Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Moisés Alcaraz Jiménez

Partidos, ¿empresas de cínicos?

 “Los partidos políticos son el enemigo público numero uno de la sociedad”, palabras más, palabras menos, dijo un integrante del Grupo ACA hace unos días en una de las reuniones que esta organización de empresarios, comerciantes y políticos en retiro realiza semanalmente en Acapulco con el fin de analizar diversos aspectos de la problemática económica social, política y cultural del puerto, según ellos mismos señalan.

De acuerdo con una nota de este jueves publicada en El Sur, en la sesión interna efectuada el miércoles pasado, se volvió a tocar el tema de la reducción de senadores, diputados federales y locales y regidores que solicita esta agrupación, que también se manifiesta por la disminución de los partidos políticos.

El ex presidente municipal de Acapulco, Alfonso Argudín Alcaraz (cargo al que llegó postulado por un partido político), expresó que los partidos son una “empresa de cínicos”, que ya nos vieron la “cara de tarugos” y que “ya estuvo bueno de estar manteniéndolos”.

Vale la pena analizar esta posición de un grupo evidentemente político en el que no pocas veces sus integrantes han mostrado simpatías partidistas imposibles de ocultar e inclusive han tenido abierta participación como militantes de partidos políticos.

En un asunto de gran importancia como este, no se puede generalizar y considerar como igual de pervertidos a todos los partidos, menos en el que se milita.

Coincido con el almirante en que debe reducirse el número de estos organismos políticos legalmente reconocidos en Guerrero porque, efectivamente, alguno de ellos, por ejemplo, se ha convertido en un verdadero nido de dos vivales que se han enriquecido a costa del erario público y que actúan como comparsas y paleros con un disfraz de oposición ya muy raído que ya no les permite ocultar su verdadero rostro de mercenarios de la política que le hacen el trabajo sucio a otro partido.

Son este tipo de pillos los que han forjado la idea en gran parte de la sociedad de que la política es sucia y debemos alejarnos de ella. A este tipo de partidos jamás debe otorgárseles registro alguno y a quienes ya lo tienen y actúan de esa forma, debe retirárseles de inmediato.

Coincido también con el ex alcalde en que debe reducirse el número de representantes populares en los niveles federal, estatal y municipal. De acuerdo al porcentaje poblacional, Guerrero es de las entidades federativas con más legisladores y regidores. El incremento en tiempos de José Francisco Ruiz Massieu obedeció a criterios de índole personal más que a necesidades reales de contar con tan alto número de representantes.

Sin embargo, es necesario también considerar lo siguiente. Existe a nivel mundial toda una campaña de despolitización de la sociedad, planeada y dirigida con mucho cuidado y precisión por expertos e ideólogos del libre mercado y de la globalización.

La estrategia para desprestigiar a la política ha resultado tan eficaz que ahora en muchos países, como en México, los empresarios o empleados del gran capital transnacional han sustituido a los políticos tradicionales, se apoderaron del poder y ahora tenemos una nueva clase dirigente que concentra el poder político y el poder económico que se expresa en el nuevo modelo neoliberal de fatales consecuencias en todo el mundo.

Aunque es verdad que los políticos no necesitaron de campañas en su contra, puesto que la mayoría de ellos con un accionar altamente corrupto se encargaron de su propio desprestigio, como ahora lo están haciendo con creces los empresarios metidos a políticos, el fin de la estrategia neoliberal es similar a la orquestada por los “científicos” del liberalismo porfirista, que postularon la consigna de “poca política y mucha administración”, a través de lo cual se buscaba la mínima participación de la sociedad en los asuntos públicos frente a un grupo de particulares que habían transformado al estado en un simple gendarme de sus intereses en un entorno dominado por la filosofía de la dictadura sintetizada en la máxima de “orden y progreso”, donde el orden era impuesto a una población sometida y despolitizada y el progreso era sólo para los detentadores del capital.

La despolitización de la sociedad, como ocurren en los Estados Unidos, siempre va a ser uno de los objetivos de las elites económicas que no quieren enfrente a una población organizada, defensora de sus derechos, demandante de justicia  social y proclive a una mas equitativa distribución de la riqueza.

En el caso particular de Guerrero, en materia de partidos y representantes populares requerimos más calidad que cantidad. Pero debemos tener cuidado de no inhibir la participación de la sociedad y no considerar a la generalidad de los partidos como enemigos públicos. Tampoco debemos contribuir a que la política se siga desvirtuando, al contrario, debemos colaborar para su mayor dignificación.

Hasta ahora, las sociedades del mundo no han encontrado otra forma de cambiar pacíficamente a sus gobernantes que no sea a través de la política y los partidos. Tampoco se vale hacer política negando la política. Ampararse en un disfraz de sociedad civil y pretender actuar como un partido, es también propio de perversos.

No afirmo que el Grupo ACA esté en esta situación. La propuesta que hacen es interesante y en un país de libertades todas las opiniones deben ser escuchadas y debatidas, como puede ser ésta. Contribuyamos todos a hacer cada día más política de calidad y a erradicar a los mercaderes que lucran al amparo de supuestos partidos, de los cuales han hecho jugosos negocios.

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