Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Adiós María, ¡acuérdate de Acapulco…¡

Juan Carlos Moctezuma R. * La relación de María Félix con Acapulco fue breve pero intensa, justo como la que tuvo con la mayor parte de los hombres que conoció.De su amplia filmografía dentro del cine mexicano, 47 cintas, la diva sólo filmó una película en este puerto del Pacífico, Doña Diabla, cinta hecha en 1948 por Tito Davison y en la que interpreta a una mujer que tras sufrir un desengaño amoroso, decide vengarse de los hombres tratándolos de la peor manera, explotándolos y llevándolos a la ruina.Esa imagen de mujer fría y calculadora que mostró en esa cinta –y que para muchos formaba parte de la verdadera personalidad de la actriz–, quedó perfectamente retratada en algunos de los diálogos de Angela, su personaje en esa cinta:

-Un hombre: “pensé que no te acordabas de mí.”
María Félix: “¡Pero cómo no, hombre! De ti guardo un buen recuerdo y una magnífica residencia.”
Mucho más dura resulta en este diálogo:
-Otro hombre: “Estoy arruinado.”
María Félix: “El dinero no se detiene mucho tiempo en las manos de los imbéciles.”
No menos fría se muestra ante otro de sus pretendientes:
-Un hombre: “La vida sin ti, no vale nada.”
María Félix: “Pero la vida contigo, vale menos.”
Finalmente en un momento de reflexión de su personaje en Doña Diabla, murmura: “Acapulco, el mar inmenso y profundo, el yate… y todo por 50 pesos”.

 María y Agustín

 Acapulco también fue el romántico escenario en el que la actriz y Agustín Lara pasaron su viaje de bodas, tal y como lo recuerda ella misma en el segundo tomo de María Félix, todas mis guerras II, La Doña. , Editorial Clío, México, 1993.“De luna de miel fuimos a Acapulco, a un hotel que ya tiraron, El Papagayo. Eran unos búngalos de lujo enfrente de la playa de Hornos. Ahí me compuso María bonita, la canción que ahora me tocan en todas partes del mundo cuando llego a un restaurante o a un centro nocturno. Era un regalo para mí que al principio no quiso grabar, para no compartir nuestra intimidad con el público. En el primer aniversario de bodas me la llevó de serenata con Pedro Vargas y entonces lo convencí de que la incluyera en un disco. En plena luna de miel, Agustín tuvo un gesto de crueldad que para mí fue una señal de peligro. Estábamos en la playa junto a un montículo de arena del que salió una iguana verde. Agustín la vio y le tiro una pedrada. Le dije que no la matara, porque la iguana es uno de mis animales preferidos, pero él se puso en el papel de macho bromista y aplastó contra unas rocas al pobre animal. Nunca se lo perdoné. Sentí que el día menos pensado podía hacer lo mismo conmigo”.

 María Bonita  

Letra y música de Agustín Lara  

Acuérdate de Acapulco,
de aquellas noches,
María bonita, María del alma;
acuérdate que en la playa,
con tus manitas las estrellitas
las enjugabas.  

Tu cuerpo, del mar juguete, nave al garete,
venían las olas, lo columpiaban,
y mientras yo te miraba,
lo digo con sentimiento,
mi pensamiento me traicionaba.

Te dije muchas palabras, de esas bonitas,
con que se arrullan los corazones
pidiendo que me quisieras,
que convirtieras
en realidad mis ilusiones.
La luna que nos miraba
ya hacía ratito
se hizo un poquito desentendida,
y cuando la vi escondida
me arrodillé pa’ besarte
y así siempre entregarte toda mi vida.
Amores habrás tenido, muchos amores.
María Bonita, María del alma;
como el que hiciste que en mi brotara.
Lo traigo lleno de flores
como una ofrenda
para dejarla bajo sus plantas
y júrame que no me mientes,
porque te sientes idolatrada.

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