Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Renato Ravelo Lecuona

Nicolás de Jesús y la plástica nahua en París

De gigantesca instalación en París califica la corresponsal de Proceso (26.V.02), Anne Marie Megier, al lugar donde se instaló la exposición con el tema Indígenas: Chiapas México California a la cual fueron invitados una gran cantidad de artistas plásticos y videoastas mexicanos, ligados todos al proceso de resistencia indígena y popular a la globalización.

Planeado y organizado por Ivon Le Bot, la exposición se inauguró el pasado 21 de mayo y permanecerá hasta noviembre próximo. El Parc de la Villette –nos dice Anne Marie– es un inmenso espacio ubicado en la parte oriental de la ciudad que alberga, ente otros, a la Ciudad de las Ciencias, a la de la Música, salas de concierto y el pabellón Delouvrier en el que se realizan exposiciones temáticas temporales centradas en las culturas populares del planeta que la globalización obliga a mezclarse.

En este escenario hecho para el acceso masivo de personas que difícilmente acudirían a las galerías y museos que son la reserva territorial de las élites y acuden a ella para su esparcimiento. Aquí se planearon cuatro grandes exposiciones para divulgar en un público popular expresiones de otras culturas bajo una temática común: la respuesta indígena ante el impacto global. Primero se montó la de Mali, luego la mexicana, seguirá la de Lisboa y al final la del islam.

La idea del museo se rige por la consigna zapatista de un mundo donde quepan muchos mundos. Le Bot afirma: Bernad Latarget –el director del museo– tomó prestada la frase. La presencia de México es una especie de panel a cielo abierto, realizado en torno a una larguísima manta sostenida en árboles, con maderos y materiales rústicos, al estilo Aguascalientes, sobre la cual se sigue el itinerario de una resistencia indígena reforzada con monitores especiales que pasan videos tomados directamente en México. El viaje empieza en Chiapas, sigue por Oaxaca, desemboca en Guerrero, pasa por el DF y llega a California y EU, reporta Anne Marie.

Pinturas, fotos, videos y grabados van ilustrando el impacto global depredador y la resistencia reflejada en diversas obras. De Chiapas predominan los videos, la crónica de su marcha al DF y sus murales, entre los que se destaca el de Taniperla destruido por el ejército cuando intervino en el mismo día que se instalaba el municipio autónomo de Flores Magón. De Oaxaca, aparece la resistencia juchiteca de la Cocei, con una pintora indígena, Toledo desde luego con obras y en su papel de promotor cultural, hasta un video mixe.

En el espacio reservado a Guerrero, Le Bot optó por enfocar exclusivamente el movimiento de los pintores amateurs del Alto Balsas.

Entre la obras de los 21 artistas guerrerenses expuestos en la Villette ilustran muy bien cómo se mezcla la tradición de pintar y la irrupción de temáticas surgidas de su enfrentamiento con la agresividad del mundo exterior y diría yo, ante la invasión empresarial, arrolladora y apropiadora de su habitat, pues según reporta Proceso, llama la atención la serie de papeles de amatl, de altísimo nivel artístico, realizado por distintos pintores en los que se cuenta la movilización de los nahuas del río Balsas contra la construcción de la presa financiada por el Banco Mundial.

Nicolás de Jesús expone 32 obras mostrando su trayectoria desde que sale como amateur a Chicago donde radica tres años, pinta sus amates sobre la vida urbana y cotidiana de esa ciudad y regresa a Guerrero a reintegrarse a la vida de su pueblo, reintegración hasta el grado de cumplir con el cargo de comisario durante un año y dar servicio subsecuentemente en su natal Ameyaltepec. De él es el mural puesto en la entrada a toda la exposición mexicana, pintado sobre una manta transportable, trazado ahí mismo por Nicolás y rellenado por muchos y casuales voluntarios que pusieron un vivo colorido a todo. En el diseño se juntan diversos símbolos de la tradición y la modernidad expresada en la catástrofe de las torres cuatas de Nueva York y los aviones suicidas salidos desde los pueblos del Islam; aparece también un Zapata entregando un como bastón de mando a un encapuchado que sugiere obviamente a Marcos, dentro del barroco conjunto de imágenes-símbolos que sugieren a otros pueblos.

Nicolás regresó ya, satisfecho y sorprendido de la sensibilidad francesa ante lo que ocurre en otras partes del globo, y de los directivos y colaboradores de la Villete, quienes pensaron en no depender de subsidios gubernamentales para organizar todo y llevarlo a cabo. Para la clausura se está pensando llevar un buena parte de los creadores, buscando su autofinanciamiento, a la manera zapatista.

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