Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jaime Castrejón Diez

Escándalos políticos

 Con las órdenes de aprehensión contra el ex director de Petróleos Mexicanos Rogelio Montemayor y alguno de sus funcionarios, se inicia una etapa de investigación sobre las actividades extralegales de las industrias paraestatales.

Hay prácticas que se aplicaron durante muchos años, haciendo el papel de caja chica, para financiar las campañas del Partido Revolucionario Institucional. Estas prácticas se desarrollaron durante la etapa en que se decía que el gobierno era el “sistema”. Esto se veía venir, no es algo tan nuevo que haya sorprendido, se hablaba mucho desde hace tiempo de la investigación y de las posible órdenes de aprehensión.

Pero es bueno reflexionar lo que esto significa por que Pemex ha sido punto de partida para cambios políticos importantes. Hay que recordar el famoso quinazo, es decir, el rompimiento del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari  con la cúpula gobernante del Sindicato Petrolero. En aquella ocasión se hizo un esfuerzo directo para culminar la liberación de un régimen político de compromisos de gobiernos anteriores, porque en la campaña de Salinas de Gortari el apoyo del Sindicato Petrolero había sido hacia Cuauhtémoc Cárdenas. Entonces se veía claramente que la ruptura era una forma de saldar cuentas, pero al mismo tiempo de romper por lo menos con parte de la cúpula sindical. Esto fue el inicio de un fortalecimiento del gobierno salinista y también motivó el incremento de su popularidad.

Si vemos con cuidado aquél caso, nos damos cuenta muy fácilmente que el fondo sindical que en aquella ocasión fue utilizado para la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas, situación inédita de que el sindicato diera su apoyo a quien se rebelaba ante “el sistema”. Su papel era ser una gran caja de apoyo político para, naturalmente, cobrar la factura a los nuevos gobiernos con el objeto de asegurar su hegemonía sindical.

Estamos nuevamente ante un gobierno que está en el primer tercio de su periodo y que ahora también se ve que el financiamiento de la campaña de Francisco Labastida Ochoa tuvo acceso a fondos importantes salidos del complejo sindical del complejo sindical de petroleros. Pero en esta ocasión se involucra también a la administración de Petróleos Mexicanos, se habla de una transferencia de fondos, que vía varias triangulaciones llegó, directamente parte a la campaña labastidista y parte a las cuentas personales de un líder petrolero.

Esto obliga también a que se investigue la cúpula sindical y su manejo de fondos aún cuando esto implique el que legisladores sean desaforados. Es también muy importante que se llegue a escarbar toda la trama política que implica sustraer dineros del erario público porque aún siendo una paraestatal se trata de un peculado y una opinión pública escéptica estará pendiente de cómo se concluye este asunto. Porque sabemos en los grandes fraudes casi siempre terminan con largos juicios, pero sin castigos reales a los que perpetraron.

Hubo un revire inicial cuando apenas se presumía que se llegaría a fondo en la investigación de Pemex y tanto legisladores como funcionarios del Partido Revolucionario Institucional empezaron a hablar de una  investigación a fondo de la campaña para obtener recursos para los amigos de Fox. En parte para por lo menos fintar una posible revancha de interponer este recurso para que no se llegara a fondo en el caso de Pemexgate. La decisión del Tribunal Federal Electoral de investigar a los “Amigos de Fox” abrió simultáneamente un Foxgate que puede ser un terremoto político más.

Precisamente en los últimos  años se había buscado un mecanismo para que ni el gobierno, utilizando fondos públicos, ni la iniciativa privada tratara de pagar compromisos para el futuro financiando las campañas políticas. Es por eso que en el IFE se crearon las prerrogativas, para que los partidos pudieran hacer sus funciones sin necesidad de involucrar o a la iniciativa privada o al gobierno de los financiamientos de los procesos partidarios.

Tal vez se requiera una revisión más formal del control de los financiamientos en los partidos políticos. Esto es importante para la vida política del país, pero también es importante para la salud mental de los mexicanos, es decir, que se cierren las puertas de la corrupción. Para ello es necesario que se investigue a fondo solamente el Pemexgate, sino muchos otros incluyendo a los Amigos de Fox y las contribuciones externas a los partidos políticos. Para que el periodo de transición termine construyendo un verdadero sistema institucional, se requiere de dar claridad a estos asuntos.

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