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Francisco Abarca Escamilla

Oposición, sin propuesta recaudatoria

 Las cosas se complican en la Cámara de Diputados. Después del rechazo a la iniciativa defendida por el Ejecutivo, en la que se pretendía gravar el consumo a los alimentos y medicinas, claramente se perciben dos corrientes de opinión entre los legisladores: por un lado, encabezados por la fracción del PAN, los partidarios de ya no hacer nada en materia de nuevos impuestos; y por el otro, la corriente opositora que sostiene todavía su intención de modificar el actual régimen fiscal.

La situación no es nada sencilla. Los panistas, atrincherados en la Comisión de Hacienda, y con una correlación favorable a sus propósitos, han expresado claramente su intención de elaborar un dictamen basándose únicamente en la iniciativa en materia de ingresos que fue presentada por parte del Ejecutivo federal desde el pasado 6 de noviembre. La fuerza de este grupo radica en que aún permanecen dentro de esta Comisión el grupo de diputados partidarios de la corriente de Elba Esther, hecho que prácticamente garantiza el predominio de los partidarios de no hacer nada.

¿Cuál sería el derrotero de tal actitud? En principio habrá que pensar en serias limitaciones en materia del ejercicio del gasto público, situación que desde ahora el propio gobierno se ha encargado de difundir, y que distintos gobernadores han empezado a resentir en la elaboración de sus presupuestos de egresos para el siguiente año. Las presiones, obviamente, están a la orden del día a los distintos legisladores.

Y por otro lado, la situación se complica, sobre todo si observamos el desarrollo de las reuniones de trabajo que llevan a cabo las distintas corrientes políticas opositoras. De hecho, aún no se cuenta con una propuesta definida que pudiera ser llevada al seno de la Comisión de Hacienda. Sin embargo, y no obstante el retraso, se cuenta con algunas ideas.

Veamos lo central. Las ideas van en tres direcciones: a) Revisar la consistencia de las estimaciones que la propia Secretaría de Hacienda elaboró, sobre todo en materia de los principales rubros impositivos: Impuesto Sobre la Renta, IVA y los impuestos especiales; b) algunas modificaciones en la aplicación de estos impuestos; c) la revisión de algunos supuestos en materia de precios del petróleo, y la posibilidad de modificar la meta de llegar a un déficit equivalente al 0.3 por ciento de la producción nacional.

Para el primer punto, se están apoyando en los estudios que realiza el Centro de Estudios de Finanzas Públicas, organismo de la misma Cámara de Diputados. De hecho la conclusión de estos especialista deja ver la posibilidad de que las estimaciones de la Secretaría de Hacienda estén subestimadas, en lo que se refiere a la captación. Por ahora la diferencia se estima en un monto cercano a los 50 mil millones de pesos. Nada menos, en lo que se refiere al Impuesto Sobre la Renta, los especialistas de los diputados sostienen que el monto subestimado es del orden de los 35 mil millones de pesos. De ahí que, en la reunión de ayer, se acordó con el subsecretario de Hacienda, Rubén Aguirre,  formar un grupo técnico de trabajo para revisar la metodología que sigue cada uno de ellos.

Y en el segundo punto, que de hecho sería el asunto a legislar, las modificaciones van, también, en  dos direcciones: 1) en materia de IVA, se pretende modificar la actuación de los distintos niveles de gobierno, sobre todo en lo que se refiere a las compras que realizan. Ahí la idea parte del supuesto de que la gran mayoría de los clientes y proveedores del gobierno incurren en evasión fiscal. Por ello, esperan modificar la leyes para que el propio gobierno pueda retener las dos terceras partes del IVA que eroga el propio gobierno. Las cuentas son por demás alegres. Creen que con este tipo de iniciativas, el gobierno federal podría recabar cerca de 40 a 45 mil millones de pesos.

Curiosamente, la comparecencia del responsable del Sistema de Administración Tributaria (SAT) hizo ver lo erróneo de tal apreciación. Ahí se hizo ver que la mayor parte de los proveedores del gobierno, sobre todo los que tienen que ver con la federación, son revisados minuciosamente, mediante cruces con las operaciones comerciales que realizan con sus clientes, para constatar el grado de cumplimiento de sus obligaciones fiscales. La conclusión fue que la evasión no está en ese segmento de empresas.

También se pretende que los gobiernos estatales y municipales cuenten con algunas atribuciones recaudatorias, sobre todo en las retenciones al pequeño comercio. Sin embargo, hasta ahora la fracción del PRI Chuayffet no ha expresado su postura sobre este particular.

En materia de ISR, la situación tampoco es sencilla, aunque con menos dificultades. En este impuesto la pretensión radica en aplicar tasa cero a todos aquellos ingresos que no sobrepasen la percepción de 75 mil pesos anuales. Y de ahí hasta 5 millones de pesos, la discusión va en el sentido de aplicar tasas del 25 por ciento, con algunas variantes, que indican la posibilidad de reducir el rango considerado, con algunas escalas. Por otro lado, también pretenden llevar adelante alguna simplificación para los pequeños contribuyentes. Punto en que por cierto tampoco existe consenso entre las diversas corrientes opositoras.

Y finalmente, en el tercer inciso, la discusión se centra en cuestiones que no necesariamente se tienen que legislar, como las estimaciones en materia de precios del petróleo y lo relativa al déficit gubernamental. Aquí lo que habría que definir son algunas reglas en el manejo de tales o cuales escenarios. Por ejemplo, si llegase a surgir algún excedente de recursos, en el evento de que la estimación del precio del crudo se comporte de manera favorable en los mercados internacionales.

En fin, el punto está en que aún no se cuenta con los consensos suficientes como para presentar lo que sería la propuesta alternativa en materia de recaudación. Lo más grave es que el tiempo se agota. Hasta hoy el plazo fatal para contar con una iniciativa de ingresos aprobada llegará a su fin el próximo 26 de diciembre. De no ser así, las cosas se pondrán color de hormiga, y podría ser que se impusiera la visión oficial. Habrá que caminar a marchas forzadas, si efectivamente se quiere dibujar un escenario más optimista para el próximo año.

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