Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Edgar Neri Quevedo

REGISTRO DE CONTRIBUYENTES

Perdamos muchos minutos en confrontaciones

Cuando un candidato emerge en la competencia electoral, no demora un instante para verse asediado por supuestos asesores de imagen, quienes le garantizan el triunfo en las urnas, siempre y cuando el inocente sujeto siga las instrucciones de quienes dicen conocer a fondo la lucha política, los intereses sociales y el manejo de los medios de comunicación. Ahora que ya existe un candidato designado por parte del Partido Revolucionario Institucional para ocupar la alcaldía del puerto de Acapulco durante el periodo 2002-2004, en la persona de Ernesto Rodríguez Escalona, los asesores han errado como nunca en el diseño, producción y difusión de un spot para televisión, que muestra la capacidad de éstos y la ingenuidad y confianza ciega de aquél. La primera frase del spot intenta ser contundente: “No podemos perder un minuto más en confrontaciones”. Seguramente para los asesores y quizá para el propio Ernesto Rodríguez Escalona la palabra “confrontaciones” suena como enfrentamiento o lucha; pero no, la palabra confrontaciones tiene un significado distinto.

Confrontación es sinónimo de comprobación, careo, comparación, identificación, verificación, e incluso tiene relación con la palabra congeniar. Por eso la idea expuesta de no perder un minuto más en confrontaciones es absurda, ridícula y fallida. Ojalá en nuestro estado se invirtieran muchos minutos en confrontaciones, sobre todo por parte de los candidatos. Así los ciudadanos podríamos comprobar sus declaraciones, verificar sus promesas y finalmente, congeniar con sus proyectos políticos.

Lamento que para los asesores del candidato priísta la palabra confrontaciones tenga un significado distinto. Habrá que comprarles un diccionario de inmediato.

Por otra parte, Ernesto Rodríguez Escalona fue muy cuestionado durante su anterior campaña electoral debido a que no contaba con un título académico. Incluso se aseguraba que sus estudios no iban más allá del segundo grado de secundaria. La verdad es que no es necesario un título académico para tener un correcto desempeño en el servicio público. Algunos que ostentan el grado académico de doctor han sido los principales culpables de las catástrofes nacionales.

El servicio público requiere elementos accesibles a cualquier individuo, que la educación formal no aporta: inteligencia, sentido común, organización, disciplina y honestidad, entre otros. No asistir a la escuela no es tan malo cuando se sustituye por una educación más contundente, la de los libros.

De esto podrían hablarnos grandes personajes como Bernard Shaw, quien aseguraba que su educación fue muy buena hasta que la interrumpió el colegio. La escuela de la vida, la educación informal, es definitivamente la más importante para un ciudadano. Por eso cuando observamos a Ernesto Rodríguez Escalona sentado en un restirador, observando planos, con una maqueta de una edificación atrás, la imagen resulta desgarradora. Pretendiendo ofrecer una imagen de preparación, de preocupación por la arquitectura acapulqueña, uno se pregunta: ¿qué hace?, ¿revisa planos, calcula estructuras?, ¿es ingeniero o arquitecto?Y lo peor es que para demostrarlo tiene una computadora portátil que teclea a la altura de la tecla return y los números, como si bastara oprimir dos botones para resolver los asuntos del puerto. En todo caso, ¿era necesario hacerlo frente a una cámara de televisión?, ¿con qué objeto? Hoy en día, muchos estudiantes utilizan de manera cotidiana equipo de cómputo, por lo que oprimir dos botoncitos no significan, en realidad, nada. Ni una imagen, ni una idea, ni un concepto, acaso la falta de cortesía al dirigir un mensaje a la sociedad y al tiempo distraerse en oprimir dos botones de la portátil que, hay que decirlo, es la peor de las imágenes que pudiera ofrecerse.

En algunas ocasiones he observado a un Ernesto Rodríguez Escalona sincero, deseoso de aprender y sacudirse la imagen de ignorante que los medios y los ciudadanos le adjudicaron en la campaña anterior. Tiene una virtud que sus amigos comentan y sus asesores ignoran: que es sencillo y buena persona. De ser cierto, ahí están dos elementos para destacar, además de otros que sin duda tendrá. Sin embargo, rodeado de tal vez los mismos asesores y de seguir así, Ernesto no podrá borrar esa impresión de la que tanto desea desprenderse. El caso es que el único candidato designado para la alcaldía del puerto, ya tiene un punto en contra y la batalla no ha iniciado.

Del otro lado, los precandidatos del Partido de la Revolución Democrática han fallado en sus spots, como Mojica, que propone construir puentes elevados para aliviar la enorme carga vehicular provocada por los urbaneros, los taxistas y los comerciantes ambulantes. ¿Por qué Mojica no asume el compromiso de retirar a los vendedores ambulantes, para apoyar el comercio establecido que sí paga impuestos y contribuye a la economía pública del puerto?, ¿por qué no se propone aplicar las sanciones para los taxistas que hacen base en lugares donde no está permitido?, ¿por qué no sancionar las graves faltas de los urbaneros?, tal vez porque estas medidas pueden resultar impopulares y provocar la animadversión de los ambulantes, los taxistas y los urbaneros; puede ser, pero son necesarias e ineludibles, eso sin duda.

Volviendo con el candidato del todavía tricolor, perder una elección no es malo, la vida continúa y ya sabemos que una gran mayoría de los electores vota sin razonar. Perder la oportunidad de mostrar nuestra capacidad sí es triste, y eso es lo que Ernesto debe tomar en cuenta. Hay que despedir asesores e invitar a personas más inteligentes. No es peligroso, la inteligencia se contagia venturosamente. Rodearse de torpes es una torpeza. Ojalá que Ernesto invierta muchos minutos en confrontaciones, que compare, verifique, compruebe, se caree con adversarios, que aproveche esta oportunidad para mostrar sus virtudes y no sus carencias.Y hay que suspender la transmisión del spot, por favor, qué pena con nuestros visitantes. Y contratar otros asesores, ya que los actuales desconocen incluso las palabras que emplean.

[email protected]

468 ad