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Tienen pérdidas económicas, dicen restauranteros

* Ahuyenta a los visitantes, dicen * Por lo menos cinco veces al día los empleados de los negocios deben retirar los pescados que aparecen en la playa, afirman

Maricela Santos, corresponsal, Zihuatanejo * Propietarios de restaurantes de playa en Zihuatanejo denunciaron que la fetidez ocasionada por la mortandad de peces les ha causado pérdidas económicas en esta temporada, debido a que este fenómeno aleja a los consumidores.

En un sondeo efectuado por El Sur, los restauranteros indicaron que los vacacionistas les han dejado servicios completos ya preparados, por el desagradable olor que se esparce en toda la franja de playa a consecuencia de la aún inexplicada aparición de peces muertos.

Dijeron que algunos empleados han rastrillado y enterrado a los pescados, labor que llevan a cabo por lo menos cinco veces al día, a fin de minimizar el impacto que causan en la imagen del puerto y de sus propios negocios.

También dieron a conocer que los restauranteros del Contramar, Las Gatas, La Madera y La Ropa les han informado que el fenómeno de los peces muertos se ha extendido ya de manera alarmante, y que no han encontrado ninguna autoridad que se ocupe de resolver la situación, la cual resulta preocupante por la temporada vacacional que se tiene encima.

El encargado del restaurante Daniel´s, Guadalupe Nava, explicó que las ventas no han respondido a sus expectativas, y de ello responsabilizó a ese fenómeno porque “la gente prefiere comer en sitios en donde no huela mal, y nosotros tratamos de que el olor no se extienda enterrando en pozos de un metro de profundidad los pescados muertos”.

Isabel Mayares, de la marisquería Arbolitos, señaló que han tenido que organizar a sus meseros para rastrillerar y enterrar el pescado o juntarlo en bolsas, mientras que Carmen Bello, de la marisquería Los Paisanos, indicó que hicieron lo mismo “porque ni el ayuntamiento ni ninguna autoridad ha hecho limpieza”.

René Wences López, del restaurante La Rana René, afirmó que las ventas han disminuido y que es insuficiente el esfuerzo para mantener sin pescados muertos la zona de playa que tienen concesionada.

“Yo mando a limpiar unas 10 o 12 veces al día el frente del restaurante, pero no es fácil. Tenemos ocho días enterrando el pescado en la arena para evitar la fetidez y la mala impresión”, dijo.

Señaló que este fenómeno les “bajó la clientela”, y consideró que las autoridades deben investigar la causa y fincarle responsabilidades penales o jurídicas al responsable.

La propietaria del restaurante Arcadia, Arcadia Ramos, informó que dio aviso de la situación a Capitanía de Puerto y a las autoridades del Apostadero Naval, “pero me dijeron que no era de su competencia directa y que harían estudios”.

La dueña del restaurante Cotallos, Azalia Segueda Vargas, acusó que “el cliente, tan pronto se sienta para pedir de comer, siente esos olores y se va sin que le mostremos la carta”.

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