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Aguirre: la canonización de Juan Diego, impulso para reconocer al indígena

* Nuestro mundo no va a cambiar con el rostro de un pasamontañas ni empuñando una metralleta ni esgrimiendo el machete, asegura

Ossiel Pacheco * En su homilía dominical, el arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco, dijo que la canonización del beato Juan Diego, por parte del papa Juan Pablo II, podría ser un impulso para lograr el reconocimiento de la dignidad de los indígenas, de su derecho a ser distintos, de su lugar en la sociedad y dentro de la iglesia.

Este domingo, Aguirre Franco no ofició la misa en la catedral de Nuestra Señora de la Soledad, pero dejó a los reporteros la homilía que dedica a la quinta visita del Papa a la ciudad de México, donde este miércoles presidirá la misa de canonización del beato Juan Diego, y un día después beatificará a los mártires de Cajonos, Oaxaca.

Aguirre Franco, quien viajó desde el sábado pasado a la ciudad de México para estar pendiente de los preparativos de la visita papal, en su mensaje pastoral dijo que la Iglesia espera que se reconozcan más plenamente los derechos de los indígenas.

“Pero lo definitivo es que lleguen a ser santos y estar con Dios en la tierra, pero si las leyes avanzaran más y por fin los indígenas salieran de la postración en la que se encuentran y lograran un estilo de vida de primer mundo, aunque sin Dios, sin fe, sin vida eterna, sin vida comunitaria, se quedarían más pobres de lo que están”, asentó.

Dijo que el papa Karol Wojtyla, a pesar de su quebrantada salud y el peso de los años, sigue ejerciendo el ministerio papal en el mundo.

Asimismo, defendió la canonización de Juan Diego y de los mártires de Oaxaca, “y por ello la iglesia los pone en los altares, porque son ejemplo para los indígenas, para los mestizos y a los de cualquier raza”.

Sostuvo que los mártires de Cajonos no fueron traidores de su pueblo y a su cultura, pues iluminados por el Evangelio supieron distinguir qué beneficiaba y que perjudicaba a sus semejantes, “por ello denunciaron las prácticas idolátricas, porque comprendieron que dañaban a la comunidad”.

“Nuestro mundo no va a cambiar con el rostro de un pasamontañas ni empuñando una metralleta ni esgrimiendo el machete de la inconformidad. Solo cambiará cuando dejemos la confusión, del odio, la anarquía, los gritos, los denuestos y las descalificaciones”, recomendó.

Llamó a los feligreses a no quedarse con lo anecdótico o lo circunstancial de la visita del Papa a México ni a fijarse sólo en las limitaciones corporales del pontífice, sino a aprehender de él.

Por su parte, la Arquidiócesis difundió ayer el mensaje de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) a propósito de la quinta visita de Juan Pablo II, en el cual los obispos de México llaman a los católicos a recibir al Papa, quien llega a la ciudad de México la tarde del próximo martes, proveniente de Guatemala.

El documento contiene al calce la firma del secretario general de la CEM, Abelardo Alvarado Alcántara, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México.

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