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Rescata la Comverdad el cuerpo de un guerrillero muerto hace 40 años en la sierra de Coyuca de Benítez

*Era parte de un comando de la organización de Lucio Cabañas y murió en combate con el Ejército en la sierra entre Coyuca de Benítez y Atoyac el día en que rescataron a Rubén Figueroa Figueroa

*La tumba fue localizada por forenses de la  UNAM y de la Comisión de Derechos Humanos del DF

Rescatan el cuerpo de un guerrillero muerto en el cerro de las Clavellinas, Coyuca de Benítez, en 1974

*La tumba fue localizada por forenses de la UNAM y la CDHDF invitados por la Comverdad, siguiendo las indicaciones que dio Gregorio Vélez, quien cuando era niño vio el lugar donde la propietaria del predio, María Castañeda, prendía veladoras

Víctor Cardona Galindo

El Posquelite

Médicos forenses de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), invitados por la Comisión de la Verdad del estado de Guerrero (Comverdad), realizaron excavaciones en el cerro de Las Clavellinas, frente a la comunidad de El Posquelite, municipio de Coyuca de Benítez, donde rescataron restos del cadáver de un guerrillero muerto en un enfrentamiento con el Ejército la tarde del 8 de septiembre de 1974.
Ese día militares de la patrulla Martín y Vicente, pertenecientes a la fuerza de tarea Atoyac, comandadas por el teniente coronel Juan López Ortiz, rescataron en La Pascua a Rubén Figueroa Figueroa, candidato del PRI a la gubernatura, que tenía tres meses en poder de la guerrilla de Lucio Cabañas, por quien pedían 50 millones de pesos.
Después del combate, donde de acuerdo a la versión de la guerrilla únicamente murió Sixto Serafín Castro Sabás, los combatientes se desorganizaron y se dispersaron, por eso esa tarde un comando cabañista cayó en el filtro que tenía instalado entre El Posquelite y El Encinal una patrulla militar encabezada por el capitán Francisco Meza Castro.
El combate comenzó a las cuatro de la tarde. Los militares tuvieron que lanzar granadas a los guerrilleros que se parapetaban entre las piedras obligándolos a salir, y mientras sus compañeros rompían el cerco, dos caían abatidos peleando de frente contra el Ejército mexicano. Los cuerpos de los guerrilleros fueron sepultados por los campesinos de aquella pequeña comunidad de El Posquelite y por casi cuarenta años todo quedó en el olvido.
La búsqueda de los cadáveres de los dos guerrilleros comenzó el miércoles 12 de marzo de 2014, cuando personal de la Comverdad, encabezado por Nicomedes Fuentes García, se presentó en la comunidad, y con el apoyo de los pobladores localizaron a las 12:20 de ese día, en los terrenos de Verónica Galeana lo que al parecer era una tumba.
Según el testimonio de las personas mayores de la pequeña localidad enclavada en la parte media de la sierra, en los límites del municipio de Atoyac de Álvarez y Coyuca de Benítez, el guerrillero que fue sepultado aquel día en ese lugar era un joven que al morir vestía de mezclilla azul, traía únicamente un huarache, dos tazas: una de plástico y otra de aluminio, colgadas en la cintura y una morrala hasta la mitad de parque. Su cuerpo quedó de lado junto a su M-2.
Abajo del cerro de Las Clavellinas, en los terrenos de Jerónimo Chavelas Sánchez, se encuentra la otra tumba, pero no se ha localizado el sitio exacto porque el terreno se modificó con la apertura de la carretera. Ahí está sepultado otro guerrillero, quien de acuerdo a los testimonios de los campesinos era un hombre más viejo que tenía los dientes de platino.
“Este dio la batalla hasta el final a pesar de que ya tenía quebrada una mano”, dice un poblador que estuvo observando el combate desde su casa. El cuerpo de este guerrillero quedó tirado cerca del pueblo junto a un Fusil Ametrallador Ligero (FAL) y media morrala de parque a un lado. Vestía pantalón blanco, camisa rallada y tenis blancos nuevos.
La tumba de la cual hasta ayer en la tarde todavía se extraían restos humanos, fue localizada por Daniel Aguilar siguiendo las indicaciones que dio Gregorio Vélez, quien cuando era niño vio el lugar donde María Castañeda prendía veladoras a este guerrillero desconocido.
El comisario Cristino Hernández Lucas encontró los vidrios de las veladoras y se determinó que ese era el lugar donde se tendría que excavar.
Con esos indicios, el sábado 14 de junio por la mañana, los médicos forenses egresados del Instituto de Ciencias Forenses y Periciales de Puebla, Sergio Rivera Cruz, Inés Vázquez Díaz y David Velasco Calderón, que trabajan para la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y para la UNAM, comenzaron las excavaciones con todo rigor científico y a las 13:16 de la tarde encontraron un pequeño hueso de la mano. A las cuatro en punto se localizó el cráneo, antes habían aparecido un pedazo de tela, plástico y cera al parecer de veladora.
Ayer domingo 15, a las 8:50 se localizó una moneda de cobre de 50 centavos con la imagen de Cuauhtémoc, conocidas popularmente como tostón. Luego fueron saliendo más monedas, ahora de a peso.
Los médicos forenses aclararon que al comenzar a excavar encontraron un hoyo de tusa y por lo tanto, por la profundidad de la tumba, algunos animales pudieron llevarse parte del cuerpo, por eso podría no estar completo, porque pasaba el tiempo y únicamente se había localizado el cráneo.
Al lugar se presentó don Jerónimo Chavelas Sánchez, de 76 años quien explicó que dos guerrilleros cayeron esa tarde el 8 de septiembre de 1974. En la comunidad se desarrollaba una fiesta cuando se escucharon las descargas y se dio el combate que duró hasta el oscurecer.
Al día siguiente los soldados llamaron al comisario José Martínez para que identificara a los caídos, pero la autoridad de pueblo no los reconoció, entonces llevaron de Acapulco, en un helicóptero que aterrizó en la cima del cerro, a un prisionero que únicamente identificó al guerrillero caído cerca de la comunidad, del que dijo se llamaba Salomón Martínez y era de San Andrés, quien ya había estado prisionero pero al salir se reincorporó a la guerrilla.
Los cuerpos estuvieron toda la noche tirados y al presentarse los pobladores el Ejército no permitió que los llevaran al panteón y ordenaron que fueron sepultados en el mismo lugar donde cayeron abatidos, por eso los campesinos hicieron las tumbas a poca profundidad, abajito de donde estaban, luego rodaron los cuerpos y los taparon.
El señor Jerónimo Chavelas dijo que los dos caídos de ese día traían FAL y con una morrala hasta la mitad de parque. El capitán dijo “traían su bastimento, estos comían fierro, no comían tortillas”.
José Martínez, el primer comisario en aquél fatídico día 8 de septiembre, murió a los dos meses víctima de una rara enfermedad. El mero día de los difuntos de 1974 le pegó una calentura y convulsionaba. Se dijo en el pueblo que murió de espanto de muerto.
Desde aquel día, los habitantes de El Posquelite por dos meses vivieron sitiados y prisioneros en su propia comunidad, porque el Ejército no les permitía salir a ningún lado, pero además le gente tenía miedo que los desaparecieran. A los pocos meses los soldados detuvieron y torturaron a Germán Chavelas, quien quedó enfermo porque durante los golpes que recibió le lesionaron un nervio y no puede caminar bien.
La tumba excavada este fin de semana estaba frente a dos árboles de clavellina y un tepehuaje. Entre las raíces fuertes del tepehuaje estaba el cuerpo, hubo que usar machete para retirar las raíces. Habitantes de la comunidad ayudaron en la tarea, unos excavando, otros pasando la tierra al cernidor, ahí fueron apareciendo una a una hasta rebasar más de 30 evidencias, cuatro monedas, pedazos de mezclilla, un espejo, hoja de lata y huesos. El cráneo con agujeros, el fémur completo y una parte de la pelvis.
Ayer, ya entrada la tarde localizaron una tibia, un tarso y metatarso a un metro con cuatro centímetros de profundidad y seguían la búsqueda. Un fémur estaba a 97 centímetros, que por su consistencia denota que perteneció a un hombre alto y fuerte.
El sábado y el domingo fue de mucha actividad en lo alto del cerro de Las Clavellinas, al que hay que subir trabajosamente por una pronunciada pendiente.
Nicomedes Fuentes coordinaba toda la operación pendiente de todo, Pilar Noriega siempre al tanto del cernidor. Laurentino Santiago con su equipo de apicultor a momentos ahuyentaba, echando humo, a las abejas que tienen su colmena en las piedras de abajo, el humo también sirve para que se vayan los jejenes que abundan en ese bosque y no dejaban en paz a los miembros de la expedición.
Los campesinos Donaciano y José Luis paleaban hasta el cansancio. Amadeo, Isaí y Valeriano apoyaban en el cernidor, mientras Ramón y Uriel estaban de relevo. Todos coordinados por Cristino Hernández Lucas, comisario del lugar que también daba fe de lo que pasa.
Sara Escobar y Pablo Ramos, del canal 6 de julio grababan para un documental que realizan a petición de la Comverdad. Honorio, Arturo y Martín estaban al pendiente de las provisiones, la gente ha cooperado con la Comverdad como no lo hizo en su momento con la fiscalía especial a la que le tuvieron desconfianza.
El Posquelite está a hora y media de Coyuca de Benítez, está a unos cuatro kilómetros de La Pascua, lugar donde el Ejército rescató a Figueroa y a dos kilómetros de El Triángulo, lugar donde el guerrillero Genaro Vázquez Rojas fundó la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria.
El 1998 se abrió la carretera, antes hacían caminando hora y media a Cerro Prieto, municipio de Atoyac, una hora a los Nopales municipio de Coyuca de Benítez y cinco horas si querían bajar por Zacualpan.

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