Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Xavier Carreto A

Lo que convenga a los acapulqueños

 Este 16 de julio era la fecha legal límite para realizar coaliciones electorales entre partidos políticos para participar en las elecciones locales del 6 de octubre. Una coalición anunciada y no concretada fue la propuesta de aliarse de panistas y perredistas. La razón esgrimida para no llevarse a cabo esta coalición fue que los perredistas no habrían entregado a tiempo la relación de sus candidatos a diputados locales en los 7 distritos relacionados con el municipio de Acapulco.

No era, por supuesto, la primera vez que ambos partidos iban juntos a un proceso electoral en nuestra entidad, existe el antecedente de la coalición de hecho que ambas organizaciones políticas realizaron para la elección del 3 de octubre de 1999 que permitió la llegada de Zeferino Torreblanca a la alcaldía de Acapulco.

Del desempeño de Torreblanca como alcalde del principal municipio del estado, se sienten muy satisfechos los panistas y perredistas, pues los resultados están a la vista. Nunca como antes un gobierno municipal había trabajado tanto y con buenos resultados para las aspiraciones de superación de la sociedad acapulqueña. Esta es una buena razón para que en proceso electoral en puerta la coalición se mantenga y los acapulqueños tengamos la certeza de que las políticas públicas de nuestro gobierno municipal seguirán aportándonos beneficios.

Ciertamente hacer efectiva una coalición con el actual Código Electoral del Estado de Guerrero resulta una misión imposible, a lo cual hay que sumarle las naturales reticencias de los miembros de ambos partidos políticos y el mayor interés del gobernador del estado y de los priístas porqué no se cristalicen alianzas electorales que pongan en riesgo sus posibilidades de mantener su mayoría calificada de legisladores en el Congreso local y continuar gobernando en los principales municipios de la entidad, aunque esto sea en detrimento de la mayoría de los guerrerenses, quienes aspiramos a no seguir siendo el estado más rezagado en el ámbito nacional. Y con los gobiernos priístas estaremos condenados de por vida a continuar en la pobreza.

Juntos y para seguir avanzando parecía un eslogan apropiado de la frustrada coalición legal de panistas y perredistas, creemos, sin embargo, que está unión puede llevarse a feliz termino si existe de ambas partes la voluntad de hacerlo. A los dos partidos les conviene y así lo exige el interés superior de la sociedad acapulqueña. Saben los perredistas que el aval y apoyo panista les allegará los votos suficientes para ganar sin complicaciones. Los panistas, a su vez, están conscientes que si van solos no lograrán mucho, en su propósito de acercarse a la ciudadanía a la que dicen servir.

Si los panistas aducen que yendo en una coalición de facto, esto les impide tener las prerrogativas que le ley ofrece a los partidos participantes, deben tener en consideración que no son tan cuantiosas como para no hacer este sacrificio que les habrá de redituar más a través de las aportaciones de sus cinco regidores, pues éstos además cuentan con recursos públicos para atender la demanda ciudadana por obras y servicios que sin su presencia en el Cabildo porteño les será muy difícil cumplir.

Por otra parte, esta misma presencia de una fracción panista importante en el ayuntamiento les permitirá estar en el ánimo de la sociedad, ya que el trabajo y quehacer cotidiano de sus representantes contribuirá, además de las tareas partidistas, a resolver muchos de los rezagos que todavía tenemos en nuestro municipio. Así también, como parte de los acuerdos de la coalición, podrán contar con funcionarios en la administración municipal lo cual ayudará a la cercanía del partido con la sociedad.

En cuanto a los perredistas no deben olvidar que el Partido Acción Nacional tiene una fuerte presencia en la vida de nuestro país y que está integrado por gente seria, responsable y comprometida con los mejores intereses de los mexicanos. Su aportación será muy valiosa para tener gobiernos al servicio de los guerrerenses. Si bien es cierto que la organización panista en el estado de Guerrero es modesta, también es verdad que es mayor su fuerza moral.

A panistas y perredistas les conviene hacer la coalición y obtener cargos públicos que de no hacerla tendrán más dificultades para conseguirlos. El llegar al poder les facilitará a ambos estar en mayor contacto con la sociedad lo que contribuirá a favorecer su estrategia electoral para los comicios de julio del 2003, cuando habrá de renovarse la Cámara de Diputados, evento en el cual PAN y PRD tendrán que ir cada uno por su lado.

Si hace 6 años, el Partido Acción Nacional se hubiera aliado con el Partido de la Revolución Democrática para impulsar unidos la candidatura de Zeferino Torreblanca, hoy los rezagos de los habitantes de este municipio serían menores, pues desde entonces se habría ganado, ya que la suma de los votos obtenidos por el actual alcalde y los reunidos por Enrique Caballero, el candidato panista de ese proceso electoral, hubieran sido suficientes para triunfar. Este escenario habría evitado que el hoy diputado federal priísta Manuel Añorve llegará a la presidencia municipal atropellando la ley y tampoco estuviéramos lamentando que hasta la fecha quienes gobernaron el municipio no hayan entregado los soportes contables de la cuenta pública, situación que oculta la corrupción que se dio en esa administración.

Por el bienestar de la sociedad acapulqueña, los panistas y perredistas deben realizar una coalición de facto que nos asegure que habrá continuidad en la obra del actual  gobierno municipal que tantos benéficos nos ha dado, aunque nos hacen falta muchas cosas más, Por ese trecho de bienestar que nos hace falta recorrer, bien vale el esfuerzo de una coalición. Lo peor que a esta sociedad le podría pasar es tener de nueva cuenta un gobierno emanado del PRI, los cuales sólo han favorecido a sus familiares y amigos.

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