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Renato Ravelo Lecuona

Digna entró a la boca del lobo

 En la boca del lobo está metida ahora Maribel Gutiérrez, la valiente y querida reportera de El Sur, junto con todos los valientes guerrerenses de la  sierra de Petatlán que le ofrecen sus testimonios sobre el asesinato de Digna Ochoa. Habría que hacer una lista de ellos y grabar sus nombres en oro, pues gente con este valor civil es la que cambiará a este país.

Maribel y ellos, han abierto la boca del lobo y la sostienen así, corriendo riesgo de muerte. Urge que se sumen los valientes para que esta boca no pueda ser cerrada hasta que el lobo muera.

En estos días El Sur publicó la larga serie de testimonios que configuran el claro panorama delictivo del cacicazgo priísta de Rogaciano Alba, situado en un centro regional de poderes: la presidencia municipal, los cuerpos policiacos, cuerpos paramilitares, el ejército mexicano, el control del narcotráfico, la explotación de los bosques; poder de asesinar o encarcelar campesinos ecologistas defensores de la vida, a activistas de derechos humanos como Digna Ochoa, opositores políticos, etc., y mantenerse en la impunidad, amparado por un poder más grande que lo respalda.

Este lobo que domina los negocios sucios, cuantiosos pero sucios, de la depredación criminal del bosque, de la siembra de enervantes, de la política de Estado, es un lobo que tiene una larga cola que llega a las secretarías de Estado como la Defensa y Gobernación, pasando por los poderes del estado con su camarilla gobernante del PRI.

El panorama está tan claro que Maribel, con Alfredo García Torres y otros presos de conciencia, con los familiares de las sucesivas víctimas de esta mafia criminal, ha realizado la investigación que no han querido hacer las autoridades judiciales perredistas del DF que sostienen la absurda pista del suicidio de Digna. El PRD está obligado no sólo a deslindarse de su procurador de justicia, sino a promover acciones legislativas para intervenir en el asunto e impedir que el lobo y su mafia cobren más víctimas. Aunque pierdan votos imbéciles, ganarán votos dignos.

No hay peor ciego que el que no quiere ver. En la misma indagatoria de El Sur están todos los elementos de juicio para investigar y determinar la culpabilidad jurídica de los asesinos de Digna Ochoa. Un jurado popular tendría suficiente con esos testimonios para interrogar y dictar su veredicto, pero el amañado y perverso sistema judicial mexicano está diseñado precisamente para desvanecer e ignorar cualquier prueba, a juicio plenipotenciario de un juez cualquiera.

Si la DEA y sus agencias nacionales, que dicen combatir pero en realidad protegen y controlan el narcotráfico, no actúan, no es por falta de evidencias, sino de voluntad. Eso lo vimos con absoluta claridad cuando detuvieron hace unos años a Pablo Cortés Varona tras una reunión del Cresig a la que concurrieron los secretarios de Estado Julia Carabias y Carlos Rojas, junto con el gobernador Angel Aguirre. El acusador de la mafia, resultó acusado por ella misma. Los mandos militares actúan con fuero propio, solapan a sus propios violadores de mujeres indígenas y ejecutan sumariamente a activistas de la democracia como en El Charco, sin que sean sometidos a tribunales civiles. Son los amos de la nación y del narcotráfico; son aleccionados por los propios norteamericanos para lo que ellos quieren, sin que la nación sepa nada, con el silencio cómplice de los legisladores y el acuerdo presidencial. No sabemos si los yanquis preparan a miles de elementos del ejército mexicano como los próximos genocidas de las comunidades indígenas o como expertos manipuladores del narcotráfico, pero los vemos operar en la sierra de Petatlán protegiendo a los depredadores del bosque y narcotraficantes, con quienes forman cuerpos paramilitares.

Digna empezaba a ser la asesora de los valientes campesinos ecologistas de Petatlán, entró a la boca de un lobo que tiene su cola en las esferas regionales y nacionales del poder, y la asesinaron para que no repitiera su hazaña de valor civil defendiendo a los ecologistas defensores de la vida. Maribel y los testimoniantes de El Sur están en la misma boca. Sumémonos todos para impedir que sean devorados con la impunidad prevaleciente. Detrás de este asunto, está todo el poder oculto que gobierna en los hechos a la nación.

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