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Exhiben porcelanas antiguas hasta el 31 de julio en el Fuerte de San Diego

 Xavier Rosado Peraza * El Museo Histórico de Acapulco, Fuerte de San Diego presenta hasta el 31 de julio la exposición de Porcelana de la Compañía de Indias para México, en su sala de exhibiciones temporales.La exposición se montó con el fin de dar a conocer uno de los aspectos más interesantes e ignorados de la historia de México: la participación de naturales de la Nueva España en el descubrimiento y colonización del Archipiélago Filipino y en la exploración y navegación del Oceáno Pacífico.En remembranza de la influencia económica y cultural generada por el intercambio comercial entre Asia, América y Europa, el Museo Histórico de Acapulco, Fuerte de San Diego, exhibe desde el 25 de abril un acervo de 115 piezas de porcelana pertenecientes a museos nacionales y coleccionistas privados.La muestra fue organizada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes por medio del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la secretaría de Turismo, el gobierno del Estado de Guerrero, el gobierno Municipal de Acapulco, la asociación Adopte una Obra de Arte Acapulco, Amigos del Fuerte de San Diego y la Oficina de Convenciones y Visitantes Acapulco.“De la enorme cantidad de porcelanas que engalanó salones, salas, oratorios y mesas mexicanas, hoy se conservan invaluables ejemplos, tanto en resguardo de museos nacionales como en manos de coleccionistas privados. Esta es una muestra de estas delicadas piezas que evocan las formas y modos de vivir de aquel mundo exótico y rico, que en otro tiempo fue el Virreinato de la Nueva España”, dijo la curadora de la exposición, Estela Gutiérrez Peláez.En este salón se da testimonio de una parte de las cargas de la Nao de China y se habla de la presencia de los mexicanos en Filipinas, cuyas repercusiones influyeron en el gusto y la forma de vivir novohispanas.“La palabra porcelana tiene origen en el término italiano porcelletta, acuñado en tiempos de Marco Polo. Fue asociado con un tipo de caracol marino, de superficie dura, lustrosa y suave a la vista. Su proceso de fabricación consiste en una mezcla de silicato de aluminio derivado de cuarzo, mezclado con caolín, un barro blanco que da a la porcelana su dureza y transparencia, combinación que se hornea a una temperatura de mil 350 grados centígrados y se pinta bajo el barniz, aunque también se aplican colores de esmalte, sometiendo las piezas a una segunda cocción”, explicó Gutiérrez.“La simbología en el arte de la porcelana contiene las más variadas connotaciones: desde la belleza hasta la caridad, pasando por el poder celestial y la humildad, entre otros. Hubo varias categorías de porcelana, entre ellas la imperial, la doméstica y la de exportación. Asimismo, variados tipos, como el azul y blanco, familia verde y familia rosa”, dijo la curadora. “A fines del siglo 17 era común encontrar en las casas mexicanas, además de las vajillas, objetos de uso cotidiano como escupideras, aguamaniles, teteras y botellas. En los siglos 17 y 18 las familias mandaron hacer vajillas de porcelana con escudos de armas, si eran nobles, o con las iniciales del propietario de la casa. Los acontecimientos importantes también quedaron registrados en los utensilios con emblemas y escudos conmemorativos”, precisó. Agregó que se exhiben en el Fuerte de San Diego cajas chapeadas y labradas con concha nácar, así como abanicos y biombos, muy ligados a los comedores. Se admiran los mantones de Manila, bordados con dragones y faisanes.También dijo que la exposición indica en las células museográficas que en 1565, Miguel López de Legazpi zarpó del puerto de Navidad, en Jalisco, con la misión de ocupar las islas Filipinas. Con él viajaba Andrés de Urdaneta, cosmógrafo y fraile agustino, quien halló el “tornaviaje” o el punto de regreso hacia América. Una vez descubierta la nueva ruta, España inauguró la primera compañía naviera del Pacífico, conocida como la Nao de China o Galeón de Manila.En las fichas se lee que todo lo que iba de Filipinas a México y de regreso estaba controlado desde la Nueva España, cuya participación de 250 años fue originada por el interés de la sociedad novohispana de poseer las sedas, las porcelanas, los marfiles, los cuales se comenzaron a pedir por catálogo, como se hace actualmente.

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