Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Xavier Carreto A.

Alberto Mojica candidato del PRS.

Si usted creía que los tiempos en los cuales existían partidos políticos al servicio del gobierno estaban concluidos, deberá reconocer, no sin asombro, que no es cierto. Hoy este ejemplo sigue vigente en el estado de Guerrero y lo tenemos a la vista:  Una vez más los miembros del Partido de la Revolución del Sur (PRS) nos demuestran que están al servicio del gobierno del estado. La sociedad guerrerense tiene presente que los militantes y simpatizantes, no creo que haya muchos, de esta organización política le hacen el trabajo sucio al gobierno renejuarista.

Hagamos un recuento de eventos electorales recientes en la entidad, en los cuales el PRS ha venido haciendo este triste papel. Fue el partido que hizó coalición con el PRI para postular a René Juárez al gobierno del estado, en las elecciones del 7 de febrero de 1999. Es el mismo partido que impulso la candidatura de Proceso González Calleja, hace casi tres años para contender en contra del candidato de la coalición de facto PRD-PAN.PT PRT a la presidencia municipal de Acapulco, en los comicios que tuvieron lugar el 3 de octubre de 1999. Ahora tiene la encomienda de respaldar al diputado Alberto Mojica, el próximo 6 de octubre, ya que así lo dispuso su jefe y surtidor de apoyos; el gobernador Juárez, por supuesto, le atino usted, con recursos del erario público que, en una entidad tan limitada de los mismos como la nuestra, deberían tener un mejor destino.

Sería interesante conocer la opiniones de los legisladores  priístas Héctor Vicario, Manuel Añorve, entre otros, al respecto, quienes se muestra muy preocupados por el anuncio de los recientes ajustes al presupuesto federal que, en desde sus puntos de vista, afectarán los programas sociales en la entidad y pueden propiciar conflictos sociales.

El crear partidos políticos sátelites no es, por supuesto, una idea original de este gobierno estatal; es, más bien, una práctica que creíamos superada; que pensábamos había quedado atrás; que los tiempos del Partido Popular Socialista (PPS), del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM, entre los casos más conocidos, formaban parte del pasado. Sin embargo, con tristeza y preocupación, vemos que siguen formando parte de la realidad política guerrerense.

Si a esto le agregamos darle “mochaditas” a grupos inconformes para que no se manifiesten públicamente, como no los recordó el secretario Popoca, en los eventos políticos importantes entre los cuales destacan los Informes de Gobierno, no nos quedan dudas de que en Guerrero vivimos no solamente en el atraso educativo, social, cultural y económico, sino principalmente en el rezago político, por las prácticas prehistóricas que en este ámbito siguen realizando nuestros gobernantes. No hay lugar a dudas, si estos grupos radicales exigen mochaditas es porque ha habido gente en el gobierno estatal que así los tiene acostumbrados. Y más que hablar de mochadas, lo que exigen es el reparto del botín en que los priístas han convertido el erario público que debería servir para financiar el desarrollo de la entidad y no para beneficiar a los gobernantes, sus cuates y grupos radicales, quienes reclaman su parte, es verdad, no siempre con buenas maneras. Por cierto, es oportuno recordarlo, a la entrega del Tercer Informe de Gobierno no fueron invitados los diputados del PRD y del PAN, como la institucionalidad manda, pero si los cuates como el legislador perresista Demetrio Saldívar y, por supuesto, los exgobernadores Figueroa y Aguirre.

También, por otra parte, el licenciado Popoca nos dice que hay resentimiento de los partidos de oposición al PRI, en contra de su jefe por no haberse concretado la Reforma Electoral que impidió, según él, que los opositores tuvieran más huesitos, diputaciones plurinominales. Lo que no dice Popoca es que el gobernador, los diputados locales priístas y el mismo se oponen a todo cambio que les represente el riesgo de perder su mayoría calificada en el Congreso local y las principales presidencias municipales, en los futuros comicios locales.

Volviendo al apoyo que el PRS le ha brindado al diputado Alberto Mojica, éste les debe una buena explicación a los militantes perredistas y a quienes, de buena fe, le han considerado un aspirante serio a la alcaldía porteña, sobre este  respaldo que a sus aspiraciones le ofrecen los perresistas. El rumor de que Mojica es el candidato perredista de Casa Guerrero tiene una confirmación adicional con este hecho, pues antes ya se tenían pruebas de esto cuando el diputado local del quinto distrito fue nominado para presidir la mesa Directiva de la Quincuagésima Sexta Legislatura del Congreso local el pasado mes de diciembre. No se puede presidir el Congreso local, en una legislatura de mayoría calificada priísta, sin la anuencia del Jefe del Ejecutivo Estatal, a quienes, muy a nuestro pesar, los legisladores le piden permiso.

La maniobra del gobierno estatal por querer impulsar al diputado Mojica abanderado por el PRS a la presidencia municipal, una vez que se conozcan los resultados de la encuesta para definir la candidatura perredista, parece burda y contraria a los intereses del Partido de la Revolución Democrática por la pretensión que tiene para dividirlos, lo cual no es muy difícil, y confundir a los acapulqueños.

Me parece que es el momento de que los perredistas,  precandidatos incluidos, ante la maniobra descrita y el hostigamiento que ha sufrido su precandidato puntero, deben cerrar filas en torno a Alberto López Rosas, si no quieren poner en riesgo la posibilidad de seguir gobernando Acapulco.

 

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