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Apoya el general Gallardo la revisión del proceso para la libertad de Erika Zamora

* La masacre de El Charco, abuso de poder del Ejército, dice * Demanda la salida de las tropas de las comunidades indígenas

Zacarías Cervantes, corresponsal, Chilpancingo * El general del Ejército mexicano, José Francisco Gallardo Rodríguez, encarcelado por su lucha por la creación de un ombudsman militar, calificó de “abuso excesivo de poder” la masacre de El Charco, al visitar ayer a Erika Zamora Pardo, quien cumplió siete días en huelga de hambre en el penal de esta capital en demanda de “un juicio justo”. En entrevista antes de su ingreso al penal, el general Gallardo demandó, además, el retiro del Ejército de las comunidades indígenas. “No tiene por qué participar ahí porque rompe con todo el sistema comunitario y costumbres”, dijo. El militar recientemente liberado, se solidarizó con la lucha de Zamora Pardo quien fue detenida junto con 26 personas más, tras la masacre de 11 indígenas en la comunidad de El Charco municipio de Ayutla, el 7 de junio de 1998. De los detenidos, actualmente sólo continúan presos Erika en el penal de esta capital y Efrén Cortés Chávez en el penal de Puente Grande, Jalisco. “Vamos a apoyar a Erika Zamora para que salga libre, vamos a impulsar que se haga justicia, a revisar su expediente y que se consigne a los militares que provocaron este encarcelamiento en virtud de que hay hechos graves de violación a sus derechos humanos que están impunes y se pretende encubrir a través del encarcelamiento de Erika”, dijo Gallardo en entrevista previa a su ingreso al penal.

Para el militar, la masacre de El Charco “fue un abuso excesivo de poder” por parte del general Alfredo Oropeza Garnica, quien era comandante de la 27 Zona Militar, que abarca las costas y la sierra de Guerrero, encabezó la operación de las tropas el 6 y 7 de junio de 1998. Gallardo recordó que “curiosamente” esta persona (Oropeza Garnica) fue quien participó en su encarcelamiento. “Son criminales que tienen el poder, y lo tienen porque pertenecen a grupos de intereses muy fuertes en el Ejército”. Agregó que, incluso, la herida de Oropeza Garnica que dice que sufrió durante un enfrentamiento con el EPR en El Guanábano, en la sierra de Atoyac, el 27 de mayo de 1997, “él se la dio, lo conozco, es una persona turbia perversa, gris”. Agregó que este “abuso de poder” del Ejército en El Charco se pretende encubrir con un aparente enfrentamiento con un grupo de guerrilleros y en donde una de las víctimas principales es Erika Zamora”. El general brigadier del Ejército llegó al penal de esta capital a las 11 de la mañana acompañado por dos personas con quienes ingresó al reclusorio, así como con el dirigente del Frente de Organizaciones Democráticas del Estado de Guerrero (FODEG), Bertoldo Martínez Cruz, y el presidente de la Liga Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh), Adrián Ramírez López.

Antes, el ex jefe militar concedió una entrevista a los reporteros locales y corresponsales nacionales a quienes dijo que el Ejército mexicano debe cambiar porque así lo exige el pueblo, “no debe estar más al servicio de los caciques, de políticos o de partidos políticos”. Dijo también que para evitar más masacres como la de El Charco, el Ejército mexicano debe salir de estas comunidades indígenas porque, además, “rompe con todo sistema comunitario y costumbres” de estos pueblos. Opinó que el estado de Guerrero “ha sido flagelado por el Ejército; los problemas que tiene Guerrero no son asuntos que se deben resolver a través de la fuerza, sino a través de programas de carácter social. El asunto que vive Guerrero es de pobreza, de marginación y de abandono por parte de las autoridades estatales y federales”. El general defensor de los derechos humanos también dijo que se debe castigar a los militares responsables de la guerra sucia de los años setentas y ochentas. “Cervantes Aguirre y Acosta Chaparro deben ser castigados, Vicente Fox Quezada tiene la oportunidad en mano para hacer cumplir la ley”, dijo. Sin embargo en opinión del militar, la fiscalía especial que investiga estos hechos “no garantiza nada, pero hay que darle el beneficio de la duda, vamos a ver qué resultados da”.

Lo anterior a pesar de que señaló que esta fiscalía especial “nació viciada de origen, en virtud de que quien la creó, el procurador Rafael Macedo de la Concha, debe ser investigado porque durante su gestión como procurador de justicia militar formó grupos de paramilitares y se dieron las violaciones de derechos humanos más graves por parte del Ejército mexicano”. Después de la visita a Zamora Pardo en el penal, el general Gallardo ofreció una conferencia de prensa en donde descartó que la procesada sea integrante de algún grupo armado como la acusan las autoridades. Explicó: “Sus manos no son las de una persona que pueda agarrar un rifle largo, es una persona menudita, que lo único que tiene es lo que muchos quisiéramos tener: un carácter fuerte”, describió a la detenida. Gallardo demandó para Erika un juicio imparcial y advirtió que acudirá a las instancias internacionales para pedir que se revise su caso y sea puesta en libertad. Señaló asimismo que se requiere voluntad política del gobierno federal para una ley de amnistía que beneficie a los presos de conciencia y por motivos políticos, así como para castigar a quienes han cometido delitos de lesa humanidad.

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