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Silvestre Pacheco León

CRONICA MUNICIPALISTA

* La sustentabilidad costera

 Cuauhtémoc León lo dijo muy bien al final del taller: dos aportes importantes se han producido en este evento, uno es habernos dado cuenta de que México es un país costero y que por tanto requiere de un tratamiento como tal, a partir de esa particularidad descubierta. El otro es que los ayuntamientos costeros son parte importante en el tratamiento específico que debe darse a las costas.

Dentro del marco de los eventos preparatorios para la cumbre mundial sobre el desarrollo sostenible que se efectuará en septiembre en Johannesburgo, Sudáfrica, el Comité Nacional convocó a consejeros de la Semarnat, a académicos e investigadores, al Seminario Taller La sustentabilidad costera que se realizó en la ciudad de Campeche el pasado 6 de julio.

En esa ciudad peninsular que presume su centro histórico completamente rehabilitado y que ofrece un extenso malecón de kilómetros, con el golfo en lontananza, 45 participantes fuimos acogidos por la hospitalidad de la Universidad Autónoma de Campeche representada en el evento por la doctora Evelia Rivera Arriaga, en su Centro de Ecología Epomex-UAC.

Para la Cumbre de Johannesburgo el Comité Nacional se propuso y realizó dos talleres sobre el tema de costas con el objetivo de recoger las propuestas de los estados del Pacífico y del Mar de Cortés en uno, y las de los estados del Golfo de México y Mar Caribe.

Como es de entenderse, los aportes de esos dos talleres serán parte integrante del documento “que ayude a definir la posición de México rumbo a la Cumbre Mundial en relación al tema de la sustentabilidad costera, a partir de las ideas de los usuarios, gestores, expertos, estudiosos y, en general, de interesados en la zona costera”.

Por esa razón las ocho horas de duración que tuvo el evento fueron aprovechadas para que cada uno de los participantes expusiera los problemas, las propuestas y acciones correspondientes a su lugar de origen e intercaladamente escucháramos dos conferencias magistrales, una del biólogo Oscar Bailón Greco, que es el coordinador nacional del Programa de Manejo Costero de la Zofemat sobre la realidad a la que se enfrenta la Semarnat para conocer atender y resolver los problemas costeros, y la otra del doctor Jorge Eúan Segovia del Cinvestav-Mérida sobre la problemática que viven las costas de la península.

Aunque de manera explícita y en aras de aprovechar mejor el tiempo, los organizadores determinaron que se cancelara toda discusión, fue inevitable que desde el enunciado mismo de los problemas se expresaran puntos de vista encontrados que sólo la discusión ayuda a resolver.

El taller se organizó en cuatro mesas temáticas, una que trató los fenómenos, procesos, interacciones y escalas, (relevantes para la gestión de la zona costera), otra que trató de las políticas, leyes, reglamentos y capacidades institucionales; la tercera que se ocupó de educación, capacitación, equidad y bienestar social, y la última con el tema de las necesidades científicas, tecnológicas e institucionales.

Mi interés personal me llevó a participar en la mesa dos que resultó la más nutrida y la que más tiempo ocupó en arribar a propuestas.

Las razones son muchas y justificadas. Una conclusión a la que arribamos fue que las políticas públicas para atender la problemática costera son insuficientes. El desinterés del gobierno por esa parte específica donde se acumulan problemas como erosión, contaminación, intereses patrimoniales y políticos, alta conflictividad social, destrucción de los ecosistemas y paso importante del narcotráfico, tiene que ver con el alto índice de corrupción que beneficia a la burocracia de todos los niveles.

En las propuestas de solución se habló de la importancia que tiene la aplicación estricta de la ley pero se adujo, como obstáculo casi insalvable, la falta de coordinación entre los distintos órdenes de gobierno.

Yo comenté que cuando los intereses políticos del gobierno lo requieren, la coordinación resulta expedita, sobre todo si se trata de mantener el estado de cosas intocado.

De esa intervención derivó la propuesta de señalar a la “voluntad política” como el antídoto para todo mal; el problema fue traducir esa “voluntad política” en acciones palpables porque, ¿cómo saber si hay o no “voluntad política”?

En todo caso y ahí lo dije, más allá de la falta de voluntad del gobernante, se necesitan procedimientos transparentes para el nombramiento de funcionarios donde no intervenga el amiguismo, el compadrazgo ni el uso patrimonialista del gobierno, además, crear espacios de participación para que la sociedad conozca, supervise y evalúe el desempeño de los servidores públicos, cabiendo siempre la revocabilidad del mandato.

Respecto a la falta de coordinación entre las esferas de gobierno y las propuestas de ahí derivadas, en el sentido de crear nuevos órganos para concretarla, mi idea es que con  leyes claras y el compromiso social de aplicarlas, no importa que se carezca de coordinación, porque ésta se dará como consecuencia de su aplicación.

Respecto a la problemática que viven las zonas costeras, la información es abundante y da para otra colaboración.

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