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Declaran los detenidos de la UPOEG; denuncian tortura para declararse culpables de secuestro

En unas 13 horas, policías ciudadanos de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), y una detenida con su hijo durante la aprehensión hicieron su declaración preparatoria ante el juzgado primero de lo penal, y denunciaron que fueron torturados por policías ministeriales para que se declararan responsables del delito de secuestro.
El juez Leoncio Molina Mercado informó que la defensa no había solicitado la ampliación del plazo constitucional de 72 horas, así que el próximo jueves se va determinar su situación legal, ya sea formal prisión, si hay suficientes elementos de prueba, o auto de libertad.
Precisó que había nueve acusados de secuestro agravado contra Romana Campos Vega, pero declinó competencia al Tribunal de Justicia para Adolescentes, en un de ellos, porque demostró tener menos de 18 años de edad.
Aclaró que el menor también será sometido a un juicio por secuestro en un proceso más ágil, con la diferencia de que en aquel sistema la máxima penalidad es de 5 años, mientras para los adultos, es de 40 a 60 años de prisión, en caso de que sean culpables.
El procedimiento comenzó alrededor de las 10:30 de la mañana y a las 10:40 de la noche aún no concluía, informó la defensa. El proceso consistió en la lectura del expediente amplio que integró el Ministerio Público, con los cargos y declaraciones de los agentes de la Policía Ministerial que participaron en la captura “en flagrancia”.
Después, a cada detenido se le leía la declaración ministerial para que la ratificara o la desconociera. En este caso, los detenidos denunciaron tortura y vejaciones para declararse culpables del delito de secuestro, o para cargar la responsabilidad en algunos de sus compañeros.
El juez aclaró que se tendrá que determinar si las declaraciones ante el Ministerio Público se rindieron bajo tortura, y si ese fue el caso, se les van a negar valor probatorio, pero continuará el proceso legal por el delito de secuestro.
Observó la diligencia personal de la Comisión de Defensa de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (Codehum), y durante un momento el presidente interino, Ramón Navarrete Magdaleno.
Además de los familiares, que solicitaron medidas de seguridad por escrito al juez, porque temen por su integridad dentro del penal, pues un día antes denunciaron en conferencia de prensa la detención de sus hermanos, nietos e hijos, a causa de la detención en el sistema de seguridad y justicia de la UPOEG, de una mujer que se dedicaba al cobro de cuotas en la zona.
Los familiares también solicitaron que se difundieron los rastros de tortura evidente en uno de los detenidos, Maximino Moreno, pero el juez advirtió que no había autorización del detenido.
En el expediente 137/2014-1 se detalló el secuestro, los diálogos de la negociación a través de celulares y las declaraciones a los agentes que mencionaron cómo fueron detenidos los inculpados y las armas que portaban.
Asimismo, los detenidos precisaron los métodos de tortura, que dirigió una mujer que sólo identificaron como una comandante.
El detenido, y comandante de la UPOEG en su comunidad, en Costa Chica, Miguel Ángel Mora, declaró que su par, Ernesto Gallardo Grande, lo llamó para pedirle que fuera a apoyar las acciones de seguridad en las comunidades de Chilpancigo, el 8 de junio.
Aclaró que su grupo de trabajo tenía labores en el campo, así que sólo iría él, y a partir del 9 de junio participó en retenes de revisión entre la localidad de Mazatlán y Palo Blanco.
Añadió que el 10 de junio, Maximino Moreno le dijo que había carros extraños en Mazatlán, principalmente taxis de Chilpancingo, y cuando llegaron a ver de qué se trataba fueron detenidos por los agentes ministeriales.
Detalló que luego de su detención, una comandante dirigió la tortura; primero sólo eran cachetadas, luego lo llevaron a un baño, donde le colocaron una bolsa de plástico para que dijera en cuántos secuestros había participado.
“La comandante me preguntó, cuántos secuestros había cometido”, le dijo “no te hagas pendejo, nosotros sabemos que fueron diez”. Luego ataron su cuerpo a una tabla para inmovilizarlo por completo, le pudieron una crema en el cuerpo que olía a Vaporub, le colocaron toallas íntimas en los ojos y en la boca antes de sumergirlo varias ocasiones en un tambo grande de agua, en medio de insultos, burlas y amenazas para que dijera lo que ellos querían.
También le decía que si señalaba a Chimino (Maximino Moreno), a él se iba a salvar.  En ese tenor continuó su declaración.
El abogado defensor señaló que sus defendidos fueron aprehendidos el viernes, alrededor de las 6 de la tarde, y retenidos hasta el domingo casi a la media noche, fuera del tiempo constitucional para ponerlos a diposición de un juez. (Lourdes Chávez / Chilpancingo).

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