Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Cuauhtémoc Sandoval Ramírez

California sin migrantes

 A todos los migrantes guerrerenses, en el Día Internacional del Migrante.

 Hace poco el cineasta mexicano Alfonso Arau produjo una película-ficción Un día sin mexicanos, en la que se describe una ciudad de Estados Unidos en la que desaparecen los mexicanos. Ese día no hay choferes que conduzcan los autobuses escolares y por lo tanto las escuelas no tienen clases, no hay cocineros ni meseros, ni obreros en las principales industrias, ni jornaleros que recojan las frutas y vegetales en los campos agrícolas, no hay trabajadores en el sector servicios, en una palabra, las ciudades se paralizan ante la ausencia de la mano de obra mexicana.

Inspirados en esa idea, el pasado viernes 12 de diciembre, que para los mexicanos es una fecha significativa por ser el día de la Virgen de Guadalupe, diversas organizaciones que defienden a nuestra comunidad en California, convocaron a un paro de migrantes, llamando a no concurrir a su jornada laboral, a no enviar a los niños a la escuela, a no abrir los establecimientos comerciales mexicanos, a no consumir en los restaurantes que no acataran el paro y a efectuar manifestaciones públicas a lo largo del espigado estado.

El tema básico era la demanda de otorgar licencias de manejar a los 2.5 millones de indocumentados que hoy no poseen ese importante documento oficial por carecer de papeles migratorios. La Asamblea Legislativa de California, en el fragor de la lucha por destituir al ex gobernador Gray Davis, aprobó la ley SB-60, la cual fue firmada por el Ejecutivo estatal el 5 de septiembre de 2003,  que iba a permitir otorgar las licencias de manejo a los indocumentados a partir del lo. de enero de 2004.

Sin embargo, todo cambió el 7 de octubre cuando triunfó la política antiinmigrante que permitió instalar en Sacramento a Arnold Schwarzenegger como nuevo gobernador de California. Los demócratas y el mismo senador Gil Cedillo se echaron para atrás y junto con Terminator derogaron la ley SB-60.

La licencia de manejar en EU no es un lujo, sino una necesidad del trabajador para ir a su trabajo, para llevar a su familia a la escuela, al hospital, de compras, en fin para la vida cotidiana de la gente. Si se le otorgaran licencias de manejar a nuestros trabajadores todos saldrían beneficiados: la seguridad en las carreteras californianas; las aseguradoras de autos; se atenuaría la histeria antiterrorista, ya que las autoridades sabrían perfectamente a quien se otorga este documento. Sin embargo han pesado más los argumentos racistas hoy predominantes en amplios círculos de ese estado, el más poblado de la Unión Americana.

Por invitación del Centro Azteca, que dirige el michoacano Miguel Araujo, que fue una de las organizaciones que convocaron a las movilizaciones del 12 de diciembre, estuve presente en el norte de California y en el área de la bahía de San Francisco.

Participé en marchas y mítines en San José, corazón del valle del Silicón, donde se han instalado empresas de alta tecnología, en Oakland al este de  la Bahía y en Santa Rosa, ubicado al norte de San Francisco. Pese al frío y la llovizna que nos acompañó sobre todo en Santa Rosa, miles de nuestros compatriotas salieron a las calles en movilizaciones pacíficas.

Quiero destacar este primer elemento, del carácter pacífico de las movilizaciones, ya que en años recientes, las protestas de la comunidad afroamericana son harto violentas como las que se dieron en Los Angeles  a fines de abril de 1992 por el caso de Rodney King. Otro elemento que se había pactado con las policías locales, de empezar a una hora y terminar a otra, se respetó puntualmente, así como los llamados a no dejar basura en los parques y calles en donde se desarrollaron las manifestaciones.

Había una gran proliferación de banderas mexicanas y de imágenes de la Virgen de Guadalupe. Este es un elemento que irrita a los sectores ultraderechistas y racistas en EU, por lo que siempre se ha recomendado que también portemos la bandera americana, como signo de respeto al país donde viven nuestros paisanos. Por cierto que en las librerías americanas circula profusamente el libro Mexifornia (Victor Davis Hanson. Encounter Books, San Francisco. 2003), que es una síntesis del pensamiento racista y antimexicano que hoy tiene un gran espacio en la vida política y social de California. Al final de mis intervenciones, junto con todos los vivas tradicionales también grité un viva por unas nuevas relaciones México-EU.

El saldo lo reflejaba ampliamente al día siguiente la prensa del norte de California. Por ejemplo el San Francisco Chronicle destacaba en su primera plana: boicot latino, amplio pero de poco impacto, donde se señalaban datos de la ausencia de niños en las escuelas, de los trabajadores mexicanos que no fueron a laborar y publicaban fotos de las marchas y plantones.

A los pocos días, todavía se estaban recabando datos alarmantes: más de un centenar de trabajadores despedidos, que rápidamente fueron asesorados por abogados, según me informaba telefónicamente Miguel Araujo quien también me señalaba el entusiasmo por la reunión de balance que hubo en Los Angeles el pasado domingo 14 de diciembre.

California es un estado fundamental para México. No sólo porque comparte una transitada frontera con el estado mexicano de Baja California Norte y cuyo cruce Tijuana-San Diego es considerada como la de mayor tránsito de mercancías y gente en el mundo, sino porque ahí viven 8.5 millones de población de origen mexicano (25 por ciento de 34 millones en toda California), así como 3.9 millones de migrantes recientes, que en estos momentos son víctimas de constantes violaciones a sus derechos humanos y laborales, contenidas en todo el plan de recortes sociales, sobre todo en educación y salud, que ha propuesto el gobernador Schwarzenegger, por lo que su defensa debe ser la prioridad número uno en la compleja relación bilateral México-EU.

Miscelánea

El próximo 30 de diciembre a las 10 horas, nos reuniremos como todos los años frente al monumento a los caídos de 1960, en la alameda Granados Maldonado de Chilpancingo. Convocan: los sobrevivientes y testigos de la matanza, Chucho Araujo, Jorge Vielma, Dr. Sandoval, Memo Sánchez Nava y todos nosotros.

Me han informado los paisanos que viven en Chicago que están esperando una anunciada visita del gobernador René Juárez, por lo que si se realiza y lleva propuestas concretas, me comprometo a felicitarlo. Como no tengo acceso al señor gobernador, le transmito la petición de que pronto se realice dicha visita.

Finalmente, Alfonso Arau nos ha prometido que para los primeros meses del 2004, se estrenará su película Zapata, con el galanazo Alejandro Fernandez de primer actor. Ojalá haya leído a John Womack Zapata y la Revolución Mexicana (Editorial Siglo XXI) y al maestro Friederich Katz quien publicó en editorial ERA su investigación de 15 años sobre la biografía de Pancho Villa. En ambos libros, que podrían leerse en estas vacaciones, se documenta la traición de los Figueroa a Emiliano Zapata. Desde entonces los padecemos.

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