Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Vacío del gobierno de Calderón a Acosta Chaparro; ni una esquela por su muerte

Aun cuando desempeñó funciones de agente especial informal del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, no hubo ni una esquela de Los Pinos ni del gobierno federal por la muerte del general Mario Arturo Acosta Chaparro, quien fue asesinado el viernes pasado en la ciudad de México de tres disparos en la cabeza.
En los diarios de circulación nacional Reforma, El Universal, Milenio, Excélsior y  La Jornada, y locales como El Sur, Novedades, El Sol de Acapulco y La Jornada Guerrero del sábado y domingo pasados, no apareció ni una esquela en memoria del general brigadier Acosta Chaparro.
Aunque se sabía que Acosta Chaparro estuvo al servicio del gobierno federal “como contacto con jefes de distintos cárteles del narcotráfico a fin de negociar la entrega de supuestos delincuentes”, de acuerdo con la revista Proceso de esta semana.
Tampoco hubo esquela de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), cuyo titular Guillermo Galván Galván fue su compañero de generación del Colegio Militar.
El cambio de administración del gobierno federal de Vicente Fox a Felipe Calderón coincidió con el cambio en la situación jurídica de Acosta Chaparro, quien luego de estar preso desde agosto del 2000 acusado de vínculos con el narcotraficante Amado Carrillo Fuentes y haber sido condenado a 30 años de prisión, salió de la cárcel en junio de 2007 absuelto de los cargos y volvió a portar el uniforme de general en retiro con sus condecoraciones.
También bajo el amparo de Galván Galván, en abril de 2008 se organizó una ceremonia privada en la que el Ejército reconoció a 23 militares, 13 de ellos con 45 años de servicio, entre los que estaba Acosta Chaparro; se les llamó “un selecto grupo de generales que son fiel testimonio de una vida de patriotismo, lealtad, abnegación, dedicación y espíritu de servicio a México y sus instituciones”.
Acosta Chaparro fue asesinado la tarde viernes en la colonia Anáhuac del Distrito Federal, por un desconocido que le disparó en tres ocasiones y después huyó en una motocicleta.
Acosta Chaparro fue acusado por la fiscalía sobre delitos pòlíticos del pasado de la desaparición forzada de al menos 143 personas en Guerrero durante los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo, aunque una de sus víctimas, el ex guerrillero Octaviano Santiado Dinonicio, dice que pudo ser responsable de la desapariciòn de mil mexicanos.
También se le responsabiliza de que personalmente torturaba a los detenidos que eran llevados a una cárcel clandestina que se le ubicaba “atrás de la Coca”, donde se encuentra la Dirección de Tránsito y la Secretaría de Seguridad Pública municipal, y de haber ondenado “los vuelos de la muerte”, que consistían en arrojar al mar desde aeronaves a campesinos acusados de formar parte de la guerrilla de Lucio Cabañas. (Daniel Velázquez).

468 ad