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Acusan a médicos de causar parálisis cerebral a una bebé de siete meses

 * Le aplicaron sobredosis de anestesia al operarla * La niña fue internada para corregir una deformidad física, y al darla de alta presentaba vómito y convulsiones, explicó el padre

 Alfredo Mondragón * Por causar parálisis cerebral por sobredosis de anestesia durante una operación a una bebé de siete meses, un cirujano, una anestesióloga y una enfermera del Hospital General de Acapulco, dependiente de los Servicios Estatales de Salud (SES), fueron demandados ante la Comisión Estatal de Arbitraje Médico (CEAM), pues se niegan a pagar los daños.El pediatra Jerónimo Colín Cano, la anestesióloga Elizabeth Pozos Alcántara y la enfermera Lucina Matadama Vinalay fueron demandados porque durante una intervención quirúrgica de polidactilia (quitar un dedo de más en ambos pies), provocaron parálisis cerebral y paros cardiacos a María Elizabeth Santiago Cisneros, de siete meses de edad.Por tal motivo, familiares, amigos y vecinos de Francisco Santiago Concepción y Felipa Cisneros Trinidad, padre y madre de la menor agraviada, protestaron ayer por la mañana afuera del CEAM, a fin de exigir justicia durante la audiencia arbitral que sostuvieron con los médicos coacusados.Allí, los padres afectados demandaron el pago de gastos médicos y transporte, lo que ascienden a 70 mil pesos, así como los gastos que generen la rehabilitación física integral de la bebé.Sin abogados, sin la presencia de una persona de su confianza durante la diligencia, sin permitir el acceso a los medios de comunicación y a puerta cerrada, los padres de María Elizabeth sostuvieron una diligencia con los médicos implicados, y al término de la audiencia el pediatra y la anestesióloga se quedaron en las oficinas para evitar a la prensa.El secretario general de la Confederación de Trabajadores Obreros y Campesinos, Sergio Valle Alvarez, les ofreció apoyo jurídico gratuito y anunció movilizaciones en caso de observar parcialidad en el asunto.Asimismo solicitó la intervención de la secretaria de Salud estatal, Verónica Muñoz Parra, “para que den la rehabilitación adecuada a la niña, y tengan un mejor criterio de selección en sus médicos”.Sergio Valle por lo pronto dijo: “vamos a analizar detalladamente la queja, que ya tiene tiempo y está siendo mediatizada, porque en esta ocasión no nos permitieron la promoción de los abogados para ingresar a la audiencia y asesorar a los compañeros; también se llevará la denuncia a la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, a la Comisión Nacional de Arbitraje Médico y, dado el caso, a las instancias penales”.Por su parte, Santiago Concepción informó, al término de la audiencia, que el presidente del CEAM, Edmundo Miranda Lluck, solicitó al director del Hospital General, Marco Antonio Adame Aguilera –por medio de una tarjeta informativa–, que los recibiera para que hagan una “valoración integral”.Francisco Santiago y Felipa Cisneros cuentan sólo con estudios de primaria y viven en la calle Anáhuac, sin número, de la colonia Alta Costa Azul, en una casa de lámina de cartón. Ambos tienen dos hijos Omar y Oscar, de 7 y 10 años, quienes están en buen estado de salud.Aseguraron que no tienen familiares con problemas mentales “como para que los médicos, en un momento dado, quieran alegar problemas genéticos”.Indicaron que los gastos generados por la enfermedad de su hija han sido solventados por medio de cooperaciones voluntarias de sus familiares, vecinos y compañeros de trabajo, quienes pidieron la intervención de Valle Alvarez como dirigente de trabajadores, porque no tienen apoyo de la CTM.El padre, quien trabaja como chofer de una barredora marina en la Promotora y Administradora de los Servicios de Playa de la Zona Federal, percibe un sueldo de mil pesos quincenales, y aclaró que antes de la operación María Elizabeth era una niña normal, balbuceaba algunas palabras e incluso ya podía sentarse sola, “pero ahora tengo que comprar un medicamento costoso cada mes, porque sufre convulsiones”.El 13 de abril de 2000, la menor María Elizabeth, cuando tenía siete meses de edad, quien nació y recibió atención en el Hospital General, fue intervenida quirúrgicamente de polidactilia, debido a que presentaba seis dedos en ambos pies, a recomendación de los mismos médicos.Aproximadamente a las 11 de la mañana, dos horas después el doctor Colín Cano salió y le dijo al padre de la niña que “todo había salido bien” en la operación y que había sido trasladada a recuperación.

Sin embargo, posteriomente los médicos le informaron que la menor había sufrido un paro cardiaco debido a que “llevaba un poco de gripa”, sin decirle si fue antes o después de la intervención quirúrgica, ni tampoco le permitieron verla, sino hasta el día siguiente, cuando se encontraba en terapia intensiva “entubada” y donde duró una semana.Fue otro médico quien le comentó que María Elizabeth había sufrido “daño cerebral y que ya no sería normal, sino como un arbolito, un vegetal”, narró.Tras haber permanecido entubada y sin que sus padres supieran de antemano que la menor había sufrido un derrame cerebral debido a la sobredosis de anestesia, el 26 de abril, los médicos que la intervinieron la dieron de alta, pero con diarrea e indicándole que le suministrara el suero vida oral. Pero al trasladarla a su domicilio la niña tenía vómito y altas temperaturas, por lo que la llevó a la clínica California.Una vez en la clínica –agregó– la menor estuvo dos días bajo atención médica debido a que no podían controlar la temperatura, diarrea y, después, las convulsiones. Allí, el médico le recomendó llevar a María Elizabeth si tenía servicio médico público, porque no podía hacer nada más.En el ISSSTE permaneció un día más bajo vigilancia y salió un poco estable, por lo que le dieron cita hasta dos meses después y fue cuando un neurólogo les dio la mala noticia: María Elizabeth presentaba daño cerebral causado por una sobredosis de anestesia, y tenía que asistir cada ocho días a consulta para verificar el progreso en el control de las convulsiones”.

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