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Recuperan la zona de Xochipala, asiento de la cultura mezcala

 * El área cubre 22 mil 500 kilómetros cuadrados, desde la Tierra Caliente el sur casi de Chilpancingo, dice la investigadora doctora Rosa María Reyna Robles * Es una de las varias decenas de sitios de una cultura que se asentó en los estados actuales de Michoacán, estado de México, Morelos y posiblemente Puebla

 Edgar Neri Quevedo, Primera de dos partes * Llegar a Xochipala es muy fácil, solamente hay que tomar la carretera libre que va de Chilpancingo a Iguala y desviarse hacia Filo de Caballo, recorrer once kilómetros en una carretera bien pavimentada que sube por una prolongada pendiente, para después descender y encontrar a la izquierda, poco antes de llegar al pueblo, la salida al sitio arqueológico.La entrada tiene numerosos charcos que delatan la lluvia reciente, el camino es muy pedregoso pero corto, solamente recorro seiscientos metros para llegar al acceso al sitio.Me recibe don Jesús Diego Nava, uno de los custodios, quien me guía en el recorrido y me muestra con satisfacción lo que será la sala de recibimiento.Comienza el descenso hacia la zona. La curiosidad me hace preguntarle cada cinco pasos cuánto falta. Trescientos metros después me indica que hemos llegado.

Empiezo a platicar con don Jesús:

–Nací en Xochipala y trabajo como custodio del sitio desde hace quince años. Estoy muy contento con mi trabajo, he aprendido mucho y me gusta. Recibimos aproximadamente trescientos visitantes por mes. Cuando era niño ya había muchos saqueos, los edificios estaban cubiertos por el monte.Cada vez veo al sitio más bonito, las personas que lo visitan se llevan una buena impresión. Nos dicen que en todo el país no hay una estructura como esta. En ninguna parte encuentran los clavos de piedra, se quedan maravillados. La doctora Rosa María Reyna Robles platica mucho con la población, para que proteja la zona y evite los saqueos o bien los denuncie. Creo que eso ha ayudado mucho.Hay ochenta y cinco sitios arqueológicos alrededor de este, algunos igual o más grandes.

 La Organera-Xochipala

 Al terminar el recorrido, nos fuimos al pueblo para conversar con la doctora Rosa María Reyna Robles, quien hace una investigación sobre la zona, recopilando datos y vestigios que están siendo clasificados y registrados.

La doctora comenta:

–Estoy en un instituto que es fundamental para la investigación del patrimonio antropológico e histórico de nuestro país: el Instituto Nacional de Antropología e Historia. La Organera-Xochipala es una de varias decenas de sitios que se localizan en un territorio que cubre 22 mil 500 kilómetros cuadrados, que va por un lado desde Tierra Caliente hasta casi llegar al municipio de Copalillo, al sur casi hasta Chilpancingo, y traspasa las fronteras actuales de Michoacán, hasta el estado de México, Morelos y posiblemente Puebla. Son sitios donde los habitantes compartieron una misma identidad cultural.“Permanecí en Xochipala sólo dos meses en este año, conocí el lugar en 1989. Me mandaron a hacer una inspección y cuando entré a esta zona me quedé impresionada por la belleza del paisaje, por la belleza de los edificios y desgraciadamente también por los saqueos. En 1990 hice la primera temporada de campo con un levantamiento topográfico y la delimitación de la zona arqueológica. Los terrenos eran propiedad de don Gabriel Heredia, que estaba interesado en que la zona se trabajara, él donó los terrenos, es uno de los custodios de la zona, y como donó los terrenos no hubo ningún problema para su declaración como Zona Arqueológica Federal”.Agrega que la Organera-Xochipala está sobre una cima o la estribación de una formación montañosa; “lo que sorprende es cómo lograron construir en un terreno donde existe una inclinación de treinta grados. Se cortó y rellenó el terreno para construir las estructuras. Tiene un juego de pelota que no está excavado, dos patios hundidos rodeados totalmente de edificios que tampoco están liberados y que se parecen mucho a sitios que existen en el actual estado de Morelos. También tiene tres plazas grandes, seis patios y aproximadamente unas treinta estructuras que son las que están visibles y el público puede visitar. Hay palacios grandes, basamentos para templos, tumbas techadas con bóveda falsa, bóveda corbelada o el mal llamado arco falso. Estas bóvedas tienen una función estructural, son muros de contención, huecos pero al fin muros de contención de la terraza superior y a la vez la base donde se planta el palacio”.Dice que es impresionante el sitio porque “al ver la arquitectura puedes asegurar que estás en la zona maya, donde se utilizó la piedra caliza. Los habitantes hacen sus bardas de piedra caliza, lo que se llama muros secos, igual que en la zona maya. La piedra te permite desarrollar cierto tipo de arquitectura”.Sobre la infraestructura del lugar, comentó que “dentro de la infraestructura civil, que es cortar y rellenar, se previó la infraestructura hidráulica, que consistió en depósitos para almacenamiento y ductos para la conducción del agua, aunque también canales de desagüe. Aquí las lluvias son torrenciales, en esta temporada fue sorprendente descubrir en la plaza principal la entrada de uno de estos canales, que pensé que estaría destruido por los brutales saqueos, o que estaba tapado. Con la primera lluvia se inundó la plaza y se formó una pequeña laguna. La segunda lluvia fue una tormenta y pensé que se habían inundado hasta los edificios. Cuando llegué al sitio no había una sola gota. Con la presión se destapó el canal y salió el agua. Funciona después de mil trescientos años.Este lugar tiene una ocupación entre 650 o 700 D.C. hasta 900 o 1000 D.C., se ubica en un momento que denominamos los arqueólogos Epiclásico; es decir, después de la caída de la gran ciudad de Teotihuacán, que es el Clásico”.La zona arqueológica ya se puede visitar; todavía no se concluyen los trabajos para tener la estructura que debe tener una zona para que sea comprendida por los visitantes. La doctora destacó la falta elemental de la señalización, y las pequeñas cédulas en la zona.“Lo que estamos terminando es una sala introductoria, porque hemos visto que nos visitan muchos alumnos de primaria, secundaria y de la Universidad Autónoma de Guerrero. Esta sala será muy fácil de comprender, para que en dos o tres minutos dentro de ella te lleves una visión muy completa de lo que vas a visitar”.Resaltó el estilo de los objetos que se han encontrado: “no solamente hemos encontrado objetos teotihuacanoides, sino además objetos del más puro estilo teotihuacano, así como objetos identificados como de la cultura zapoteca, objetos probablemente venidos de Veracruz, lo que demuestra el intercambio que había. Por ejemplo, la obsidiana de las vajillas y las puntas de proyectiles nos refieren a contactos con lo que ahora es territorio de Michoacán e Hidalgo. Teotihuacán controlaba el mercado de la obsidiana. Xochipala no era un sitio aislado, tal vez estaba oculto, pero las evidencias nos hablan de una relación con regiones incluso muy alejadas como el Caribe. Hay conchas encontradas aquí que provienen del Caribe”.

La doctora nos explicó las satisfacciones y las adversidades de su trabajo reciente.

“La investigación de este lugar lo que más me ha dejado es una enorme satisfacción, porque realmente se conocía tan poco, prácticamente nada de la arqueología de la meseta de Xochipala. Me encontré con algo desconocido, con una arquitectura que jamás había visto en otra parte, con una cerámica no muy atractiva pero sí distinta a la de otras partes de Mesoamérica. Mi hipótesis de trabajo es que todo esto tenía que estar ligado con la cultura Mezcala, que se conoce a través de colecciones. Afortunadamente hice un estudio interesante sobre la arquitectura, la cerámica y la lítica, es decir, de todos los objetos de uso cotidiano. Con estos tres elementos pude determinar la existencia de una cultura distinta, y siguiendo el nombre que Miguel Covarrubias dio a una provincia del río Mezcala, le llamé la cultura arqueológica Mezcala”.

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