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A la familia y a la Codehum, negó la Procuraduría la detención de Adame

* En un hotel de Chilpancingo, Valentín Acevedo esperó 13 días para la ejecución del empresario Javier Ibáñez 

De la corresponsalía, Chilpancingo * Un día antes de que Julio Adame Trujillo fuera presentado por la Procuraduría de Justicia como copartícipe del asesinato del empresario Javier Ibáñez, fue buscado por sus familiares y el visitador de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero (Codehum) en los separos de la Policía Judicial del Estado.

“No aquí no está”, dijo un comandante a la señora Rocío Pérez Juárez, esposa de Adame Trujillo quien desde hace cinco años trabaja de taxista en la ruta Chilpancingo-Filo de Caballos, y según la Procuraduría de Justicia fue el conecte para la compra del rifle AK-47 que utilizó Valentín Acevedo Ocampo para asesinar al empresario Javier Ibáñez Sandoval, la mañana del lunes 11 de marzo en la avenida Lázaro Cárdenas.

Relató la esposa de Julio Adame Trujillo que su cónyuge fue detenido en forma ilegal por más de 30 agentes judiciales fuertemente armados cuando se encontraba en su centro de trabajo en el estacionamiento de los taxis que cubren la ruta hacia el poblado de Filo de Caballos, en la sierra.

La noche de este martes, el visitador general de la Codehum, Hipólito Lugo Cortés, acompañó hasta los separos de la PJE a la esposa de Adame Trujillo.

Ayer miércoles el encargado de la Procuraduría de Justicia, Miguel Barreto Sedeño, daba a conocer los nombres de los cuatro presuntos asesinos de Ibáñez, pero mientras, la señora Rocío Pérez se encontraba en el Juzgado de Primera Instancia del Ramo Penal para interponer un recurso de presentación de personas.

“Por favor, nada de preguntas y que sean los fotógrafos y camarógrafos los que realicen su trabajo”, dijo en tono enérgico la jefa de prensa de la Procuraduría, Guadalupe Hernández Rodríguez, quien condujo a los periodistas a los separos para que vieran a los cuatro presuntos asesinos.

Los cuatro presuntos integrantes de la banda del peligroso secuestrador Pedro Barragán González estaban parados en hilera, todos con la camisa desabrochada y con grandes ojeras como que no habían dormido varios días.

“¡A ver, quién es Valentín Acevedo!”, gritó con voz de policía un fotógrafo de nota roja. “Yo soy”, dijo con voz débil el presunto asesino de Ibáñez luego de que uno de los judiciales que estaba atrás de él le ordenó que contestara.

Afuera, el ex procurador de Justicia, Rigoberto Pano Arciniega, se abría paso entre los reporteros ¿Señor, va a regresar al Tribunal Superior de Justicia?

–No sé, esa cosa es impredecible, contestó y luego escoltado por seis agentes judiciales se trasladó al segundo piso del edificio para entregar formalmente sus oficinas a Barreto Sedeño, quien será el encargado de despacho de la Procuraduría mientras el Congreso local designa al nuevo procurador.

 

El presunto asesino material, militar retirado

 

Desde el 26 de febrero, el sargento retirado del Ejército Valentín Acevedo Ocampo se hospedó en el hotel Chula Vista, y allí durante 13 días planeó la ejecución del empresario Javier Ibáñez Sandoval a quien mató de seis tiros de AK-47 y al chofer, Raúl Díaz Salgado.

De 29 años de edad y originario del municipio de Cocula, Acevedo Ocampo está casado con la hermana de Pedro Barragán González, jefe de la banda de secuestradores más buscada en Guerrero y en otras entidades del país.

“Aquí se vino hospedar desde el 26 de febrero, era un tipo tranquilo que siempre se le veía hablar por un celular y varias veces lo vino a visitar una mujer en una camioneta”, señaló el administrador del hotel que está ubicado a seis cuadras del Palacio de Gobierno.

El sicario pagó el alquiler de la habitación hasta el 11 de marzo, se salió ese día por la mañana y, según el administrador, ya no regresó.

“Varias veces se cambiaba de habitación y cuando se registraba daba diversos nombres, y decía que hacía eso porque no quería que la mujer que lo iba a visitar supiera que estaba allí”, señala el administrador.

Recuerda que Acevedo Ocampo se registró con dos nombres distintos como el de Angel Adán Abarca o Carlos Adán Abarca.

Intoxicado de cocaína, el lunes 11 de marzo el sicario abandonó el cuarto del hotel donde se pagan 80 pesos, y portando un rifle AK-47 envuelto en una morrala alquiló un taxi que lo condujo al monumento Las Banderas para cumplir con el cometido de matar al empresario, según la versión de la PGJE.

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