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Se fue como indocumentado y regresó con 21 mdd para invertir en México

* Originario de Tecomatlán, a sus 43 años hizo suyo el “sueño americano”; es dueño de la compañía de transporte Golden Silver

 

Aurelio Peláez * Jaime Lucero dejó hace 27 años su comunidad, en la región mixteca de Puebla, para irse a trabajar a Estados Unidos. Fue como indocumentado. Regresó tres años después, con un capitalito que ganó lavando platos en un restaurante de Nueva York. Puso una tienda que cerró, porque dice, las mordidas a los funcionarios lo ahogaron. Volvió de nuevo al restaurante neoyorquino. Hace un año se animó a invertir en México, en Puebla. Desembolsó esta vez 21 millones de dólares y dice tener confianza en que no le pasará lo de la primera ocasión.

Ayer, Jaime Lucero recordaba parte de lo anterior ante un grupo de funcionarios federales y estatales encargados de la atención a los migrantes, y con representantes de diversas organizaciones que luchan por los derechos de los mexicanos en Estados Unidos. En una de las mesas de trabajo, evaluaba que apenas hace unos meses volvió a recorrer las veredas, en su pueblo natal, Independencia, municipio de Tecomatlán, Puebla. “Hice de nuevo el recorrido que hacía a los seis años, cuando vendíamos leña”. Titubeó en continuar, y como contando en su vida en tercera persona habló de las madres que quedan viudas y con seis hijos, de la pobreza en la región mixteca, “donde hay muchos jaimes Lucero”.

Cómo hizo suyo Jaime el “sueño americano”, el american drem. A sus 43 años, con cuatro hijos nacidos ya estadunidenses, esposa mexicana y oficina en Nueva York, accede a contar lo que le pasó. De traje negro y corbata roja modestas, pelo a rape, chaparrito compacto, pasea y es saludado por funcionarios y representantes de grupos y oficinas de migrantes.

“Todo es un proceso típico de todos los que vamos de aquí. La historia típica, es llegar, trabajar en lo primero que hay disponible en la ciudad de Nueva York, que es en el sector restaurantes y ahí me tocó desde el principio. Trabajé seis años en un restaurante y después de eso pude comprar un camión y me dediqué a los transportes. Eso fue el principio de la compañía actual, que se llama Golden Silver y que opera ya en la región noreste.

–¿Nunca permaneció desvinculado de su región, venía, iba?

–Cuando estás en esa situación de indocumentado es difícil decir cuándo vas a venir, creo que vine dos veces en diez años.

–¿A los cuántos años alcanzó su documentación?

–En la amnistía que hubo en 1986, es entonces cuando ya nos regularizamos muchos de nosotros.

–¿Ya era propietario de camiones?

–Sí, ya teníamos un camión.

La flota de camiones con la que ahora cuenta opera en seis estados del noreste de Estados Unidos y está relacionada con la industria textil.

Lucero dice que cuando se llega a trabajar como indocumentado al vecino país del norte, “lo primero que uno busca es cómo sustituir a la familia que deja uno aquí, saber que está un paisano o amigo que vino, se van reuniendo, en su mente quiere remplazar la familia, es el sentido de comunidad”.

–¿Hay una solidaridad natural?

–Definitivamente, porque aunque sepas que viene de dos pueblos más adelante, pero sabes que viene de México y aunque no lo conozcas tú le dices cómo estás. Yo llegué en 1975, y desde entonces es el mecanismo. Es por eso que nos conocemos desde ese tiempo y compartimos las primeras oleadas de Migración (las deportaciones), por eso es que nos identificamos.

–¿Hay entre los mexicanos que progresan la disposición de invertir en su tierra o se queda el capital allá?

–Depende. Yo siento que sí se ha logrado la atención de los que hemos tenido éxito y aún de los que acaban de llegar. Hacen grupos de manera que puedan reunir dinero para hacer obras benéficas en sus lugares de origen.

Recuerda entonces que decidió regresar a vivir a México, por allá de 1978, y cómo se frustró ese intento por volver a radicar en su país, obligándolo a regresar a Estados Unidos. Dijo que en ese primer negocio padeció “la corrupción burocrática, que ahoga los intentos de gente de nosotros que venía. A mí terminaron por ahogarme en un año, todo era mordidas, todo era extorsión, terminé por cerrar”.

Dice que ahora “puede más el amor por México, la necedad como le quieran decir, y es por eso que vuelvo otra vez, pienso que tengo más experiencia, recursos y también como le dije al presidente Fox, “que es al único que me acuerdo haberle estrechado la mano, sin embargo, yo me he entrevistado tres veces con el presidente Fox y le dije que yo no quería criticar desde mi oficina en Nueva York, quería arriesgar en México. Quería yo tener el derecho de criticarlo, pero colaborando para que se establezca ese cambio”.

Por eso se animó a invertir 21 millones de dólares en una filial de su empresa Golden Silver, con la idea de crear 7 mil empleos en dos años. “Llevamos 2 mil, pero la tragedia de las Torres y la recesión en Estados Unidos nos retrasó significativamente”. Dijo que hay otros mexicanos, agrupados en la Asociación de Organizaciones México-norteamericanas, que tienen que ver con comercio, que buscan una relación más cercana para ayudar en el desarrollo del país, sobre todo en lo que se refiere a apoyar la educación. “Con la educación vamos a resolver muchas cosas en nuestra comunidad”.

Reiteró: “Tenemos que unirnos para hacer un frente más amplio, todos tenemos experiencias que debemos unir”. Este proyecto es apoyado además por el gobernador de Puebla, Melquiades Morales.

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