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Marcial Rodríguez Saldaña

La selección de candidatos

 Uno de los aspectos relevantes en la vida interna de los partidos políticos es la selección de los candidatos a cargos de representación popular. Ante la creciente competencia electoral, los partidos han tenido que afinar las formas de elegir a sus candidatos, de tal manera que utilizan diversos mecanismos.

El PAN tradicionalmente ha utilizado las convenciones de delegados para definir sus candidaturas, este método ha resultado eficaz debido a que el ingreso de sus militantes es más selectivo, lo cual le permite tener un padrón de afiliados ordenado y resuelve sin muchas complicaciones la selección de sus candidatos. Además, tienen un procedimiento de evaluación de los aspirantes, que hace posible ponderar las cualidades específicas para cada cargo de elección.

El PRI había utilizado tradicionalmente el dedazo como forma de determinar sus candidatos; sin embargo, a partir del triunfo de otros partidos en las elecciones, ha cambiado su viejo sistema para utilizar distintos métodos. En este proceso electoral, en los municipios más importantes, las candidaturas a las presidencias municipales, las resolvieron mediante encuestas, como en Acapulco, Chilpancingo, Chilapa, Coyuca de Benítez, Zihuatanejo, Tecpan, Quechultenango y por negociación-consenso en Iguala. En otros, acudieron a la consulta directa, como en Tlapa y convenciones en el resto de municipios.

En el PRD, el Consejo Estatal emitió una convocatoria para todo el estado con diferentes formas de selección. En algunos municipios con candidatos de consenso que surgieron de encuestas aceptadas por los aspirantes, como el caso de Acapulco, en donde ganó Alberto López Rosas; en otros mediante el consenso, lo que implicó el acuerdo entre las diferentes corrientes políticas, y en otros más mediante la consulta interna, con la modalidad de que se permitió votar a un 25 por ciento más de los inscritos en el padrón de afiliados, como en los casos de Quechultenango, Apaxtla, Teloloapan, Iguala, Altamirano y elección sólo con militantes en Zihuatanejo, Tixtla, Taxco, Petatlán, Ayutla, San Luis Acatlán, Tlapa, Florencio Villarreal y Tecoanapa; por usos y costumbres en los municipios de La Montaña como Alcozauca, Malinaltepec, Metlatónoc y Zitlala; con candidatos externos en Ahuacuotzingo, Chilapa, Eduardo Neri y Tepecoacuilco.

Ante la falta de Consejos Municipales en todo el estado, quienes en términos del artículo 13 del Estatuto deben elegir a los integrantes de las planillas de ayuntamientos, el Consejo Nacional del PRD acordó anular la convocatoria emitida por el Consejo Estatal, para este tipo de selección, y en términos estatutarios asumió dicha decisión el Comité Ejecutivo Nacional.

Lo correcto es que no debió convocarse al registro de aspirantes de planillas si no estaban constituidos los órganos de selección, de tal manera que no se auspiciaran legítimas espiraciones de la militancia, para hacer campañas internas y prepararse para una elección. Se espera y confía en que en la integración de las planillas definitivas, impere el buen juicio del Comité Ejecutivo Nacional, para que con base a los liderazgos, representación y perfiles, se integren las mejores propuestas.

En los procesos de selección interna de los partidos, los aspirantes buscan ganar las candidaturas, algunos tienen más presencia en la militancia y les favorecen las elecciones internas, otros la tienen más en la sociedad civil y les favorecen las elecciones abiertas o las encuestas; los dirigentes de los partidos buscan ganar las elecciones con los mejores candidatos.

El mejor sistema de selección de candidatos es la elección. En el caso del PAN, se observa una tendencia a modificar el sistema de convenciones para hacer participar a toda la militancia, cambiar el sistema indirecto por el directo. En el PRI persiste la herencia de la falta de credibilidad y la exigencia de participación democrática y en el PRD, las elecciones internas es un reclamo democrático, que tiene que salvarse con la institucionalización del partido, mediante la integración legítima de todas sus instancias de gobierno de decisión y ejecución, destierro de las prácticas nocivas del viejo régimen como el corporativismo, acarreo, padrón confiable, infraestructura suficiente para su servicio electoral y una cultura democrática que se exprese en cada acto de la militancia, líderes, y dirigentes que se pueda irradiar a toda la sociedad.

Los partidos políticos, viven al igual que el sistema político una transición, en materia de selección de candidatos, falta aún un buen camino que recorrer.

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