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La vanidad femenina vista a través de un juego de espejos, el tema del cuento ganador

 Carlos F. Ortiz * El primer lugar del Concurso Nacional de Cuento José Agustín, José Abdón Flores comentó que su cuento Los isómeros, es una historia sobre la vanidad femenina, y por ese motivo el personaje es una mujer.“Tenía la idea que fuera una mujer la protagonista del cuento porque el texto trata de alguna manera el tema de la vanidad y muchas veces la vanidad es un paradigma, por eso el personaje se adaptó al cuento”, agregó.Comentó que el personaje del cuento es una química, lo que le facilitó trabajar con el modo de cómo se desenvuelve, “ya que sabía mas o menos cómo es una química, y porque me gusta la química y finalmente estudié para químico aunque no práctico mi carrera”.El ganador del concurso dijo que lo que más se le complicó fue la verisimilitud del lenguaje, de que las palabras que iba ocupando fueran las palabras que una mujer utilizaría en determinadas ocasiones, tratar de encontrar esas expresiones, esos momentos en el que una mujer habla de tal o cual manera.

“No es el primer personaje femenino que hago, de hecho en muchos de mis cuentos los personajes principales son mujeres, ya sean niñas o mujeres no muy adultas; por qué, es difícil contestarlo, no es nada personal tampoco, me atrae más el personaje femenino, me resulta atractivo”, agregó.José Abdón Flores comentó que el cuento Los isómeros es una analogía a grandes rasgos entre un concepto de la química orgánica que es la isomería y que en la vida real es el doble de alguien.“En la química orgánica algunas moléculas tienen un reflejo o un recíproco, eso es la isomería, es el reflejo especular de la molécula, lo que haría pensar que son idénticos en la vida molecular, pero no es así, ya que tienen una actividad isomérica que los hace intrínsicamente diferentes, físicamente son iguales pero sus propiedades químicas cambian”, añadió.Agregó que “El personaje del cuento se encuentra en la compañía para la que trabaja con una mujer físicamente muy parecida a ella, pero de actitud completamente distinta, mientras ella es una típica investigadora, que trabaja en un laboratorio y no cuida mucho su aspecto exterior, mientras que la otra mujer es totalmente lo contrario”.“Existe en la historia esta analogía de la isomería de las moléculas de la vida de esta mujer, que se fusionan por que ella está sintetizando justamente una molécula y a la vez que conoce a esta mujer su trabajo se hecha a perder porque lo hizo mal, ya que en vez de sacar la molécula correcta sacó el isómero, es ahí donde empieza a despreciar la vida por que las cosas no le salen como ella quisiera”, señaló.Comentó que por lo regular el proceso de crear le llega a partir de que tiene el título del cuento, “de ahí voy escribiendo el cuento sobre la marcha, tener el título me sirve como detonante, ya que muchas veces parto desde ahí”.“Al principio yo creí que estaba totalmente loco, ya que no era coherente hacer eso, pero después uno va leyendo como escriben otros escritores y así me di cuenta que no estaba del todo errado, por ejemplo Javier Marías admite que empieza a escribir sus novelas a partir del titulo” finalizó.

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