Héctor Manuel Popoca Boone

Ceder para acceder al poder

 Aquí en Guerrero, cualquier precandidato de cualesquier partido político, aspirante a la gubernatura estatal, sabe que necesita de todos sus correligionarios, aliados y simpatizantes eventuales o permanentes para tener probabilidades de triunfo en los próximos y enconados comicios electorales. De ahí que requiera sumar y sumar desde esta etapa preliminar.

Hoy por hoy, lamentablemente para conseguir adeptos, se necesita ceder más que convencer. Conceder futuras posiciones gubernamentales, inclusiones en el usufructo del poder, comprometer canonjías o atenciones preferenciales, para los diversos grupos o personas con los cuales se requiere integrar la unidad. En otras palabras, el saber repartir el futuro pastel entre los que pueden contribuir a su horneada, garantizará las fidelidades efectivas, necesarias y requeridas.

El riesgo de este procedimiento, que es actualmente el más socorrido en política, es la resultante de toda una balumba inextricable de intereses, propósitos y compromisos disímbolos, que merma la posibilidad de integrar un equipo de gobierno compacto, que reditúe eficiencia y eficacia en el ejercicio público gubernamental. Muchas veces la conformación de equipos de gobierno de esta forma, deviene en una red amazacotada de grupos y personas que por actuar en función de sus intereses particulares se nulifican y paralizan entre sí.

Lo otro, tratar de arribar al poder sin conceder espacios, a expresiones políticas similares pero no semejantes, conlleva el riesgo de no concitar la fuerza y el número de votos requeridos para triunfar; y en el caso de lograrlo, deviene la presencia de un grupo en el poder autárquico, infatuado, pagado de sí mismo y por ende, engañosamente autosuficiente, frecuentemente soberbio y prepotente.

En este abanico de posibilidades, las alianzas y compromisos políticos serán más escabrosos, rayando en componendas inconfesables, en la medida que en la consecución del poder, predominen los intereses de grupos o personas y no las convicciones, principios ideológicos y programas de gobierno. Frente a esta antinomia, sería recomendable que prevaleciera la búsqueda del justo medio.

En efecto, hasta hoy se habla de aglutinamientos en torno a las figuras de determinados políticos. Los esfuerzos se concentran en aupar proyectos individuales. Poco se dice y se propone sobre el proyecto del estado de Guerrero al que se aspira arribar y encauzar el esfuerzo social.

A la fecha, muy limitadamente se hacen esbozos sobre el tipo y el estilo de administración gubernamental requerida para enfrentar los retos y desafíos, así como los rezagos e inequidades, acumulados históricamente.

Tal parece que es cosa baladí persuadir a posibles adherentes acerca de un proyecto estatal; importando más hacerlo en torno a un proyecto personal. En nuestro medio, por nuestro bajo nivel de educación política, el sumar políticamente implica más conceder que convencer. Qué me das a mí y a los míos, a cambio de nuestro apoyo y votos. Esa será la moneda política de curso corriente el próximo año.

Será interesante apreciar en los meses venideros, cómo se irán decantando las diversas precandidaturas al interior de los partidos políticos y qué concederán los candidatos finalistas a sus respectivos contendientes derrotados en los procesos internos de selección (las inevitables e imprescindibles operaciones cicatriz) para no llegar muy raspados, desunidos y disminuidos a la contienda final.

Por otro lado, no dejará de ser curioso conocer la amplia panoplia, modos y concesiones que habrán de realizarse para concertar imperiosas alianzas interpartidarias y con personalidades políticas relevantes que tengan atracción, clientela social y puedan sumar votos aún cuando sean agrupaciones y políticos proteicos.

No es ocioso enfatizar una vez más, que el pueblo de Guerrero merece que todos los actores políticos, señaladamente los partidos, sus militantes y candidatos den muestras fehacientes de civilidad, altura de miras, calidad en las propuestas; donde florezcan las ideas creativas y la oferta de programas de gobierno que rivalicen en lo qué es mejor para la superación y progreso de nuestro sufrido pueblo suriano.

 PD. Es necesario darnos tiempo en el des-tiempo que nos tocó vivir. Buscar la luz en medio de las tinieblas que nos rodean. Otorgarnos esperanza en la sin razón y barbarie circundante. Perseverar en preservar la dignidad ante la orfandad, en los hechos, de principios y valores. Felices y eternas navidades de buenaventura a todos los lectores de El Sur.