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Se reconcilian cívicos y felixistas en el Congreso estatal perredista

* Decide el M-27 dejar de impugnar la elección interna del 17 de marzo * Participa en la planilla única del Consejo Estatal y en el Comité Ejecutivo * El secretario de Asuntos Electorales, Juan Guerra, los conminó a no pelearse por las “migajas del pastel” * El grito de “¡unidad, unidad!” selló la reconciliación

Hugo Pacheco León, corresponsal, Chilpancingo * El tercer Congreso Estatal del PRD resultó un acto de unidad, luego de que los felixistas del M-27 decidieron no continuar su impugnación a los resultados del proceso electoral interno del 17 de marzo, al ser incorporado el alcalde de Buenavista de Cuéllar y ex candidato a presidente estatal, Hermilo Mejía Estrada, como secretario general del partido, y al tomar parte en la conformación de la planilla única de los 20 consejeros estatales y del Comité Ejecutivo Estatal (CEE). En el Congreso, los perredistas aprobaron en lo general un documento de línea política presentado por el presidente del CEE, Martín Mora Aguirre, que fue enriquecido más tarde en el debate por unos 10 oradores. Se aprobó impulsar un cambio en la política económica y social del estado, por medio de la redistribución del ingreso, fomentar el empleo, pagar salarios justos e invertir en educación y en la cultura.

Respecto a la reforma política, el PRD se propone un cambio democrático y no sólo la alternancia en el poder, por medio de la reforma integral del Estado. Frente al gobierno de René Juárez Cisneros se acordó mantener “un apostura crítica, proponiendo alternativas político-sociales distintas”. Pero “esta posición crítica no impide el diálogo público entre la instancia gubernamental y el partido, siempre que estén de por medio los intereses de la sociedad”. En el tema de los indígenas, el PRD impulsará legislar sobre el reconocimiento de la “autonomía y su cultura”. También, garantizar la gratuidad y la calidad de la educación pública, e impulsar un sistema universal de seguridad social. En materia de derechos humanos, exigirá el esclarecimiento de los crímenes políticos, el castigo a los responsables de la guerra sucia de los años 70 y de las masacres de Aguas Blancas y El Charco. Demandará la desmilitarización de las zonas rurales, donde se han cometido arbitrariedades y violaciones sexuales a mujeres indígenas.

El congreso perredista se manifiestó por la promulgación de una ley de amnistía que beneficie a los presos políticos, y mandató a los diputados locales a impulsar su aprobación en el Congreso del Estado. Acordó entregar recursos fijos mensuales a los presos políticos, y allí mismo se hizo una colecta para enviarlos a los penales de Puente Grande, Jalisco; de Almoloya, estado de México, y de Guerrero. Durante la discusión de este asunto, el dirigente del FODEG y ex preso político, Bertoldo Martínez Cruz, reclamó un adeudo del CEE por cerca de 80 mil pesos que nunca le entregaron, y dijo que al Comité de Presos Políticos también le adeudan 10 meses. El ex presidente del CEE y actual secretario de Derechos Humanos y Asuntos Indígenas del CEN, René Lobato Ramírez, explicó que el adeudo responde a una disposición de la Oficialía Mayor, que requería las comprobaciones de ese dinero, y que por ello no se liberó el recurso.

La explicación dejó satisfechos a los del FODEG y molesta la ex presa política Virginia Montes González, quien quiso continuar los reclamos, para lo cual subió a tribuna y trató de arrebatar el micrófono al presidente del Consejo Estatal, Apolinar Segueda Dorantes, que fungía en ese momento como moderador de la Mesa Directiva del Congreso. No le dio el micrófono a Virginia Montes, y terminó la discusión del tema. Respecto de la cultura, el congreso sólo se comprometió a integrar las propuestas de los promotores culturales a una política del partido. Lo demás será la búsqueda de la institucionalidad del partido, dando el peso político como máxima instancia al Congreso y al Consejo estatal, convertir a los comités municipales y comités de base en el centro de acción política, y garantizará la legalidad por medio de la Comisión Estatal de Garantías y Vigilancia.

También se dará prioridad a la capacitación y formación política y se desarrollará un programa especial de formación de mil cuadros del partido; se instalará un centro de análisis político, económico y social; se creará un periódico como órgano de difusión perredista; se creará un sistema de capacitación para tareas de gobierno, y se priorizará la elaboración de la estrategia electoral. En la inauguración del tercer Congreso Estatal, a nombre del CEN, el secretario de Asuntos Electorales, Juan Guerra, conminó a los guerrerenses a no pelearse por las “migajas del pastel”, y dijo que el PRD tiene la oportunidad de ganar la mayoría del Congreso del Estado y los ayuntamientos, pero que para ello será necesario sacrificar las aspiraciones personales para privilegiar a los candidatos que tengan las preferencias electorales. Argumentó que de acuerdo con la encuesta que ordenó el CEN en Guerrero, el PRD tiene la oportunidad de ganar las principales ciudades. Puso como ejemplo Taxco, donde dijo que ese partido tiene 50 por ciento de  las preferencias electorales, arriba del PRI y del PAN.

Por eso exhortó a abandonar las confrontaciones internas y luchar con todo contra el PRI. Terminó su intervención al grito de “¡unidad!”. Luego intervino el secretario de Relaciones Políticas y Alianzas, Ramón Sosamontes, quien dijo que si hoy fueran las elecciones el PRD ganaría las elecciones de ayuntamientos y diputados, y podría con ello “vencer al caciquismo”, de acuerdo con los resultados de la encuesta ordenada por el CEN que aplicó la empresa consultora Alducin. La tarea no es fácil, dijo, pues en la elección de octubre tendrán que vencer “al presidente nacional del PRI, Roberto Madrazo Pintado; a Rubén Figueroa Alcocer, y a su títere (el gobernador) René Juárez Cisneros, y a Héctor Vicario, que sólo se dedica a estorbar la democracia en el estado”.

Anuncio allí que felixistas y cívicos empeñaron “su palabra de hombres y mujeres por la unidad y el reconocimiento a Martín Mora Aguirre como presidente estatal, y para incorporarse todos al Comité Ejecutivo Estatal (CEE)”. También anunció que el CEN, junto con el CEE habrán de recorrer los municipios para hablar con los aspirantes a alcaldes y diputados, “para privilegiar a quien vaya a ganar, no a quien propongan los grupos”. El aplauso marcó la aceptación de la línea del CEN. Luego se hizo la toma de protesta al secretario general del CEE, el felixista Hermilo Mejía Estrada, quien fue recibido con aplausos, y en su discurso varias interrumpido con el grito de “¡unidad!” El alcalde de Buenavista de Cuéllar aseguró que el felixismo decidió dejar de impugnar el proceso electoral, para sumarse a los trabajos por el triunfo de los ayuntamientos y diputados locales.

Dijo que era un compromiso del M-27 con los delegados y consejeros, alejar la incertidumbre con que llegaron a los trabajos del Congreso y Consejo, y aportar su cuota a la unidad.

 

El tejido fino de los enviados del CEN

 

El cabildeo por la ansiada unidad en el PRD no estuvo exento de contratiempos. El primer intento se frustró debido a la negativa de cívicos y felixistas para reunirse en la ciudad de México con los integrantes de la Comisión Especial del CEN del PRD. Y el segundo intento, por momentos parecía no concretarse debido a las dificultades que tenía el M-27 para procesar en su asamblea estatal la propuesta de integrarse a la nueva dirigencia estatal que encabeza el cívico Martín Mora Aguirre. Así, y luego de la discusión entre los principales dirigentes regionales que representan al felixismo, el M-27 acordó ir al diálogo con los cívicos y la Comisión Especial del CEN del PRD, a fin de buscar acuerdos que pusieran punto final al conflicto postelectoral interno y propiciaran las condiciones de unidad que les permitan ganar la mayoría de los ayuntamientos y el Congreso local.

Según algunos de los asistentes, los cívicos y los felixistas se encontraron en el restaurante El Señorial. En la reunión estuvieron, por los  cívicos, el senador Armando Chavarría Barrera, Martín Mora Aguirre, Guadaupe Eguiluz Bautista, Guillermo Sánchez Nava y David Jiménez Rumbo. Por los felixistas asistieron el diputado local Misael Medrano Baza, Crescencio Almazán Tolentino –ex coordinador de la campaña de Hermilo Mejía Estrada– y Wulfrano Salgado Romero, vicepresidente del Consejo Estatal. Presidieron la reunión el Secretario de Relaciones Políticas y Alianzas del CEN del PRD, Ramón Sosamontes; el secretario de Asuntos Electorales, Juan Guerra, y Victoria Peñaloza, representante de Martha Dalia Gastélum, también de la dirigencia nacional.

El M-27 fijó primero su postura. Misael Medrano y Crescencio Almazán señalaron que acudían a dicha reunión a convocatoria de la dirigencia nacional, y que la intención era “sentar las bases de la gobernabilidad interna, la unidad del partido y la institucionalidad”. Dijeron que habían decidido entablar el diálogo “a partir del acuerdo de su asamblea estatal, y como una muestra de civilidad política”. Por ello, plantearon que el diálogo debería darse con todas las corrientes internas y sobre la base de un esquema de negociación que incluyera la celebración del Congreso Estatal, la integración de la Mesa Directiva del Consejo, el Comité Ejecutivo Estatal, la Comisión Estatal de Garantías y Vigilancia, los Comités Ejecutivos Municipales, los Comités de Base y los métodos a utilizar en la definición de candidaturas a las alcaldías y los ayuntamientos. Los cívicos estuvieron de acuerdo en que el diálogo se produjera con todas las corrientes, pero además admitieron que dicho diálogo debería encaminarse a la búsqueda de equilibrios entre las corrientes, aunque sostuvieron que también ellos son damnificados del proceso electoral interno, el cual según Guillermo Sánchez Nava, tuvo serias deficiencias “pero que no fueron imputables a ninguna de las corrientes, sino a la falta de logística del partido para organizar una elección de tal magnitud”.

Así, con la presencia de los principales operadores de ambas corrientes y con la mediación de la dirigencia nacional, los acuerdos se centraron en los puntos siguientes: Integrar una planilla de unidad en la elección de los 20 Consejeros Estatales que serían electos por el Congreso Estatal; buscar acuerdos con las demás corrientes para integrar de consenso la mesa directiva del Consejo Estatal, el Comité Ejecutivo Estatal, la Comisión Estatal de Garantías y Vigilancia y los métodos para la definición de candidatos en los distritos y alcaldías; y mantener el diálogo y la unidad como estrategia para ganar la mayoría en los comicios de octubre próximo.

 

La incorporación de los felixistas

 

La llegada de la plana mayor del CEN del PRD, permitió que en los trabajos del Congreso se transformara un gran acto de unidad, donde los cívicos y felixistas intercambiaban aplausos y reconocimientos. Pero para ello tuvieron que tejer fino los enviados del CEN, el secretario de Relaciones Políticas y Alianzas, Ramón Sosamontes, y el secretario de Asuntos Electorales, Juan Guerra. Se incorporaron más tarde el secretario de Organización, Carlos Sotelo; el de Prensa y Propaganda, Javier Hidalgo, y el secretario de Derechos Humanos y Asuntos Indígenas, René Lobato Ramírez. Desde las nueve de la mañana y hasta las 16:27 horas que comenzó, se alcanzaron acuerdos e inició la sesión del pleno con unos 300 delegados. Luego se dieron las participaciones de los enviados del CEN, pero también el empresario Pioquinto Damián Huato amagó con tronar los acuerdos al presentar una planilla que llevaría a una elección que todos querían evitar.

Así, durante los discursos de inauguración, el líder del MDS, el senador Armando Chavarría Barrera, de Nueva Izquierda (NI), Sebastián de la Rosa; de Fuerza Democrática Perredista, realizaban fuertes cabildeos para salvar los acuerdos con los felixistas que ya habían decidido incorporarse al Congreso y que Hermilo Mejía asumiera la Secretaría General, pero que aun no arribaban al salón Sortilegio, donde se sesionaba. Llegaron los felixistas encabezados por René Lobato a las 18:30 horas y fueron recibidos en el acceso del salón de fiestas, por el senador Armando Chavarría Barrera, Juan Guerra y Ramón Sosamontes. A esa hora los felixistas se incorporaron a los cabildeos para tratar de convencer a Pioquinto Damián de que no podía aspirar a más posiciones en la lista de los 20 consejero que se elegirían.

Pero al MDS tampoco le fue bien internamente, luego de que los cívicos de la Tierra Caliente, específicamente de los municipios de Zirándaro, Tlalchapa, Cutzamala, Tlapehuala y San Miguel Totolapan, se unificaron para reclamar espacios para el primero, y argumentaron al senador Armando Chavarría que el trabajo preselitista a favor de la candidatura de Martín Mora fue un éxito contra el felixismo. Pero los convencieron. Al final lograron acuerdos. Eran las 10 de la noche cuando se presentó la planilla de unidad, luego que de última hora convencieron al dirigente de Convergencia Socialista (CS), Carlos Payán Torres, de que no podrían darle tres posiciones como lo exigía. Así, luego de que cívicos y felixistas cedieron un espacio de los seis que acordaron originalmente para incorporar a todas las corrientes, el presidente de la Mesa Directiva dio lectura a la planilla: por el MDS quedaron Antonio Hernández Martínez, Beatriz González Hurtado, Antonio Pérez Díaz, Ramón Gracida González y Silvano Blanco de Aquino.

Por el M-27, Crescencio Almazán Tolentino, Ramiro Alonso de Jesús, Leonor Ortiz Valle, José Isaac Carachure, María Cita Flores Pineda Blas y Luisa Ayala Mondragón. Del Grupo Teloloapan, José Bibiano Vargas. De Convergencia Socialista, Adolfo Plancarte y Fulgencio Bustamante Mendoza. De FDP, Leonardo Castrejón. Del Movaz, Francisco Javier Salazar. Del MIG, Angel Villalba Rodríguez. Del MSI, Ranferi Hernández Acevedo; de la Redir, Marco Antonio Salgado. Del FODEG, Lino Hernández López. Y Pioquinto Damián Huato y la diputada Rosario Merlín García. Así se votó por unanimidad y se clausuraron los trabajos del tercer Congreso Estatal para dar paso a la sesión del Consejo Estatal. El grito de “¡unidad, unidad!” selló la reconciliación entre felixistas y cívicos.

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