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Jaime Castrejón Diez

La nueva geopolítica

 En la revista The economist del 23 de marzo se publicó un artículo muy interesante de Joseph Nye, el decano de The John F. Kennedy School of Government. El artículo sobre la situación mundial sugiere dos ideas, por demás interesantes, una sobre el análisis geopolítico en tres niveles diferentes y la otra sobre el papel del terrorismo o de la guerrilla en los equilibrios geopolíticos.

En la primera idea considera que es desceptivo que la hegemonía militar es el único factor que determina la preponderancia de un país sobre el resto del mundo. Es claro que el poderío militar lo tienen sin disputa los Estados Unidos. Es cierto que militarmente es la única potencia, lo que en este respecto nos pone en un mundo unipolar. Si solamente nos quedáramos en este nivel de análisis, llegaríamos a la misma conclusión de Fukuyama, de que llegamos al fin de la historia, porque el poder real establecería su propio sistema político. Sin embargo, hay otros factores que se deben considerar.

El segundo nivel del tablero dice Nye es el aspecto económico, en el que también hay predominio de los Estados Unidos, pero en este aspecto no están solos, ahí juegan también otros intereses. Es cierto que ahí también predominan los Estados Unidos porque tienen el 31 por ciento del producto mundial, pero ese estatus depende de que las reglas y las circunstancias no cambien drásticamente.

En este nivel tiene fuerte competencia, Japón, la Unión Europea y en un futuro cercano China tendrán un fuerte papel en la vida económica mundial. Aun cuando Japón se encuentra temporalmente deprimido y China no está todavía al máximo de su potencialidad, en poco tiempo como productores y como mercados, los asiáticos tendrán un papel central en este nivel. Por otro lado la Unión Europea que se creó precisamente para evitar ser economías subsidiarias y por ello representan un reto muy claro a la hegemonía norteamericana.

Aun con sus problemas actuales los países asiáticos tienen gran importancia, vistos como productores que como mercados. Si por razones políticas se aislaran los países asiáticos, se generaría una tremenda crisis económica mundial porque con la actual división del trabajo, muchos productos dejarían de producirse y al mismo tiempo esos mercados dejarían de operar para occidente.

La economía norteamericana es muy vulnerable en materia de energéticos. Lo estamos viendo con el éxodo de industrias de California a otros lugares por las limitaciones de electricidad. Gran parte de su producción eléctrica depende del petróleo y más aún su sistema de transporte.

El país que más consume hidrocarburos son los Estados Unidos y solamente produce el 3 ó 4 por ciento de sus necesidades. De ahí el debate que ya afloró entre conservacionistas y quienes consideran prioritario el lograr una independencia en el terreno energético.

Estos últimos han propuesto que se levante la prohibición de explotar los yacimientos que se encuentran en la reserva ecológica de Alaska. Aun cuando se sabe que esto no sería inmediato, Ralph Nader considera que aun perforando en la reserva, la producción no sería inmediata sino que tardaría por lo menos siete años en hacerse realidad.

El tercer nivel es el de relaciones internacionales que depende de aspectos culturales, además de los económicos. Este sería el nivel del “choque de las civilizaciones” de Huntington. Aquí es donde el poder norteamericano está encontrando fuertes resistencias. La aparición de una corriente antiglobal (los globalifóbicos), muestra ya obstáculos para continuar este movimiento, y hay que notar que el libre comercio es vital para los Estados Unidos y estos movimientos, aunado al problema político –religioso del Medio Oriente, representa un obstáculo más para mantener el equilibrio que pretende el gobierno norteamericano.

La proposición de Arabia Saudita agravaría el problema que ya confronta a los Estados Unidos, pues está de por medio el petróleo. La propuesta de Irak e Irán de un embargo petrolero lanzó el precio de petróleo hacia arriba, lo que  muestra lo sensible que es este tema para las naciones desarrolladas.

La otra idea que maneja Nye, que me parece muy interesante, es un concepto de la evolución de la privatización. Considera que en la carrera por quitarle al Estado la administración de muchos aspectos económicos hizo, aunque parezca absurdo, que también se privatizara la guerra, esto ha dado origen al terrorismo y a la guerrilla. Esto explica que una nueva realidad está dando una nueva orientación geopolítica.

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