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Investigación a fondo, piden familiares de empleado del PRI muerto en “accidente”

* Puede ser un asesinato, dicen, y exponen datos

* Según la versión inicial, Apolinar González Palacios, murió a consecuencia de caer de cabeza desde un vehículo en movimiento el 2o de abril * Contradicciones, omisiones y desaparición de evidencias hacen dudar a los deudos

Zacarías Cervantes, corresponsal, Chilpancingo * Lo que al principio fue reportado como un accidente de tránsito, en el que resultó lesionado y después perdió la vida el secretario particular del secretario de Acción y Operación Política del PRI estatal, Rafael Encarnación Domínguez, hoy es motivo de dudas y los deudos pidieron ayer una investigación a fondo porque creen que puede tratarse de un asesinato.

Las notas periodísticas del 21 de abril –porque ahora no existe un reporte oficial de las dependencias que intervinieron para prestar auxilio médico al “accidentado”– dieron cuenta que el día anterior, el 20 abril, “una persona desconocida” del sexo masculino cayó de una camioneta en movimiento alrededor de las 11 de la noche sobre la avenida Alejandro Cervantes Delgado, en la colonia Morelos.

“Se cayó debido a que se encontraba en estado de ebriedad y se estrelló de cabeza contra el pavimento”, detalló el periódico Vértice.

Tres días después, perdida en las secciones policiacas de los diarios locales, fue publicada otra nota sobre el mismo caso. En ella se informa que la persona accidentada fue Apolinar González Palacios, y que perdió la vida el 24 de abril en las instalaciones del hospital Raymundo Abarca Alarcón, donde era atendido de la lesión que sufrió en la cabeza.

Ayer, a 19 días de ocurridos esos hechos, en conferencia de prensa, familiares de quien fuera secretario particular de Encarnación Domínguez –también aspirante a la diputación del PRI por el 15 distrito, con cabecera en esta capital– demandaron que se investiguen a fondo los hechos, porque dudan que haya sido un simple accidente en el que se lesionó Apolinar González y creen que puede tratarse de un asesinato.

La viuda de González Palacios, Epifania Cisneros Aguilar; su hija, Krimilda González Cisneros, y su hermana, Marcelina González Palacios, explicaron que acudieron a los medios porque en las dependencias a las que han acudido en busca de apoyo para que el caso se investigue les han cerrado las puertas, y porque es necesario que se conozca su versión.

Krimilda explica: “el día 20 de abril, mi padre salió para las oficinas del PRI aproximadamente a las 6:30 de la mañana, iba acompañado de mi hermano Jonathan; posteriormente salieron de ahí (de las oficinas del PRI) en compañía de Marcos, ignoro sus apellidos, quien iba como chofer en una camioneta blanca para cumplir una comisión en Taxco”.

La hija del occiso recuerda que su padre les dijo que iban a esa ciudad a recoger propaganda de Rafael Encarnación Domínguez y que regresaron a esta capital a las 6 y media de la tarde. Agregó que desde las oficinas del PRI les llamó por teléfono a esas horas y les informó que se trasladaría a la casa de su jefe, donde tendría una reunión.

“El día 21 de abril mi madre se enteró por medio de la señora Elsa que mi padre se encontraba en el hospital Raymundo Abarca, donde permaneció hospitalizado inconsciente hasta el día 24 de abril, cuando falleció”.

Agregó que al practicarle la autopsia, el médico forense “nos comentó que le parecía raro que el golpe que recibió mi padre fuera de una caída de un vehículo en circulación, pero que además no tenía ninguna otra lesión ni raspaduras que evidenciaran que se había caído”.

 

Las dudas

 

Los familiares de González Palacios no comprenden cómo es que la Cruz Roja y el personal del hospital Raymundo Abarca Alarcón reportaron al lesionado al Ministerio Público y a los periodistas de la fuente como “desconocido”, cuando en sus pertenencias, que les entregaron a ellos el 21 de abril, iba su credencial de elector y tarjetas de presentación, “como que se pretendió esconder su identidad para evitar el escándalo”, sospecha Krimilda.

Dijo que también cuando se presentó a las instalaciones de la Cruz Roja para pedir información de las condiciones en que fue levantado su padre, en un principio el personal de guardia negó que la institución prestó ese auxilio.

Pero la negativa no tardó mucho, porque el mismo día 21 en el periódico Vértice apareció una fotografía de un camillero con el logotipo de la Cruz Roja en la manga de la camisa. Eso hizo regresar a los familiares, y finalmente “una persona que se dijo comandante –explica Krimilda González– nos dijo que, efectivamente, ellos levantaron al lesionado, pero que desaparecieron los reportes del 20 y el 21 de abril, por lo que insistimos en la sospecha de que algo se nos está ocultando”.

Agregó que han acudido también con quien fue patrón de su padre, Encarnación Domínguez, quien sólo les informó que la noche del 20 de abril Apolinar González estuvo en su casa en una reunión, pero que aproximadamente a las 9 y media de la noche salió. La hija del difunto dijo que el dirigente priista se ha negado a informarles con quién salió su padre.

Explicó que al día siguiente de que su padre fue internado en el hospital, personal del Ministerio Público acudió para levantar el acta, pero como el lesionado estaba inconsciente no pudo declarar, y la averiguación previa quedó a medias.

Sin embargo tras su fallecimiento, los familiares se presentaron a la representación social con la intención de ampliar el acta para dejar asentado que pedían una investigación por sospechar de que se trató de un asesinato, pero el agente auxiliar de turno les dijo que eso sería después, que él los mandaría a llamar, hecho que aún no ocurre.

Los familiares recuerdan también que la noche que velaron a Apolinar González, el secretario de Acción y Operación Política, Encarnación Domínguez, acudió apenas un par de horas y se retiró, y ya no regresó al sepelio del día siguiente.

Durante la conferencia de prensa, la viuda, la hija y la hermana del difunto entregaron un documento a los representantes de los medios de comunicación, en el que dicen al gobernador que “se nos hace sospechoso que no haya ninguna investigación al respecto; no fue un acaudalado comerciante, como el señor (Javier) Ibáñez (Sandoval), pero sí era un ser humano”.

Piden a Juárez Cisneros y al procurador Jesús Ramírez una investigación a fondo, “y si realmente fue un accidente que se castigue a las personas responsables por omisión de auxilio, y si, por el contrario, fue un asesinato, de igual manera que se aplique todo el rigor de la ley a quien o quienes están involucrados”.

Denunciaron, asimismo, que el único apoyo que recibieron de la dirigencia del PRI fue “un adelanto” de cuatro quincenas de salario de Apolinar González para cubrir los gastos médicos cuando estaba recibiendo atención en el hospital Raymundo Abarca.

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