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Militares en Barranca Tecuani, del grupo denunciado en Barranca Bejuco

* Los soldados del 41 Batallón de Infantería, estacionados en Yerbabuena tienen atemorizada a la población, afirman

Nelly Bello, enviada, Ayutla de los Libres * Desde hace ocho días, las tropas del 41 Batallón de Infantería llegaron a la comunidad Yerbabuena, en la región me’paa del municipio de Ayutla de los Libres, cerca de los límites con Acatepec.

Según recuerdan los indígenas venían de Ciénega del Sauce donde estuvieron más de una semana luego de su salida el 7 de marzo de sitios cercanos a Barranca Bejuco donde llevaban más de un mes y la indígena me’paa Valentina Rosendo presentó la primer denuncia de violación.

Antes del mediodía el jueves 7, cerca de 100 soldados se reunieron con sus jefes en el crucero de la brecha de terracería que sube de Ayutla de los Libres a la región me’paa por la que se llega a las comunidades indígenas de La Montaña como Barranca Tecuani, Barranca de Guadalupe y Ciénega del Sauce.

La salida militar se debió a la denuncia pública de Valentina Rosendo pues “temían” una agresión por parte de los campesinos. Sin embargo no fueron muy lejos de Barranca Tecuani y menos aún dejaron atrás sus intenciones.

El Batallón 41 fue identificado por los indígenas de Barranca Tecuani como el mismo grupo militar que violó a Inés Hernández el viernes por la tarde pues luego de los hechos se dirigieron a Yerbabuena.

El coordinador de la Organización Independiente de Pueblos Mixtecos y Tlapanecos, Arturo Campos Herrera, informó que los militares ni nadie ha informado a los indígenas la razón de la presencia de los efectivos pero se han acercado a ellos y hoscos han preguntado sobre encapuchados.

Dijo que los militares traen una lista con nombres de indígenas a los que acusan de pertenecer a grupos armados pero difunden la versión de que su presencia es para combatir la siembra de amapola y enervantes. “Dicen que están por eso pero vemos que en los retenes nos revisan exhaustivamente y piden identificaciones pero ellos no se identifican”.

Criticó la desinformación militar por lo que muchas veces los indígenas optan por no identificarse con ellos porque “como ciudadanos tenemos derecho a saber con quién tratamos”.

Pero no sólo ha habido violación a mujeres, también han atemorizado a hombres, mujeres y niños quienes prefieren permanecer encerrados en sus casas y evitar detenciones sin sustento.

El indígena me’paa Jesús García Soto denunció ayer ante el visitador general de la Codehum Hipólito Lugo Cortés que el sábado por la mañana cuando desayunaba un grupo de aproximadamente 20 militares a bordo de dos vehículos color verde olivo conocidos como Hummer, bajaron frente a su casa.

Por temor, no salió para preguntar la razón de su presencia pero se percató de que sin pedir permiso tomaron agua de la llave que tiene en su patio. Recordó que en el lugar dejaba su bomba aspersora que compró por 530 pesos y que utilizó pocas veces para fumigar su sembradío.

Cuando los militares se retiraron, salió pero la mochila ya no estaba.

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