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Bajo estricas medidas de seguridad, bendijo el Papa a la Virgen marina

 * El arzobispo de Acapulco y los integrantes del comité de restauración no pudieron presenciar el acto * La estatua partirá de la Basílica de Guadalupe el próximo 3 de agosto para hacer un recorrido por los poblados a orilla de la carretera hasta llegar al puerto * Llevará bendiciones a las tierras guerrerenses: Aguirre Franco

 Ossiel Pacheco, enviado, ciudad de México * Al término de la misa de canonización de Juan Diego, el papa Juan Pablo II dio ayer, en la sacristía de la Basílica de Guadalupe, la bendición a la efigie de bronce de la Virgen de los Mares, que será sumergida en el mar cerca del islote de la Yerbabuena en Acapulco.En un acto discreto que fue trasmitido brevemente por la televisión, el obispo de Roma –quien llegó el martes pasado a la ciudad de México para canonizar a Juan Diego y beatificar a los mártires Juan Bautista y Jacinto de los Angeles–, bendijo a la Virgen de los Mares, que desde el jueves pasado permaneció en el santuario mariano bajo estrictas medidas de seguridad.Fuera de agenda, el pontífice, visiblemente agotado, roció el agua bendita a la estatua, a su paso por la Sacristía de la Basílica.Integrantes del Comité Pro Restauración de la Virgen de los Mares –el párroco de Tambuco, Juan Carlos Flores Rivas, presidente de este patronato, así como el buzo Beto Fares y el ex contralor municipal Rubén Huerta– asistieron a la misa de canonización del indio Juan Diego, a invitación de la Arquidiócesis de Acapulco, pero no pudieron estar presentes en el momento de la bendición papal.Ni el arzobispo Felipe Aguirre Franco atestiguó ese momento, pues las medidas de seguridad en torno a Juan Pablo II, a cargo de miembros del Estado Mayor Presidencial (EMP) y de la Policía Federal Preventiva (PFP), eran extremas; tanto, que ni los mismos jerarcas católicos pudieron estar cerca del llamado papa viajero.Tampoco pudo estar la titular de Fomento Turístico del gobierno del estado, Guadalupe Gómez Maganda, quien forma parte del patronato de la Virgen de los Mares, y aportó recursos públicos y personales para llevar a cabo la restauración de la efigie, que fue extraída del mar ya dañada por salinidad.La funcionaria estatal asistió a la Basílica de Guadalupe como feligrés a la misa papal, no como invitada por el gobierno federal, pues los gobernadores y funcionarios estatales convocados por el presidente Vicente Fox llegaron en autobuses especiales y ocuparon lugares cercanos al altar dentro del recinto guadalupano.También la delataba la informalidad con la que llegó, como lo hicieron los católicos que obtuvieron boletos mediante sorteo o mediante gestiones en las demarcaciones eclesiásticas de sus estados.El gobernador René Juárez Cisneros no asistió, como sí lo hicieron mandatarios estatales de filiación priísta, como Arturo Montiel, del Estado de México; Patricio Martínez, de Chihuahua, y Miguel Angel Yunes, de Hidalgo, entre otros.Entre los asistentes estuvo la esposa del mandatario guerrerense, Mirna Acevedo de Juárez, presidenta del DIF estatal, pero en calidad de feligrés.El acto de la bendición papal a la Virgen de los Mares sólo consta en fotografías tomadas por el reportero gráfico oficial de Juan Pablo II, Arturo Marí, del periódico católico El Observador Romano.El arzobispo Aguirre Franco dijo en entrevista que la bendición papal a la Virgen de los Mares representa llevar la abundancia de Dios a Acapulco.“La bendición del papa Juan Pablo II a la Virgen de los Mares llenará de bendiciones a las tierras guerrerenses, especialmente a Acapulco”, opinó.Informó que la Virgen de los Mares, elaborada en bronce por artesanos de Tierra Caliente que radican en la ciudad de México, ya bendecida por el Papa, va a partir de la Basílica de Guadalupe el próximo 3 de agosto para hacer un recorrido por los poblados a orilla de la carretera hasta llegar a Acapulco.Confirmó que el 18 de agosto, el nuncio apostólico Guissepe Bertello, embajador de El Vaticano en México, va a recibir y dar la bienvenida a la efigie con una misa en el Centro Internacional Acapulco (CIA).

 Unos 500 guerrerenses en la misa de Juan Diego

 A la misa que presidió Karol Wotyla la mañana de ayer en la Basílica asistieron unos 30 mil católicos, que ocuparon el recinto guadalupano, dentro y en el atrio, y altos dignatarios de la Iglesia católica del continente americano y de la curia vaticana, así como el presidente Fox, su esposa Marta Sahagún, miembros de su gabinete, diputados y gobernadores del PAN y del PRI.Acudieron también laicos de todos los estados y representantes de etnias indígenas, entre ellos amuzgos, tlapanecos, mixtecos y nahuas de las cuatro etnias del estado, quienes portaban vestimenta típica y llevaron artesanías fabricadas por ellos para el pontífice.Del estado de Guerrero asistió a la misa una delegación de unos 500 católicos de las cinco diócesis asentadas en la entidad, que encabezaban los prelados católicos de la Región Pastoral Sur, párrocos, seminaristas, religiosas y laicos, entre mestizos e indígenas.Dispersos, los feligreses guerrerenses ocuparon asientos entre los 8 mil ubicados dentro de la Basílica, así como en el atrio, donde instalaron 16 mil sillas, y presenciaron la canonización mediante dos pantallas gigantes que ahí se instalaron.Otro contingente similar del estado de Guerrero asistirá hoy a la beatificación de los mártires de San Francisco Cajonos, Oaxaca, que también presidirá el Papa, al término de cual partirá a Roma.Como integrantes del Episcopado Mexicano asistieron los obispos Alejo Zavala Castro, de Tlapa; Salvador Huerta, de Lázaro Cárdenas; Efrén Ramos Salazar, de Chilpancingo-Chilapa; Carlos Garfias Merlo, de Altamirano, y Aguirre Franco, de Acapulco. No asistió el arzobispo emérito Rafael Bello Ruiz, quien se encuentra en reposo en el hospital católico Sagrado Corazón de Jesús, en el puerto de Acapulco.“México necesita de sus indígenas, y los indígenas necesitan de México”, dijo el pontífice para remarcar que la canonización del indio Juan Diego acerca a la Iglesia católica y al Papa a los indígenas.Una delegación de jóvenes católicos de Acapulco participó en la velada que organizó la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis Primada de México, a cargo del obispo auxiliar Felipe Tejeda García. El encuentro comenzó la tarde del martes en el Zócalo capitalino.Esta jornada de oración, cantos y conciertos culminó ayer, después de que Juan Pablo II, antes de llegar a la Basílica, recorrió en el papamóvil la plancha del Zócalo de la ciudad de México. Los jóvenes católicos, encabezados por el párroco Gregorio Ríos Fajardo, también participan como voluntarios en la valla humana en torno a las vialidades que el papa ha recorrido por la ciudad de México en esta su quinta visita pastoral.Un día antes, por la tarde, los prelados guerrerenses asistieron al hangar presidencial en el aeropuerto de esta capital para recibir al papa Juan Pablo II, quien llegó en un vuelo procedente de Guatemala, donde canonizó al misionero Pedro Betancourt.

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