Marcial Rodríguez Saldaña

El negocio del futbol

El futbol como cualquier otro deporte, es una actividad muy recomendable para la salud, para que como dicen los clásicos de la educación del ser humano “mente sana en cuerpo sano”. Pero a diferencia de otros deportes que tienen sus expresiones regionales como el beisbol que se practica más en algunos países de América, las artes marciales en Asia y el ciclismo en Europa, el futbol desde hace décadas ha tomado una dimensión mundial.
1. El futbol se ha convertido en el deporte de las multitudes, no sólo por el número de personas que lo practican, sino por la cantidad de aficionados que asisten a los estadios, que lo escuchan por la radio y sobre todo que lo ven por la televisión. Es un deporte muy saludable para el desarrollo de la energía física, pues se corre, se salta y se ejercita todo el cuerpo humano, pero también se piensa, y aquellos que combinan su habilidad para dominar el juego y piensan con agilidad para realizar las mejores jugadas son los triunfadores, los artistas del futbol aclamados por las masas.
2. Pero a la par de la nobleza del deporte del futbol, en una actividad de multitudes no podía faltar la intervención de los mercaderes, que sobre todas las cosas no ven a este deporte como una actividad de recreación humana, sino como una mercancía. Es por ello, que existe la Federación Internacional del Futbol Asociado (FIFA) fundada hace más de un siglo y una década –el 21de mayo de 1904– que gobierna las federaciones de futbol en todo el mundo.
3. La FIFA se ha convertido en un organismo multinacional superpoderoso, ya que tiene sus normas que en la mayoría de los casos no respetan las leyes de los Estados en donde hay federaciones de futbol, sino que se superponen a ellas, se asumen como una instancia supranacional por encima del orden jurídico internacional y el interno de las naciones; así por ejemplo, tenemos el caso en que en materia de la defensa de los derechos de los jugadores, no admiten que éstos acudan a los tribunales laborales normales, sino que los obligan a que en desventaja se arreglen con la intervención de las federaciones locales de futbol.
4. La FIFA y sus federaciones en los Estados, han convertido al futbol en un espectáculo del mercado, del dinero; desde la designación de la sede del mundial que se celebra cada cuatro años; todo el control y lo que gira en torno a un mundial de futbol, como la macropublicidad  y la particular en cada país, en donde como pasa en estos días en México, se juega con la pasión de los aficionados, hartan a los televidentes con anuncios comerciales, programas que están vinculados a mediatizar a la población para utilizar al futbol como un deporte del consumo.
5. En México, el futbol se ha asumido como el gran negocio. Se ha metido dinero ilícito, como el caso más reciente del equipo de los Gallos Blancos del Querétaro, cuyo dueño es el acusado de fraude en Oceanografía. Se apuesta mucho dinero –millones de dólares– para que la selección mexicana pase aunque sea de panzazo las rondas previas al mundial y clasifique, incluso han existido casos bochornosos como el de falsificar actas de nacimiento de jugadores como ocurrió en las eliminatorias para el Mundial Juvenil de 1989, que tuvo como sanción que México no participara en el Mundial de Futbol de Italia 1990.
6. El resultado del mercadeo en el futbol mexicano es que la selección mexicana nunca ha llegado a semifinales en un Mundial, porque a los directivos les ocupa más el dinero que el deporte. El futbol es un reflejo del deporte en México, en donde somos muy poco competitivos, basta ver cada cuatro años las Olimpiadas para observar el cuadro de medallas en donde nuestro país no figura en los primeros lugares, salvo honrosas y muy reconocibles excepciones. Por ello, hay que dar un viraje en la concepción que hay del futbol y el deporte en general, para dejar de verlo como un negocio y asumirlo como parte sustancial de la educación integral de los mexicanos.

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