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Pide el arzobispo castigo a los soldados que violaron a una indígena en Ayutla

* Aclara que no busca venganza, sino prevenir los delitos y una vida más segura y digna

Ossiel Pacheco * El arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco, pidió castigo para los militares que violaron a la indígena me’paa Inés Hernández Ortega en la comunidad de Barranca Tecuani, municipio de Ayutla de los Libres, “no como una venganza nuestra, sino para la prevención de los delitos y también para que vivamos de una forma más segura y digna”.

El prelado católico, entrevistado al término de la misa crismal del Martes Santo que ofició en la Catedral de Acapulco, dijo que las violaciones a mujeres por parte de efectivos del Ejército, “se han dado como una plaga” y lamentó que estas agresiones se den en contra de la gente más pobre y necesitada como son los campesinos e indígenas de Guerrero.

Antes del caso de Inés Hernández, que ocurrió el viernes 22 de marzo, el 16 de febrero fue violada por soldados del 41 Batallón de Infantería del Ejército la indígena Valentina Rosendo Cantú, en Barranca Bejuco, en la misma región me’paa, entre los municipios de Ayutla y Acatepec.

Emulando a Jesucristo en una frase asentada en el Evangelio, se refirió al caso: “Ay de aquél que escandalice a los más humildes, a los más desposeídos”, y consideró que esta agresión es un gravísimo mal, que tiene que ser castigado, “no como un acto de venganza nuestra, pero sí para la prevención de un delito y también para que vivamos de una forma más segura y digna”.

Aguirre Franco dijo que ante las constantes violaciones a los derechos humanos, la Arquidiócesis ha diseñado un plan pastoral para militares y que no sólo asume la defensa de los derechos humanos “como un desafío”, sino que es parte de los contenidos de la acción de pastoral social, que contienen las comisiones de Derechos Humanos, Penitenciaria, de Salud y la de Caritas.

Sin abundar en el plan pastoral para militares, sólo justificó diciendo que se trata de un sector para nuestro pueblo, “son parte del pueblo de Dios, son hermanos nuestros”.

–¿De qué manera van a evangelizar al Ejército?

–Estamos ofreciendo un servicio a todos, Dios nos libre con que digan que monseñor Aguirre va a cambiar a no sé quién. Es un servicio que presta la Iglesia a todos los hijos de Adán.

Recomienda diálogo con la Policía Comunitaria

Interrogado sobre la actuación de la Policía Comunitaria que opera en San Luis Acatlán, recomendó “un diálogo comprensivo” para que una y otra policía puedan subsistir, “una que es la oficial, y la otra que colabore de alguna manera, porque no puede haber dos gobiernos judiciales en un pueblo, cuando hay dos autoridades se divide el pueblo”.

E insistió en establecer un diálogo “comprensivo” para que cada comunidad tome una determinación, para ello, los ciudadanos deben de colaborar con la policía que oficialmente está puesta y auspiciada por los organismos oficiales, “no alcanzan ellos solos a prevenir y a cubrir en sus propias comunidades”.

Sobre los desafíos que enfrenta la Iglesia católica de Acapulco, indicó que es la ignorancia religiosa, “en un pueblo tan religioso como Guerrero que es el 89.19 por ciento que se profesa católico, pero necesitamos un conocimiento más a profundidad de nuestra fe, una vivencia más efectiva y un testimonio más luminoso, un compromiso de comunicar la fe”.

Asimismo dijo que la disgregación familiar es otro de los retos para la Iglesia local dado que no se puede promover el Evangelio sin una familia integrada y comprometida, “forjadora de valores y sea taller de grandes apóstoles”.

El prelado católico ofició la solemne misa en la catedral de Nuestra Señora de la Soledad, junto con el arzobispo emérito, Rafael Bello Ruiz, así como los 104 sacerdotes de esta demarcación eclesiástica que renovaron sus votos de castidad, y ratificaron su obediencia a la jerarquía de la Iglesia, mismos que antes de iniciar la celebración participaron en un retiro espiritual.

Miles de feligreses provenientes de las diferentes parroquias de Acapulco, Costa Grande y Costa Chica participaron en la celebración litúrgica, en la cual los prelados católicos bendijeron los Santos Oleos: de los enfermos y de los catecúmenos y el Santo Crisma, que es utilizado para el bautismo de los católicos.

Durante misa que cada año se realiza en Martes Santo, Aguirre Franco difundió el mensaje que el Papa Juan Pablo II envió a los presbíteros, que refirió sin mencionar al caso de sacerdotes pederastas en Estados Unidos: “nos sentimos en estos momentos personalmente conmovidos en lo más íntimo por los pecados de algunos hermanos nuestros que han traicionado la gracia recibida con la ordenación”.

Prosigue la carta: “Se provocan así escándalos graves, que llegan a crear un clima denso de sospechas sobre todos los demás sacerdotes beneméritos que ejercen su ministerio con honestidad y coherencia, y a veces con caridad heroica”.

El obispo de Roma, en nombre de la Iglesia expresa su propia solicitud por las víctimas y afirma que ésta se esfuerza por responder con justicia y verdad a cada situación penosa. “Todos nosotros, conscientes de la debilidad humana, pero confiando en el poder salvador de la gracia divina estamos llamados a abrazar el misterio de Cristo y a comprometernos aún más en la búsqueda de la santidad”.

Sobre el caso, el arzobispo Aguirre Franco indicó que son dolorosos los antitestimonios y los escándalos que se provocan por los pecados que se cometen por parte de los sacerdotes. “Nosotros como ministros sagrados estamos obligados a reparar los daños causados. Estamos hablando del hombre frágil, vulnerable, y pecador”.

“No estamos justificando lo que dolorosamente sucede, porque el pecado sea quien sea, es causa de la pasión y muerte de Jesucristo, más aun causante de todos los males que nos afligen a la humanidad, cómo sería el pecado en el mundo que Dios padre, castigó a su hijo por los pecados de todos nosotros”, expresó.

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