Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Alejandro Díaz Garay

La coyuntura político-electoral

 De tres, tres. El PRI, PAN y PRD son un ejemplo de lo que no debe pasar en un partido político: rupturas, divisionismos, fraudes, prácticas monocráticas, entre otros vicios.

Una simple lectura a la coyuntura política nacional refuerza lo anterior.

Encontramos un PRI que ha mantenido su capital a costa de conservar sus viejas formas para asegurar el triunfo en procesos electorales. Con Madrazo a la cabeza la compra de conciencias, la coptación de líderes de oposición, los gastos de campaña muy por encima del límite permisible, seguirán presentándose proceso tras proceso. La intención de crear el nuevo PRI sólo quedó en el membrete.

Un PAN donde muy a la anglosajona, una decena decide muy ad hoc con-ser-var a su líder nacional, a pesar de tener el mérito de haber perdido el mayor número de procesos desde el 2 de julio del 2000, fecha en que el blanquiazul alcanzó su votación máxima en toda su sexagenaria historia. Detrás de Luis Felipe Bravo Mena está la figura del retrógrada número uno, Diego Fernández de Cevallos, siempre tan soberbio como falto de sensibilidad de la problemática del país. Recuérdese su posición sobre el IVA en alimentos, medicinas y educación; por cierto, en este 2002 vienen con todo por la revancha.

El caso de las privatizaciones de la Comisión Federal de Electricidad y de Pemex no es un asunto menor; la estrategia desde Miguel de la Madrid hasta ahora con Vicente Fox es exactamente la misma; empezar a hablar de ineficiencia, improductividad, requerimiento de nuevas inversiones en el corto plazo y el Estado con las arcas vacías, bla, bla, bla. En este sentido, podemos afirmar que existe plena continuidad de los gobiernos priístas y el gobierno panista de Fox. Impulsan un modelo neoliberal que ha demostrado su rotundo fracaso en el mundo. Argentina es la primera llamada de la gran hecatombe, de la cual nuestro país no esta exento.

El PRD ha perdido fuerza notablemente desde aquel 1988 en que surgió vigoroso y como una verdadera alternativa. En su breve historia ha demostrado más ambición de poder que de servicio y es ya presa de intereses de grupo que, idéntico al PRI, cuando pierden arrebatan, al margen de la legalidad. En su reciente elección nacional se enfrentaron dos proyectos: uno más ético y moral, otro más pragmático y mezquino. Para fortuna de la institución predominó el primero debido a que se respetó la opinión de las mayorías; ahora Rosario Robles tiene ante sí la difícil tarea de rescatar “de lo perdido lo que aparezca”.

A nivel local no cantamos mal las rancheras.

En Acapulco el PRI continúa con su operación cicatriz. Con un candidato que buscó legitimarse a través de una encuesta, sabedor de su posicionamiento entre la militancia porteña. Contrataron a una empresa que trabaja para el tricolor a nivel nacional, multiplicando por cinco el costo real de su aplicación, como para elevar la credibilidad y seriedad de los resultados, dejando fuera a dos aspirantes con posibilidades: Miguel Mayrén y Luis Walton. El primero ha decidido alinearse no así parte de su base; el segundo de plano, en un arrebato de soberbia más que de dignidad, renuncia a su partido y decide participar bajo las siglas de Convergencia por la Democracia. Me comentaba un arquitecto en una charla de café que la imagen que le quieren dar a Higinio Ernesto realmente ofende al gremio.

En las pasadas elecciones para elegir dirigente en Acapulco y en Guerrero, los triunfos de Beatriz González y Martín Mora, respectivamente, no los han querido reconocer las corrientes perdedoras, principalmente los llamados felixistas que todavía dirigen el perredismo municipal y estatal, argumentando prácticas de las que necesariamente son corresponsables.

De la encuesta que Berumen habrá de aplicar en el mes de abril para designar al candidato del PRD en el puerto, se sabe que durará dos semanas el levantamiento, empezando después del día 8 una vez terminado el periodo vacacional. Resulta extraño que alarguen tanto la fecha: primero porque el PRI ya cerró filas y viene “por la revancha” (a juzgar por el comercial de Higinio Ernesto); segundo: quienes saben de encuestas coinciden que un día o máximo dos, son más que suficientes para levantar dos mil cuestionarios. El perjudicado aquí es el que va arriba en las preferencias electorales; los beneficiados son los que están bajos y esperan que ocurra un milagro el día de la medición.

Destaca el apoyo que ha recibido Carlos Alvarez, principalmente de la burocracia del propio ayuntamiento de Acapulco, en todos los sentidos. Su propaganda ya aparece por todos lados: automóviles, camiones urbanos, medios electrónicos, prensa escrita, postes y bardas. Por cierto, hasta María Antonieta Guzmán ha evidenciado su forma tan discrecional de operar su concepción de imagen urbana.

Finalmente, la renuncia de Celso Sánchez, en un momento tan crucial de su carrera política y no menos importante para el PAN, demuestra que hay serios problemas y sectarismo de grupos que aspiran a ser quienes controlen al blanquiazul en Acapulco.

Así las cosas. Aunque ahora podemos comentar abiertamente estas coyunturas nacionales y locales, lo cierto es que cada vez se ve más lejano el día en que algún partido, algún candidato, realmente represente los intereses ciudadanos y, principalmente, honre a su palabra predicando con el ejemplo.

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