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Carlos Pérez Aguirre

Los precandidatos y las elecciones por venir

Cada vez se pone más interesante el proceso electoral para renovar la gubernatura para el 2015 (si es que antes no renuncia por sus pifias, el actual gobernante). Diversos acontecimientos y reacomodos le están inyectado a ese proceso por venir, elementos inesperados que diversifican y potencializan en la definición de precandidaturas a personajes que no tenían antes ninguna relevancia.
Estos ingredientes y nuevas estrategias, fueron introducidas por las declaraciones y el destape –temporal y coyuntural– que realizó Andrés Manuel López Obrador en su reciente gira por algunos municipios de la entidad. Esos elementos con dinámicas novedosas fueron generados por el principal dirigente de la izquierda con la intención de desenmascarar a ese PRD chucho, que pretende a través de sus ramificaciones en la entidad imponer un candidato demagogo y sin principios para así terminar con los anhelos ciudadanos en sus expectativas de cambios verdaderos, que generen gobiernos honestos, eficientes y de compromiso ciudadano.
Solo la gran credibilidad de que goza López Obrador ha podido modificar radicalmente –ante una campaña, la de Ríos Piter financiada con cuantiosos recursos desde mucho tiempo atrás– el panorama político guerrerense.
Así, los diversos partidos marcados por los tiempos y movimientos que les ha impuesto López Obrador, realizan sus reacomodos y apuestas. Por el lado del priismo que hoy le apuesta a una gran división de la izquierda, se destapan los apetitos de los cacicazgos internos de ese partido, entre ellos evidentemente los candidatos del actual gobernador: Mario Moreno, alcalde de la capital del estado y quien de hecho estaba ya descartado por la evidente desatención y multiplicación de problemas en que tiene sumida a esa capital, sin embargo trata ahora de nueva cuenta de participar pretendiendo que los habitantes del estado olviden sus desatenciones. Cuauhtémoc Salgado, el abanderado figueroista es hasta hoy un desconocido en la entidad –algunos pocos lo ubican por su risible campaña del bigote absurdo y habrá que recordarlo también como colaborador menor de Emilio Chuayffet, operador irracional de la llamada reforma educativa, que tan lesiva está resultando hasta ahora al magisterio y no sabemos aún cuánto al alumnado.
En esta lista aparece también sempiterno candidato y miembro de la “nostra” familia gobernante o sea primo de Ángel, Manuel Añorve, quien tiene amnesia de los daños causados a Acapulco, aunque los acapulqueños no se olvidan de ello.
En esta disputa priista interna, aparece también Héctor Astudillo (un poco mas presentable) y Héctor Apreza, así como varias docenas mas de precandidatos dentro de los cuadros que actúan en la entidad.
Mención aparte merece, por supuesto, la nieta de Carlos Salinas, hija del exgobernador José Francisco Ruiz Massieu, Claudia Ruiz Massieu, que en una de esas puede ser impuesta por el dedo peñista desde el centro.
Por el desdibujado PAN se apunta ya Marcos Parra y al parecer se está apuntando hasta el mentor de Ríos Piter, en virtud de que a este ultimo se le cayó la candidatura. Me refiero al foxista, Florencio Salazar.
Pero es en la izquierda real y la izquierda fingida en donde se están generando los mayores reacomodos. Pero esto merece un artículo especial que dejo para la próxima semana por falta de espacio.
Titishando: El gobernador Ángel Aguirre exhibió de nueva cuenta su gran ligereza al declarar que los cuerpos encontrados en una fosa clandestina en el municipio de Zumpango, correspondían a individuos vinculados con el crimen organizado. Esa declaración la efectuó mucho antes de que la procuraduría comunicara que se estaban realizando los análisis para identificar los cuerpos. La aseveración del gobernante resume una actitud irresponsable por que descalifica sin investigación a las víctimas encontradas, pero además de ser el caso que correspondiesen a personas que cometieron algún ilícito, por la mínima legalidad que debe privar, se debieron realizar las identificaciones adecuadas y su debida entrega a los familiares de estos. De lo contrario el gobernante se pone en un peor nivel que los delincuentes, pues exonera a aquellos que realizaron esos crímenes, ¿o acaso se querrá encubrirlos?

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