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Aún no reparan las escuelas destruidas por Manuel hace nueve meses en Agua Hernández

Anarsis Pacheco Pólito

Agua Hernández

La comunidad de Agua Hernández no ha recuperado las instalaciones del jardín de niños ni de su primaria después de nueve meses de que el río las destruyera durante la tormenta tropical Manuel.
“Los niños de la comunidad toman clases en aulas improvisadas, porque nadie ha venido para reponerlas”, comentó Teodora Vargas Dircio.
Explicó que los niños que se encuentran en el terreno de los damnificados, en el punto conocido como Los Cimientos, refugiados desde casi un mes, toman clases en una pequeña aula colocada en la comunidad de Agua Hernández a dos horas de sus actuales casas.
“Aunque nos de miedo que vayan al pueblo solos, no hay de otra, deben de ir a la escuela, cuando se puede los llevamos”, comentó.
Explicó que debido a su nueva ubicación, los niños deben de caminar diariamente cuatro horas, dos de ida y otras dos de regreso, para que no falten a sus clases en la comunidad.
Señaló que desde hace nueve meses la comunidad no cuenta con jardín de niños, ni tampoco con la primaria, por lo que las familias decidieron construir pequeñas aulas de carrizal, ante la atención de los profesores que no dejaron su trabajo, a pesar de no contar con la escuela.
Calculó que son poco más de 15 niños del jardín de niños los que resultaron afectados, además de unos 45 de la primaria, que toman clases en aulas improvisadas en el pueblo del cual decidieron huir ante una nueva crecida de río.
Agregó que algunos profesores ayudan a los refugiados a llegar a la comunidad, para que no caminen tanto y lleguen cansados a tomar sus clases.
“A nosotros ya nos dijeron que el dinero lo tienen para construir, pero el problema es que no viene el presidente para que inicie la obra”, agregó.
Por su parte, la señora Rosalía Barrientos señaló que ella optó por dejar a sus hijos encargados con una tía que aún permanece en la comunidad, pero trata de ir cada semana para estar al tanto de sus dos hijos.
“Es muy difícil vivir así, pero la educación es necesaria para nuestros hijos, queremos que sepan leer y que se defiendan”, agregó.
Comentó que sus hijos se encuentran en una zona alta de la comunidad, donde el río no representa riesgo, aunque el temor es que cuando crezca el río no puedan pasar, ni los alimentos les lleguen, como fue durante la contingencia de septiembre del 2013.

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