Parota llegaron la mañana de ayer a las instalaciones de Papagayo II que abastece al 40 por ciento de la ciudad y apagaron las bombas. Exigen la liberación de un compañero detenido el jueves y la cancelación de órdenes de aprehensión. Llegan marinos, soldados y policías estatales en plan de desalojarlos, pero los comuneros los reciben con palos y machetes y los repliegan al camino principal, donde instalaron retenes. Van el encargado de la Codehum, Ramón Navarrete y funcionarios estatales a dialogar, pero se retiran sólo con la propuesta de revisar el caso del joven arrestado

Mariana Labastida

Unos 200 integrantes del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a La Parota (Cecop) tomaron ayer por la mañana las instalaciones de la planta captadora de agua de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA), Papagayo II, ubicada en la comunidad de Salsipuedes, la cual abastece al 40 por ciento de la ciudad, y tres horas y media después del hecho unos 200 marinos y policías estatales llegaron con la intención de desalojarlos.
Por más de seis horas, los policías estatales antimotines permanecieron en el camino principal donde los replegaron los opositores, con momentos de tensión ante la tentativa de ingresar a las instalaciones de CAPAMA y resultando en enfrentamientos verbales. Algunos opositores fueron agredidos e incluso encañonados cuando se interpusieron al paso de los policías estatales, e ingresaron a una huerta que rodea la planta de captación.
Por la tarde llegó el encargado de despacho de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum), Ramón Navarrete Magdaleno, a hablar con los opositores a La Parota, y lo acompañaron para resguardarlo el secretario de Seguridad Pública estatal, Leonardo Vázquez Pérez, y el asesor del gobierno del estado, Ernesto Aguirre Gutiérrez; éstos se retiraron hora y media después sólo con el compromiso de que van a revisar el caso del opositor detenido el pasado jueves, José Palma Tornez.
Por la noche, marinos, soldados y policías estatales se replegaron a la salida del pueblo, más allá del panteón, donde instalaron un retén en el que revisaban a todos los que pasaban por ese camino.
Mientras que los opositores a La Parota amenazaron con “quemar” las instalaciones de CAPAMA si se llega a “matar o a aprehender” a alguno de ellos.
A las 10 de la mañana los integrantes del Cecop se instalaron en el camino que lleva a la planta Papagayo 2, el cual es parte de la huerta de uno de los trabajadores y opositor a la presa; las mujeres se cerraron la reja para evitar el paso, mientras que los hombres ingresaron a las instalaciones de la CAPAMA pidiendo al guardia que abriera la puerta y los dejara pasar sin hacer ningún destrozo.
En el interior le solicitaron a uno de los trabajadores que informara que las instalaciones estaban tomadas y que querían una mesa de diálogo. A las 10:30 de la mañana, cuando les habían dado una respuesta de quien iría, apagaron la primera de las cinco bombas que funcionaban y luego las otras durante la siguiente hora. La última la interrumpieron después de dialogar con el encargado de Captaciones y Conducciones de la CAPAMA, Juan Carrillo Miranda.
El vocero del Cecop, Marco Antonio Suástegui Muñoz, le expuso el funcionario que era una situación delicada y que no estaría a su alcance, sin embargo lo veían como el conducto para que llevara el mensaje a quien pudiera instalar una mesa de diálogo con el gobierno estatal y municipal, primero para solicitar la liberación del opositor José Palma Tornes, detenido el pasado jueves por el delito de tentativa de homicidio y acusado por familiares de Domingo Bailón.
Otra demanda era que se retiren las órdenes de aprehensión contra los opositores y que las autoridades cumplan con las obras de infraestructura de agua y caminos que se comprometieron después del paso de la tormenta tropical Manuel.
Suástegui Muñoz ofreció que se firmara un documento con quienes acudieran, en el que se indicara que no fueron agredidos, ese era el compromiso.
Dos horas después de que se fue el funcionario de CAPAMA con el mensaje, comenzó a sobrevolar el área un helicóptero de la Fuerza Aérea, al cual las mujeres mostraban los palos con los que se armaron como una forma de correrlos.
A los pocos minutos llegaron tres camionetas con marinos y el camión de la Policía Estatal con antimotines, que fueron recibidos por los inconformes a gritos de que se fueran. Allí los ánimos se encendieron y les aventaron dos piedras, mientras unos a otros los opositores se pedían mantener la calma y no agredir para que no los agredieran.
Diez minutos después de la llegada de los primeros vehículos regresaron nuevamente pero con cuatro camionetas más de la Policía estatal, las cuales estacionaron frente al jardín de niños.
Allí un grupo de marinos, de acuerdo con sus chalecos antibalas que llevaban la palabra “Armada”, ingresaron por el cerro a una de las huertas que rodea las instalaciones de CAPAMA.
Cuando los opositores se dieron cuenta de que se estaban metiendo los marinos en el terreno se les pusieron en frente, mientras que el que iba al mando del grupo, el coronel Juvenal Cortés González, llamaba a los policías estatales armados y a los antimotines a ingresar e ir contra los integrantes del Cecop que se iban agrupando frente a ellos para detenerles el paso.
El coronel avanzó con la mano al frente queriendo hacer hacia atrás a los opositores que permanecían en su lugar evitando el avance de los marinos y policías, a quienes les gritaban que no iban a entrar, que las tierras eran de ellos, que querían que liberaran al detenido.
Había un grupo de antimotines fuera de la reja que amenazaba con entrar y era enfrentado por mujeres detrás de la misma, y otro que se movía dentro de la huerta cerca de la valla que rompieron para ingresar y el otro grupo era de marinos.
Al ingresar algunos policías estatales encañonaron a los opositores para amedrentarlos y que se replegaran para seguir avanzando; también marinos subieron sus armas e incluso, según denunciaron los pobladores, se escuchó cuando cortaron cartucho, mientras el coronel al frente decía que ingresarían porque los pozos de agua son un bien nacional por eso estaban ahí para protegerlos.

Las agresiones

A una de las opositoras, según dijo, un policía la golpeó con su arma en la cintura, y la preocupación era que ésta tiene un mes de embarazo y empezó a tener molestias.
También a esta reportera el coronel a cargo le ordenó que no tomara fotografías cuando los policías y marinos grababan con celulares y cámaras digitales los rostros de quienes trataban de evitar que los efectivos ingresaran a la huerta.
Algunos policías intentaban dialogar con los opositores diciéndoles que ya iba a llegar quien negociaría con ellos, y otros reaccionaron golpeando y quitándole los palos a las mujeres, lo cual provocó que se enojaran más y no dejaran de gritarles: “delincuentes”, “váyanse a cuidar a los narcos que es lo que hacen”, “aquí no tienen nada que hacer”, “si entran no tenemos armas pero con los machetes nos defenderemos”.
Los policías estatales, antimotines y marinos comenzaron a replegarse y a salir de la huerta para quedar en el único camino de acceso a la comunidad, y desde ahí el subsecretario de Seguridad Pública, Juan José Gatica Martínez, les pedía a los opositores que presentaran a su líder para dialogar: “¿quién es su líder?” preguntó y luego pidió que fuera para que conversaran, a lo que los integrantes del Cecop respondieron que no tenían un dirigente y que todos tomaban las decisiones.
“Tanta gente armada para ver los pozos, tanta gente va a ir a ver el pozo, pues qué creen que somos”, le reclamó un opositor a Gatica Martínez, que insistía en que le permitieran ingresar para ver el estado de las instalaciones de la CAPAMA.

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