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Alfredo Arcos Castro

Después de la alternancia ¿qué?

 La semana pasada el consejero presidente del Inistituto Federal Electoral (IFE), José Woldenber impartió una conferencia de prensa en la Universidad Americana de Acapulco, donde hizo algunos señalamientos interesantes con relación a la tradición democrática en nuestro país.

Afirmó que el cambio político en México se dio de abajo hacia arriba y de la periferia hacia el centro y en diversas etapas, de tal manera que tras perder el PRI la Presidencia de la República “no se perdió la confianza, parecía como si los mexicanos ya hubiésemos ensayado este tránsito, lo vimos con naturalidad”.

En su intervención definió con claridad cuáles fueron los logros que generó dicha transición; el paso de un partido hegemónico al pluralismo partidista; el acotamiento del poder presidencial; el tránsito de los poderes Judicial y Legislativo a una efectiva independencia y como colofón la existencia de una real competencia entre los partidos políticos.

En ese contexto, Woldenber indicó que la transición no significa el fin de la política y señaló que una vez que se ha logrado la alternancia política y se ha dado el cambio democrático por vía electoral, lo que queda por hacer es: fortalecer el Estado de derecho, las instituciones encargadas de impartir la justicia y resolver el gran problema en el país: la pobreza.

En su exposición dejó muy claro que el proceso electoral demostró ser la llave de la transición en México. Hoy en día hay un método eficaz para discutir los problemas del país desde la diversidad política y esta vía son los procesos electorales. También hizo un llamado a quienes han optado por otras vías. El IFE dijo es una puerta abierta a la participación de las diferentes expresiones de la sociedad y señaló que “los grupos que optaron por otras vías deben saber que existe una franja legal permanente para que puedan participar”. En efecto, a partir del 2000 la violencia, la fuerza, las balas, ya no tienen razón de ser, lo que cuenta son los votos libre, transparentes y honestos.

Con relación a lo que queda por hacer: fortalecimiento del Estado de derecho, la impartición de la justicia y el problema de la pobreza, no es tarea nada fácil, sobre todo porque somos un país que desde el siglo XVII (época colonial) se ha venido creando una cultura de rechazo a la ley, de impunidad y corrupción de la justicia. El problema de la pobreza ha sido una constante, gobiernos van gobiernos vienen y la pobreza cada vez se agudiza más.

El modelo imperante hoy en día no está interesado en resolver el problema, de ahí, que su solución está en veremos. No obstante, creo que Woldenber está en lo correcto, sin embargo, el problema es mucho más complejo de cómo parece. Sin duda, un Estado de derecho efectivo, una justicia eficaz y eficiente, son condiciones sine qua non para el buen funcionameinto de la democracia, sin ello, hay menos probabilidades de que la pobreza se supere.

Es urgente, que quienes hoy luchan por la democracia en nuestro país se aboquen de lleno a realizar esta tarea con el fin de lograr el mejoramiento de la vida de los mexicanos. La democracia no sólo consiste en lograr la alternancia por medio del voto, su finalidad es construir y fortalecer instituciones democráticas que permitan el avance y desarrollo del país.

 

* Este artículo debió publicarse el jueves pasado, como lo anunciamos en la primera plana de ese día. Por el error ofrecemos disculpas a los lectores y al autor.

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