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Rogaciano Alba, señalado entre un grupo civiles armados que reprimen en la sierra

* Apareció por primera vez en el caso de Digna Ochoa por denuncia de un serrano preso en Acapulco

Maribel Gutiérrez (Tercera parte) * El nombre del ex presidente municipal de Petatlán y actual presidente de la Asociacón Ganadera Regional de Guerrero, Rogaciano Alba Alvarez, está vinculado a una larga cadena de hechos de violencia contra los pueblos en la sierra de ese municipio, de los que se responsabiliza a un grupo de civiles armados considerados paramilitares, que actúa coordinadamente con el Ejército. Apareció en el caso Digna Ochoa cuando el Comité de Presos Políticos y de Conciencia de Acapulco pidió que se investigara por el asesinato de la abogada al que es señalado como el principal cacique de la región. La Procuraduría del DF conoció estas denuncias, que se publicaron en diversos medios, y uno de los equipos que vino a Guerrero a investigar el caso, el 23 de enero, tomó la declaración del preso Alfredo García Torres, que está sentenciado a 11 años de prisión culpado de haber matado a siete policías judiciales federales.

Con unas cuantas preguntas, los investigadores trataron de indagar qué sabía el preso sobre la participación del ganadero en el caso Digna Ochoa. No tenía pruebas, solamente el razonamiento de que los intereses del cacique y sus alianzas con el Ejército y las policías iban a ser afectados con el apoyo que la abogada comenzaba a dar a los campesinos de la sierra, que estaban olvidados, aislados, solos. Después, las preguntas se centraron en el asesinato de los judiciales federales, que habían ido a la comunidad de Rancho Nuevo el 5 de marzo de 1999, contratados por el mismo Rogaciano Alba, según los afectados. Los presos políticos de Acapulco también fundamentaban su petición de investigar a Rogaciano Alba en hechos que habían denunciado sobre la participación del ex presidente municipal de Petatlán en la violencia en la sierra de Guerrero, vinculado a las corporaciones policiacas y a militares, y también al narcotráfico y a la explotación ilegal de los bosques.

Alba fue presidente municipal en el periodo 1993-96, impulsado por el entonces gobernador Rubén Figueroa Alcocer, quien dejó el cargo en este último año, debido a las presiones contra el gobierno de Ernesto Zadillo con motivo de la masacre de Aguas Blancas. Cuando ya Figueroa estaba fuera del cargo, el 26 de mayo de 1996, en una conferencia de prensa en Acapulco, el entonces procurador de Justicia de Guerrero, Antonio Hernández Díaz, informó que la Procuraduría estaba investigando la vinculación del presidente municipal de Petatlán con el secuestro de un ciudadano estadunidense ocurrido en Zihuatanejo, el 20 de mayo de 1996, presuntamente relacionado con el narcotráfico.

La primera mención a Rogaciano Alba

En su carta del 6 de noviembre de 2001, en la que demandó a la Procuraduría General de Justicia del DF que incluya al ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer y al presidente de los ganaderos de Guerrero, Rogaciano Alba Alvarez, en las líneas de investigación sobre el asesinato de la abogada Digna Ochoa, el Comité de Presos Políticos y de Conciencia del Cereso de Acapulco plantea que Rogaciano Alba forma parte de un grupo paramilitar, con estrechos nexos con Figueroa Alcocer, y que funciona en contubernio con jefes del Ejército, que se ha dedicado a reprimir en la sierra a los campesinos que defienden los bosques, quienes han afectado poderosos intereses económicos.

Dieron los nombres de los principales integrantes del grupo paramilitar que actúa en la sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán: Bernardino Bautista Valle, Marcelino Acosta Avila, Modesto Acosta Avila, Adelfo García Gutiérrez, Bernardo García Gutiérrez, José Rauda Orozco, Isabel Santoyo y Juan Chávez Torres. Afirmaron que la visita de Digna Ochoa a la sierra de Petatlán el 1 y 2 de octubre afectaba los poderosos intereses a los que responde este grupo paramilitar, porque la abogada iba a apoyar en la defensa legal de los presos y los perseguidos que han sido reprimidos por dichos caciques y el Ejército.

Los integrantes del Comité de Presos Políticos, que preside Omar Guerrero Solís, con Lucio de la Cruz Villa como secretario de prensa y propaganda, y entre otros miembros Alfredo García Torres y Rogelio García Pineda, difundieron esa carta para alertar sobre las pretensiones del presidente de la Asociación Ganadera de Guerrero, Rogaciano Alba, quien en entrevistas publicadas en diarios locales el 5 de noviembre declaró que más de 60 ganaderos de la Costa Grande han sido secuestrados, y pidió que el gobierno del estado y el Ejército les “faciliten la creación de grupos armados para contrarrestar a la delincuencia organizada”.

Señalan que Rogaciano Alba al frente de un grupo de civiles armados y tropas del 40 Batallón de Infantería del Ejército, en El Nogal, en el filo mayor de la sierra de Petatlán, asesinaron al campesino Salvador Cortés e hirieron a la señora Elva García Contreras que estaba embarazada, el 18 de febrero de 2000, “y a pesar de que ha habido múltiples denuncias nunca ha sido detenido ni siquiera molestado”. Dice que este grupo y los militares han sido responsables de la detención de campesinos inconformes con la explotación de los bosques, a quienes les fabrican delitos para tenerlos en la cárcel, y “muchos más siguen siendo perseguidos por parte de este grupo paramilitar en compañía del Ejército federal”.

El presidente del Comité, Omar Guerrero, explicó que sus integrantes saben de este grupo paramilitar porque tienen compañeros que han sido reprimidos por éste y el Ejército, entre ellos Alfredo García Torres, Alvaro García Avila, Moisés Martínez Torres, José Coria Sánchez y Pilar Martínez Pérez. Atribuyó a ese grupo y a militares del 40 Batallón de Ciudad Altamirano, el asesinato en la comunidad de Pizotla de Jesús Santana, Francisco Santana y de un muchacho de la costa que trabajaba con ellos, así como la desaparición el 13 de marzo de 2000 del campesino Maximino Maciel Jaimes, que era parte de la mesa directiva del ejido de Pizotla y participaba en la organización del movimiento ecologista de la sierra, cuando fueron encarcelados los campesinos ecologistas muy conocidos Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera.

A la pregunta de qué relación tiene el ex gobernador Rubén Figueroa en todo esto, Omar Guerrero dijo: “Tiene mucho qué ver con los empresarios que estaban aprovechando los recursos forestales de esta parte de la sierra. El está detrás de todo esto desde que era gobernador, y se siente afectado porque los convenios que hizo para la explotación de los bosques se vinieron abajo por la lucha de los campesinos en defensa de los bosques”.

Los presos que piden que se investigue esta línea piensan que este crimen pudo ser planeado como un escarmiento para todos los que quieran ayudar a los campesinos que defienden los recursos forestales. “Ellos quisieran que nos quedáramos presos muchos años, y que los campesinos que están huyendo sigan así para siempre, para que no puedan luchar contra los que explotan el bosque, y Digna Ochoa nos iba a apoyar, por eso les afectaba”.

Interrogatorio a un preso

El 23 de enero, el agente del MP de la Fiscalía de Homicidios del DF, Franz Borges, estuvo en al penal de Acapulco para hablar con el preso Alfredo García Torres, uno de los que firman la petición de que se investigue a Rogaciano Alba por el asesinato de Digna Ochoa. Le preguntaron qué relación tiene con esa persona, y dijo que Rogaciano Alba participó cuando lo detuvieron, con los García Gutiérrez y militares del 40 Batallón. También, cuestionaron porqué sabe que Alba tuvo que ver con el asesinato de Digna. García Torres reiteró que conoce a Rogaciano y sabe que ha cometido asesinatos, incluso de mujeres, y que no le convenía que Digna defendiera a los campesinos ecologistas de la sierra de Petatlán.

Le preguntaron si sabe qué gente tiene Rogaciano Alba, y dijo que no solamente tiene gente en Guerrero, tiene en Petatlán a los García Gutiérrez y los Acosta y en México a Bernardino Bautista. Explicó que Bernardino Bautista (conocido como Nino Bautista, con quien tuvo conflictos la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán desde su surgimiento, en 1998) salió de la sierra porque tuvo problemas personales y lo atacaron en Banco Nuevo, y aprovechó para culpar a los ecologistas y denunciar que pertenecen a un grupo guerrillero, y así logró que subiera el Ejército a perseguirlos.

En un intento por ver la cara política del conflcito, le preguntaron si pertenece al PRI o al PRD; García Torres dijo que al PRD. Le preguntaron si Rogaciano Alba pertenece al PRI, y dijo que sí. Entonces plantearon si lo que hay en la sierra son conflictos políticos, y el campesino preso opinó que no, y afirmó que el origen del problema es que los campesinos que defienden los bosques le estorban a Rogaciano, que quiere tener el control de la sierra para desarrollar sus negocios y actividades ilícitas.

Actuación con militares

El 18 de febrero de 2000, los vecinos de Las Palancas, en el filo de la sierra, entre Petatlán y Coyuca de Catalán, vieron llegar soldados y con ellos iba un grupo de civiles armados, al que califican de paramilitar, encabezado por Rogaciano Alba. Ahí fueron arrestados cinco campesinos, de los cuales tres siguen en prisión: Alvaro García Avila y Juan García Avila, sentenciados por posesión de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, y Alfredo García Torres, por posesión de semillas de amapola y mariguana y por homicidio. De Las Palancas, militares y el grupo civil armado fueron a El Nogal, donde mataron a Salvador Cortés e hirieron a una mujer embarazada.

En el proceso penal 18/2000 del Juzgado Tercero de Distrito, en Acapulco, aparecen declaraciones de testigos que dan cuenta de la actuación conjunta de las tropas del 40 Batallón de Infantería con el grupo paramilitar. En el parte informativo sobre la detención de los cinco campesinos aparecen las firmas del teniente de infantería Alberto Carrera Alvarez y de los sargentos Joel Cruz Baranda y Javier Figueroa Vargas, quienes niegan que hayan ido acompañados por civiles, y en su informe no hacen alguna referencia a los hechos de El Nogal. No hay una investigación sobre los delitos de homicidio y lesiones que ahí se cometieron ni se determinó alguna responsabilidad.

Uno de los procesados que fue absuelto, Alfonso Ramírez Peñaloza, declaró que fue detenido por soldados, en Las Palancas, que lo llevaron hacia un camión donde había civiles, entre los cuales reconoció a Adelfo García Gutiérrez y a Bernardo García Gutiérrez. Alvaro García Avila declaró en el Juzgado que cuando lo arrestaron vio camionetas donde iban civiles con armas, y preguntó al jefe del Ejército porqué lo detenían, y en eso uno de los civiles lo amenazó con un arma. Alfredo García Torres dijo que en Las Palancas había varios soldados y civiles con la cara tapada; que eran dos camiones con soldados y tres camionetas Chevrolet de 3 toneladas donde viajaban los soldados y civiles.

Una testigo, Rafaela Peralta García, dijo en el Juzgado que vio una camioneta color rojo con gente vestida de civil con armas. Julia Arellano López declaró que en Las Palancas había una camioneta blanca con rojo, otra blanca y otra roja, con civiles que estaban armados y tapados de la cara. Gerónima López Contreras dijo que vio como a diez civiles en una camioneta roja que llevaban muchas armas, y que iban con el rostro tapado.

 

Actuación con policías

 

Rogelio García Pineda, también integrante del Comité de Presos Políticos y de Conciencia de Acapulco, dio a conocer el testimonio de su detención, en el que aparece Rogaciano Alba torturándolo, al lado de policías judiciales del estado. El preso, de 33 años, originario de El Achotal, en la sierra de Atoyac, fue detenido el 18 de mayo de 1998, en Ixtapa Zihuatanejo, con otras cinco personas, acusados del secuestro del ganadero Jesús Gómez Escalera y de que es parte del EPR. Según el testimonio, fechado el 13 de noviembre de 2001, cinco días estuvieron en manos de policías judiciales del estado, entre ellos los comandantes Tomás Herrera Basurto, Oscar Salomón Cruz Anguiano y Arturo Gómez Pérez, y fueron trasladados a una huerta de mango localizada rumbo al mar en San Jeronimito, municipio de Petatlán.

Denuncia las torturas a que fueron sometidos para obligarlos a declarar que eran secuestradores y del EPR, y en las torturas mataron a uno de sus compañeros, Leopoldo Ruiz Lomas, a quien enterraron en una fosa. Dice que lo sumergían en agua, lo golpeaban, y lo metían en una sepultura para simular que lo iban a enterrar vivo, y lo rociaban con gasolina para quemarlo; hicieron que un perro le mordiera el cuello,  y le metían a la boca el cañón de un arma para hacerle creer que lo iban a matar. Afirma que en estas torturas participó Rogaciano Alba Alvarez.

Relata cómo vio a Alba: “El 21 de mayo (de 1998) al amanecer, me dicen: ¿quieres morir igual que tu amigo? Yo les dije que no, que mejor iba a decir lo que ellos querían. (…) Me quitaron la venda y vi a civiles armados con rifles de alto poder, entre ellos se encontraba Rogaciano Alba Alvarez, que portaba una súper ramiada de oro en la cacha”.

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