Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Xavier Carreto A.

No podemos perder un minuto más con el PRI

En estos tres primeros años del gobierno del licenciado René Juárez, a la mitad del camino como lo anuncia la profusa publicidad gubernamental, no hemos visto la mayoría de los guerrerenses, salvo los priístas a quienes tiene muy convencidos, que nuestra entidad avance. Por el contrario, a diferencia de lo que sucede en otros estados de la república mexicana, vemos algunos retrocesos particularmente en el ámbito de la política, de la seguridad pública, la educación y una corrupción prácticamente generalizada en la administración pública estatal, entre lo que más resalta.

En lo político, por ejemplo, no se concretó la llamada reforma electoral, con lo cual las reglas de los comicios locales de octubre próximo se llevarán a cabo en una situación inequitativa que favorece al PRI, entre otras cosas, por la ausencia de una reglamentación que impida el uso de los recursos públicos, como los priístas lo han hecho y lo siguen haciendo, en las precampañas y campañas que realizan; así como la complicidad de los diputados locales que no hacen su trabajo de fiscalizar el ejercicio honesto del gasto público. Asimismo, fueron ratificados los integrantes del Consejo Estatal Electoral que no nos garantizan imparcialidad por haber sido nominados, desde el periodo anterior, en un proceso oscuro que sólo conocieron algunos miembros del Congreso local; a esto debemos agregar que también han sido ratificados los consejeros electorales de los 28 distritos locales.

Por otro lado, tenemos que, con la complacencia de algunos y la sumisión de la mayoría de los priístas, el gobernador sigue decidiendo las candidaturas a los cargos de elección popular en su partido, allá ellos y su conciencia si todavía les queda. Pero lo más grave es que pretenda hacer lo mismo en los partidos de oposición; y seguir utilizando, como en el pasado, a partidos de mentira para engañar a quien se deje, afortunadamente ya no a muchos.

Respecto de la corrupción en la administración estatal, específicamente en el sector educativo, se sabe de la venta de plazas –de manera notoria las relacionadas con las telesecundarias–; la existencia de un gran número de aviadores y la ausencia constante de los profesores de las aulas de clases –como si el dinero público se tirara a la basura, pues casi el 98 por ciento del presupuesto se destina al salario de los maestros–, ante la pasividad y carencia de autoridad moral de las autoridades educativas para resolver el incumplimiento de los planes y programas de estudio que ubica a Guerrero como una de las entidades más rezagadas del país.

Con relación a los servicios de salud, el segundo rubro más importante del gasto público, éstos no están a la altura de los requerimientos del pueblo de Guerrero por la carencia de la infraestructura necesaria, ya que, ahora se sabe, se desvían los recursos destinados a este propósito a los bolsillos de los funcionarios. El caso del Hospital Regional de Taxco es lo más conocido, pero seguramente habrá muchos más casos como este, en los centros de salud, sobre todo en el medio rural. A esta insuficiencia debemos agregarle la falta de medicamentos, materiales de curación, como de manera frecuente nos enteramos por los periódicos que sucede en el Hospital General de Acapulco. Y aunque no nos enteramos pasa lo mismo en el resto de la entidad.

De la inseguridad pública para qué hablamos, si la mayoría de los ciudadanos la hemos sufrido en carne propia.

Ante esta situación, los guerrerenses debemos reflexionar y actuar de manera más firme y certera, ya que los priístas, con el Ejecutivo estatal al frente, están haciendo todo lo necesario para que las elecciones locales del próximo otoño sean ganadas por ellos y sigamos padeciendo esta ignominia en la cual hemos estado inmersos por muchos años.

Si queremos revertir este ambiente de atraso y de ignorancia en el cual vivimos, debemos pensar en las estrategias electorales que ayuden a modificar esta situación. Una acción que está a nuestro alcance es formar una amplia coalición opositora que nos permita contar con una mayoría de legisladores en el Congreso local al servicio de la sociedad que haga contrapeso al gobernador y, lo más importante, que realice una efectiva fiscalización del ejercicio del gasto público para que el dinero de todos no le siga sirviendo a la elite estatal priísta y pueda conservar el poder y beneficiarse de éste como lamentablemente sucede ahora.

Estamos a tiempo para tener una coalición legalmente reconocida por el Consejo Estatal Electoral, aunque este organismo, no tengo dudas, hará todo lo posible por impedirlo, usando todo tipo de argucias legaloides como lo hizo hace tres años. Es importante decir que debe ser una coalición formal para no afectar los intereses de los partidos políticos que la integren, pues cuando las coaliciones son de hecho, los partidos que no registran al candidato pierden prerrogativas económicas y presencia ante el electorado como le sucedió al Partido Acción Nacional cuando respaldó la candidatura de Zeferino Torreblanca, actual presidente municipal de Acapulco.

Si no queremos seguir perdiendo más el tiempo y continuar en el atraso en el estado de Guerrero, debemos hacer todo lo posible para que no siga gobernando el PRI. Debemos empezar por organizarnos y coaligarnos quienes queramos superar el rezago que padecemos. Ganar la mayoría de diputados locales y el mayor número de los 77 ayuntamientos en la futura elección de octubre es el primer paso  para lograrlo. Si no se consigue esto, más difícil será ganarle al PRI la gubernatura en el 2005.

Finalmente, aprovechemos que el gobernador Juárez se acaba de incorporar a la porra de la perra brava, para apoyar a nuestra selección nacional, que encabeza el gobernador Arturo Montiel, del vecino estado de México, quien también se fue al campeonato mundial de futbol Corea-Japón, 2002, para avanzar en los trabajos de integración de la coalición opositora priísta. Aunque con tanta fotografía en primera plana en nuestros periódicos locales, a lo mejor terminan por convencernos de que el gobernador Juárez  no fue al mundial de futbol, sino a buscar inversiones a China y Japón –aunque César Bajos ya nos dijo que también se va a Corea– para crear muchos empleos y salir de pobres (Carlos Barrios dixit).

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