Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

CARTAS (Pide a la comunidad cultural ser menos crítica y más propositiva)

 Señor director:

Con toda atención solicito un espacio para  hacer algunos comentarios acerca del intento de un grupo de la comunidad cultural de Acapulco para que el pueblo conozca los proyectos e ideas de los diferentes candidatos aspirantes a la presidencia municipal, en relación a lo que piensan hacer para elevar el acervo cultural.De inicio, mi reconocimiento por su esfuerzo, pero les sugiero que limpien el cristal con el que visualizan la cultura que quieren  impulsar, siendo más propositivos que críticos y además modestos. Recuerden que un gobernante y aspirante tiene que priorizar las necesidades de sus habitantes y de ninguna manera puede desligar lo cultural de lo económico o de otro aspecto, la comida típica de un pueblo es parte de su cultura. Otro ejemplo, no se le puede culpar a un subempleado que prefiera llevar a sus hijos a una función de lucha libre o que dedique horas y horas a enajenarse más con la programación de la televisión comercial con programas tan aberrantes como Big Brother, entre otros, a que asista a una obra teatral o que lea un buen libro.Quienes quieran o queramos participar en este rubro, debemos colaborar para elaborar un proyecto realista, rescatando lo valioso de los diferentes candidatos y de la  sociedad, pensando siempre en el presupuesto raquítico. Las grandes culturas han sido elitistas, la cultura griega no la disfrutaron los esclavos, que nunca supieron quien fue Sófocles o Esquilo; la plebe inglesa vivió y murió sin conocer a Shakespeare. Aquí mismo, ¿quién tiene para asistir a las Jornadas Alarconianas?No seamos ilusos, al capitalismo no le interesa la cultura, al menos la cultura popular. Olvídense del subsidio señores, si es ese su interés, tal vez algún puesto burocrático, pero si de veras quieren impulsar  la cultura popular queda una opción, hacer la cultura con el pueblo, en las calles, en el campo, rompan el muro, pero no lo que queda del muro del teatro Domingo Soler, el otro muro, el de la conciencia de clases.

 Atentamente
Profesor Francisco Alegría Román.

468 ad