Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Los milusos ganan el pan con el sudor de su frente… y sin tener trabajo fijo

* Plomeros, azulejeros, electricistas, carpinteros, pintores y albañiles diariamente ofrecen sus servicios

 Xavier Rosado * Así como en la ciudad de México se les encuentra recargados en la reja de la Catedral y de la Basílica de Guadalupe a la espera de alguna “chambita”, en Acapulco los milusos –desempleados que ofrecen sus servicios como carpinteros, albañiles, plomeros, electricistas, azulejeros y pintores–, desde hace más de 40 años hacen ronda y esperan a sus clientes en la esquina de las calles de Cuauhtémoc y Mina, en el centro de Acapulco.A la sombra del edifico Espinalillo diariamente estos personajes ven pasar las horas y la gente de esta transitada esquina, aunque pocos de ellos se acercan a contratarlos.“Somos como los bomberos, estamos beneficiando al pueblo porque ayudamos a que no se tire el agua, tapamos las fugas de gas y arreglamos los desperfectos en la electricidad para evitar incendios”, dijo Angel Gutiérrez Teresa, que fue escogido por sus compañeros para representar a este gremio.Es por eso que Angel Gutiérrez es delegado de Plomeros del Sindicato de Trabajadores de la Construcción de la Pintura y sus derivados y Comercio en General del Estado de Guerrero (en palabras de ellos es “el mero mero de los plomeros”).“El estar afiliado a este sindicato nos sirve para desfilar todos los años el primero de mayo”, contestó el delegado, “no tenemos prestaciones de ninguna especie, cuando se muere alguien, tenemos que hacer una coperachita entre todos para sacar aunque sea para el café”, expresó.Los milusos –o multichambas como también se les conoce– están capacitados para hacer trabajos elaborados, por lo que frecuentemente se los llevan los ingenieros y los arquitectos para que trabajen en obras en construcción. Por una jornada de este tipo pueden recibir hasta 800 pesos por semana.“Hay veces que vienen por nosotros pero no nos vamos con ellos porque siempre quieren abusar de nosotros como empleados, nos ofrecen una miseria de sueldo por trabajar ocho horas continuas, además hay veces que son tan gandallas que luego ni te pagan”, dijo el especialista en plomería. “Mejor preferimos quedarnos aquí, porque aunque ganemos menos, no nos jodemos toda la semana por un mísero sueldito”, explicó.

 “No somos chambones”

 Lázaro Vázquez es plomero, tiene dos hijos varones y una hija, vive en la Sabana y todos los días se traslada hasta el centro para trabajar.De su trabajo en una ferretería, aprendió el oficio que durante 26 años le ha proporcionado los medios para la manutención de su familia.Aquí en este portal, Lázaro se sienta todos los días en un banquito, al pie de una columna en la banqueta a esperar que caiga un cliente y se lo lleven a chambear. Trabaja desde las nueve de la mañana hasta las seis o siete de la noche, dependiendo del movimiento que se vea en la calle, aunque dice que casi siempre los clientes buenos llegan por la mañana.“Los de las ferreterías nos hacen grilla porque dicen  que somos chambones, que no hacemos bien nuestro trabajo, pero ¿ellos qué? ¿ya por el hecho de estar en un local significa que son mejores que nosotros? para nada, a las pruebas nos remitimos”, dijo Lázaro. “El problema es que los clientes no valoran nuestro trabajo. El sistema es ir a las casas o negocios, checar el desperfecto y de ahí hacemos nuestro presupuesto. No tenemos una tarifa fija, lo que sí es fijo es que la gente siempre nos regatea, se les hace caro por ejemplo, 150 pesos por cambiar un excusado, ¿entonces cuánto quieren pagar?”, se quejó el plomero.Agregó que sus servicios son más baratos que los que se anuncian en el directorio o están en las ferreterías, porque no tienen que pagar renta ni mantenimiento.“Impuestos sí pagamos, (muestra su talón de honorarios) si un cliente requiere factura se la damos, claro, no vamos a dar comprobante por un detallito de 40 pesos, ¡ya ni lo que cuesta hacer el recibo¡”.El representante de los plomeros dijo que en total son 150 trabajadores que se ubican en la vía pública para conseguir trabajo. También es posible encontrarlos en el interior del mercado de artesanías El Parián y en  la esquina de Mina con Velázquez de León.

 Precios para todos los bolsillos

 En la esquina hay un ambiente de camaradería; los milusos gritan, cabulean, comentan entre ellos el paso de alguna muchacha, saludan a mucha gente que pasa, pero no se detiene nadie a solicitar sus servicios.“Está difícil la cosa”, comenta el especialista en plomería, “¿cómo nos vamos a repartir 10 chambitas que salen todos los días entre 150 que somos? por eso pasan uno o dos días en que no sale nada. Todos nosotros tenemos que guardar para los días malos cuando resulta un jale atractivo”, hace cuentas Angel. Uno de estos “días buenos” podría ser un contrato para instalar un boiler y la tubería de agua caliente en una casa de interés social, por hacer este trabajo, un plomero puede ganar hasta dos mil pesos.Por pintar la misma casa cobrarían hasta tres mil pesos según los metros cuadrados y la altura de la vivienda. Los azulejeros, electricistas y albañiles también tienen su clientela, aunque para dar su presupuesto consideran todos los aspectos, incluso si la ubicación del inmueble a arreglar está cerca o lejos “qué tal si hay que pagar pasajes o comer por allá, eso nos quita ganancias”.Aunque parezca que son improvisados en su oficio, en realidad casi todos son profesionales en lo que hacen; su cartera de servicios incluye: instalaciones de gas, redes de agua potable y tomas domiciliarias y no faltan las reparaciones a detalle o menores como instalación o rehabilitación de lavabos caídos, fugas de agua, cambio de excusados, fregaderos, instalaciones de lavadoras, calentadores, regaderas, manivelas, tarjas, estufas, tanques, tinas, bombas y cisternas.En herramienta tienen invertidos unos dos mil pesos que gastaron en tarrajas, un soplete con un tanque de gas de cinco litros, llaves stilson de todas las medidas, perico, martillo, cincel, pinzas de presión, broca de golpe, taladro de medio caballo, desarmadores, arco de segueta, pasta, soldadura y cortatubos.Angel Gutiérrez vive en la colonia Miguel Alemán con sus padres a quienes no mantiene, pero sí ayuda. Comentó que el hierro fundido como material casi ha entrado en desuso, ahora es más común el PVC y el cobre.“Cuando vino el cobre, alcé las manos al cielo, porque es bien moldeable, cuando llegó el PVC las alcé más porque es más fácil trabajar”, finalizó el plomero.

468 ad