Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Así no, señores

 El pasado jueves, durante la visita que hizo a Guerrero la secretaria de Desarrollo Social del gobierno federal, Josefina Vázquez Mota, un grupo de personas pertenecientes a una fracción de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), dirigida por el señor Benigno Guzmán Martínez y otros, se esmeraron en ofender y denostar en público al gobernador del estado, en los eventos que se realizaron en Acapulco.

Las pancartas eran injuriosas y los gritos a René Juárez Cisneros eran insultantes porque no se les habían otorgado los recursos económicos comprometidos en las fechas  estipuladas, recursos para el financiamiento de proyectos productivos para sus agremiados. De transa no lo bajaban.

Más que poner en ridículo y denigrar al gobernador con sus actos groseros, evidenciaron una vez más conductas primarias y rupestres; prácticamente al nivel de un gangsterismo de izquierda radical para obtener dinero gubernamental, que era al final de cuentas lo que perseguían, claro está, disfrazando sus intereses económicos con la consabida y manida lucha por la libertad de presos políticos y de castigo a los culpables  de la matanza de Aguas Blancas. La lucha  social convertida en negocio económico personal redituable.

En otras palabras, se manifestó de nueva cuenta el  peticionismo y la nadería  económica como aspiración en la movilización social, en el  marco del chantaje  y la presión a través de bloqueos o plantones como método y acción. Industria próspera y floreciente en estas tierras. En el pecado llevan la penitencia, porque la experiencia ha demostrado que muchas de estas organizaciones sociales se ha resquebrajado y dividido a su interior y confrontado sus líderes, en la disputa por los recursos económicos que se les entregan.

Muchos grupos sociales y dirigentes creen que el gobierno del estado tiene una gran bóveda en donde guarda miles de millones de pesos para otorgarlos sin mayor trámite y en forma expedita a la menor provocación y exigencia. Creen que es un banco con disponibilidad de efectivo al momento que se requiera, pero no es así.

Al igual que los ayuntamientos, los recursos públicos que administra y opera el gobierno estatal son otorgados en forma parcial y calendarizada por quien los recauda en su mayoría. Esto es, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público del gobierno federal. Con estas ministraciones mensuales de dinero, el gobierno estatal a su vez tiene requerimientos de atención al pueblo: desde sueldos y salarios a la burocracia, la seguridad pública, la educación, la salud y en general a todos los servicios públicos, hasta las obras y proyectos de todo tipo que responden a la demanda social.

En la era foxiana, también tenemos que afrontar los súbitos recortes presupuestales que acumulados para el caso de Guerrero suman ya más de mil millones de pesos que no son ninguna bicoca. Agréguesele a lo anterior, que incluso las asignaciones presupuestales programadas, muchas veces no se entregan a tiempo porque se presentan imprevistos de todo tipo que hay que afrontar. Por eso a veces no se puede cumplir con la entrega de los apoyos en las fechas pactadas.

Aún cuando tenían parte de razón los de la OCSS de estar molestos porque no se les entregaron los recursos comprometidos para financiar algunos de sus proyectos (otros ya se habían otorgado, como lo fueron las cien toneladas de maíz para la gente de  El Veldero) en el tiempo acordado, ello no les daba ningún derecho, fundamento moral o político para injuriar al gobernador.

Todo se puede reclamar y exigir, pero lo cierto es que hay formas que observar para salvaguardar el respeto que todos nos merecemos. Cuando ya no hay respeto se pierde todo canal digno de comunicación y diálogo. Siempre estamos atentos al respeto que nos deben dispensar los demás, pero no al que debemos proporcionar. El respeto es una actitud y una deferencia recíproca para no caer en la majadería ramplona.

René Juárez Cisneros fue muy paciente, prudente e hizo gala de tolerancia ante la blasfemia manifiesta, y la verdad es que yo por menos, los hubiera mandado a freír papas. Fue un acto bochornoso donde se manifestó la lumpenización de la gestión social radical aderezada con conductas groseras y ofensivas. Cuestión que debemos evitar a toda costa por salud pública.

No obstante lo anterior, las indicaciones del gobernador son de que los sigamos atendiendo con la paciencia inagotable de franciscanos que ya nos caracteriza hasta el límite de nuestras capacidades y disponibilidades presupuestales; entendiendo  que con pobreza, falta de educación y cultura política, no se le puede exigir mucho a organizaciones sociales por demás sufridas.

En tiempos de campaña política, la principal consigna de los políticos, partidos y grupos de oposición es pegarle al gobernador y a su gobierno hasta con lo que no. ¡Uf!

PD: En estos tres primeros años nos hemos dedicado a atender la contingencia con atingencia dentro de una gran astringencia presupuestal.

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