Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Planeación regional por cuenca

Es un hecho conocido por todos el grave problema de la contaminación que afecta a los ríos y las lagunas de Guerrero. Incluso tenemos ríos muertos por la acción del hombre como es el extinto río Huacapa en Chilpancingo o el río San Juan en Iguala. Ninguno escapa, aun los de mayor caudal como el río Balsas, de la acción  depredadora del ser humano. De nuestras lagunas, ni qué decir: no sólo están contaminadas sino también azolvadas. La mayor de ellas, la de Tres Palos, en Acapulco es la mayormente contaminada.

El problema no es de ahora, pero sí la situación crítica que presentan algunos de estos cuerpos de agua. Décadas de desatención, falta de conciencia e indolencia tanto de la sociedad como de los gobiernos, acumularon e intensificaron la contaminación. Ante este rezago, los costos para el saneamiento y restauración correspondiente son demasiado altos y las acciones a realizar más complejas. Lo que no se hizo en su momento, hoy resulta más caro y complicado hacerlo.

El agua de un río o laguna determina la vida de una región. Con el preciado líquido florece todo, sin él todo se convierte en páramo. Por eso el concepto de cuenca, subcuenca o microcuenca (por medio del cual se delimita un área, territorio o extensión geográfica que comprende la zona de influencia de un río junto con todos sus afluentes, desde su nacimiento hasta su desembocadura al mar) adquiere importancia en el desarrollo regional.

No puede haber desarrollo sostenible o sustentable, mucho menos sostenido en el tiempo, sino se preserva la vitalidad de las cuencas, es decir, del agua; pues está condiciona la vida de todo tipo que en ella se da. La planeación regional por cuenca es un esfuerzo y ejercicio que se está retomando por fortuna.

Los problemas actuales de nuestras cuencas empiezan aguas arriba, ahí donde la acción del hombre ha deforestado y ejercido el sobre pastoreo; ocasionando merma en la retención de agua y erosión intensa por la pérdida de suelo que el río lleva aguas abajo. Una consecuencia de ello es la disminución o abatimiento de los mantos friáticos en los valles. En su transcurso al mar, los ríos sufren el embate del hombre, que descarga en ellos la basura y aguas negras de pueblos y ciudades. Tira los residuos de sus explotaciones mineras y fábricas y hace que absorba el cuerpo de agua, los desechos de su actividad agrícola, como son los derivados de los herbicidas, pesticidas y fertilizantes químicos que usa. La sobre explotación  pesquera junto a las malas artes de captura también contribuye a mermar la vida que en ellos se contiene.

Así pues, mantener ríos y lagunas sanas es competencia de la sociedad y del gobierno. En la planeación y ordenamiento de las actividades que en una cuenca se realizan, requiere la observancia de conductas, acciones y recursos de los tres ordenes de gobierno y de los pueblos y productores que en ella residen y trabajan. Participación, concurrencia y coordinación comprometida provocará la sinergia requerida para revertir la tendencia a depredar las cuencas.

La planeación regional por cuenca, debe contemplar diferentes aspectos: Los relacionados con la conservación de los recursos naturales, la biodiversidad y los ecosistemas. Los referidos a las actividades y aprovechamiento productivo junto con las tecnologías utilizadas en la zona de influencia. Los concernientes a la utilización del agua para fines públicos y comunitarios; así como para la generación de energía eléctrica, para propósitos agrícolas o piscícolas y los relativos a la regulación, preservación y saneamiento de las aguas con sus respectivas acciones de supervisión y vigilancia. Todo ello en el marco de un desarrollo comunitario, una convivencia social armónica y con el mínimo de vicios y perversiones humanas posibles.

De no empezar a tomar cartas en el asunto seriamente corremos el riesgo de empezar a tener los siguientes efectos  con mayor recurrencia: cambios climáticos, inundaciones en áreas medias y bajas, disminución de la disponibilidad de agua y de su calidad, azolvamiento de presas y canales con el abandono de las actividades productivas principalmente agropecuarias y pesqueras o acuícola. En otras palabras, desertificación pobreza y emigración.

Una de las causas de las confrontaciones que se presentaran entre naciones, provincias y comunidades en el siglo XXI será, sin lugar a dudas, la disponibilidad y el uso del agua. Al tiempo.

PD.1.–Como economista no encuentro ninguna lógica en el hecho de que el gobierno federal en el 2001 haya tenido un subejercicio presupuestal que presentó el doble del monto de los recortes presupuestales realizados ese mismo año.

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