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Desencuentro en el reencuentro de René Juárez y Florencio Salazar

* Apenas cruzaron palabra * El PPP no tiene facultades ejecutivas ni recursos, dijo el gobernador * Después de dar su discurso, y antes de que Florencio dijera el suyo, Juárez Cisneros se retiró

Aurelio Peláez * René Juárez se reencontró, dos años después, con Florencio Salazar. El gobernador y quien fuera su secretario general de Gobierno durante los primeros meses de su gestión. El gobernador, que es del PRI, y Florencio que desertó del tricolor y se afilió al PAN y es coordinador del Plan Puebla Panamá, el PPP, el programa presidencial para diseñar políticas de desarrollo en el sur-sureste del gobierno panista.

Quizá por la enemistad conocida en los círculos políticos, que nació en algún momento entre Florencio y René, en Guerrero el PPP no ha tenido las puertas abiertas en el Palacio de Gobierno.

“Que no se le prejuzgue”, pidió ayer Florencio, durante los trabajos del Taller sobre Programas y Proyectos de Desarrollo de la Región Sur-Sureste.

El PPP “no tiene facultades ejecutivas ni recursos”, había dicho antes, palabras más, palabras menos, el gobernador.

Ayer apenas cruzaron palabra. En el presídium, a ambos los separaba, durante la inauguración del taller, el diputado federal poblano, priísta, Salvador Escobedo, presidente de la comisión especial de la Cámara de Diputados para dar seguimiento a los programas de desarrollo sur-sureste.

Pero Escobedo en su momento se levantó para hacer uso de la palabra. Fue al podium y quedó una silla vacía entre ambos. Entró el oficio de la política y de las buenas costumbres. Florencio ocupó la silla y quedó cercano a René. Pero ni se miraron. Había hielo en medio, resaltado por los flashes de las cámaras de los fotógrafos. Frialdad, como en el saludo que se dieron al encontrarse. A su lado, el alcalde Zeferino Torreblanca miraba como distraído el silencioso zipizape.

También, distancia en las maneras de ver el país. René, en su discurso ante representantes de organizaciones que dan seguimiento al PPP y programas anexos de desarrollo del sur sureste, advertía (¿atemorizaba?) que de no darse un trato especial a Guerrero por parte de la federación (más recursos, pues), “en este estado podrían generarse problemas de proporciones incalculables”.

Florencio, quien fuera encargado de la política interna, como secretario de Gobierno, con René, y antes, en el gobierno de Angel Aguirre, polemizaba en el mismo ring con René Juárez, aunque éste ya se había bajado tras tirar el uno-dos: la violencia, sí, es un riesgo, resultado de la pobreza y de la falta de alternativas de desarrollo. Pero hay que trabajar creando esas opciones. Sí, aquí hubo Lucio Cabañas, hubo Genaro Vázquez, surgió el EPR y el ERPI, pero hay ahora la decisión de acabar con las causas latentes que propician esas rebeliones: la pobreza.

René en su round de sombra –se despidió antes y ya no oyó la conferencia de Florencio– pedía al gobierno federal “voluntad política y recursos, voluntad en los hechos”.

Florencio, ahora sí que el representante del gobierno federal, hablaba del problema de la incomprensión al PPP y de que quienes lo criticaban no han presentado otras alternativas.

René, que exhortaba al consenso para recoger “la voluntad de la gente”.

Florencio, que recordaba el trabajo de dos años en los estados, para integrar las propuestas al Plan.

Fue un intercambio franco de posiciones encontradas, pero con el cuidado por parte de los réferis de que ninguna de las dos posiciones quedara de frente. Al final, ya en entrevista, se le pregunta al gobernador si cuando sugería que no hay voluntad política se refería al Puebla-Panamá. Dice que no, que los programas para el sur-sureste son más que eso, que el Plan es un planteamiento “correcto”, pero que (¿Florencio?) no tiene facultades ejecutivas ni recursos.

Florencio, en tanto, ya en el otro lado ideológico, pedía que a este proyecto presidencial no se le descalificara por “razones de carácter político e ideológico”, que le confronten “y lleven a paralizar el desarrollo de la región”.

Quizá se refería a sus intenciones de contender en tres años por la gubernatura del estado, por el PAN, y a la sospecha de que en el equipo del gobierno estatal se le torpedea desde ahora, ya no para que desde el PPP se convierta en un vicegobernador, como se le llegó a manejar, sino para minarle cualquier posibilidad de crecimiento en el estado.

Esto, pese a que cercanos a Florencio y al PAN dicen que no hace falta, que eso Florencio lo hace solo, porque a dos años de que comience ese proceso, el ex secretario de gobierno, ex alcalde de Chilpancingo, ex coordinador del Congreso local, y ex secretario general del PRI estatal, no ha hecho nada para conformar o preservar un equipo político, tan disminuido que apenas ocupaba ayer dos mesas en un café de Sanborns.

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