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Carlos Pérez Aguirre

¿Nueva Constitución o nuevos gobernantes?

Panfletos, rumores, manifestaciones y manifiestos incubados por la intolerancia, las mentiras y sobre todo el odio, encaminados a justificar los crímenes cometidos y la permanencia en el poder de una camarilla, circulan y se escenifican en diversas localidades de la entidad, pero sobre todo en Chilpancingo, en contra de los estudiantes y de la escuela de Ayotzinapa. En una de estas “manifestaciones” según se reseñó en una nota periodística, un participante comentó casi convocando a quien quisiera escucharlo y tal vez seguirlo… rociémoslos de gasolina y prendámosles fuego (decía en su embrutecimiento moral)… ello, en contra de estudiantes que realizaban un performance de ese asesinato. Adicionalmente en panfletos distribuidos por manos anónimas y coincidentes con esa estrategia, se llama a tomar la ley por propia mano, en contra de los estudiantes.
Ese es el clima de manipulación retrógrada a que han conducido las autoridades en su estrategia por tergiversar los escenarios y hacer ver ante la sociedad como culpables a las víctimas, por que el Estado, –el gobierno aguirrista en este caso– tenía la obligación de dar respuestas pero no matar.
Teniendo como fondo esos lamentables acontecimientos, se desarrollan desde el gobierno estatal trabajos para estructurar un nuevo texto constitucional, texto que podrá ser de avanzada por que sabemos que en él trabajaron diversos especialistas, entre ellos Porfirio Muñoz Ledo –por cierto habría que apuntar que quien inició con los trabajos e ideas para dar forma a un nuevo texto constitucional fue, en su momento. Armando Chavarría.
Este documento que sería garantía de incorporación de planteamientos novedosos y democráticos, merma hoy dramáticamente sus objetivos ya que además de quererse utilizar como panfleto de difusión de cultura democrática de la cual, como se vio, carece el actual gobierno, es evidente que aunque se tenga una estructura y planteamientos jurídicos de primer nivel que incluso incorpore avances democráticos, este documento podría nacer muerto o por lo menos su letra no tendría correspondencia con la práctica de quien la está administrando, letra inservible por que aquellos encargados de hacerla cumplir son antidemocráticos por sistema.
Más aún, observamos que el vocero que se ha montado en esta reforma es el actual secretario de Gobierno que a su vez es uno de los principales involucrados y señalados de los sucesos del dia 12 de diciembre de 2011, y a quien por amistad y compromisos no se le ha pedido su renuncia. ¿Entonces cuál avance? ¿En dónde está la voluntad de cambio? ¿En dónde está la ruta de abandonar la demagogia y realmente construir una ruta de cara al pueblo y al movimiento ciudadano.
Para nadie será creíble, a menos de que se quiera simular, que por una parte se impulsa un nuevo y además necesario modelo constitucional, pero por la otra los operadores son los mismos retrógradas y represores antidemocráticos de siempre.
Es necesario enfatizar que Guerrero no requiere una reforma cosmética o demagógica, las trasformaciones democráticas que requiere la entidad deben ser congruentes con la práctica. Por tanto no es posible que aquel que está actualmente sometido a un juicio de responsabilidad y que maniobra para que los organismos bajo su cargo lo absuelvan, pueda desarrollar una investigación apegada a la realidad y a la verdadera justicia.
Titishando: Se comenta en los círculos políticos del centro del país que la licencia del gobernante guerrerense solo está esperando se cumpla el término de un año de su mandato.
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