Carlos Pérez Aguirre

¿Sí a la vida?

Una nota aparecida en diarios nacionales señala que en las dos pasadas décadas ocurrieron alrededor de 29 mil defunciones maternas en México, de las cuales el 7.3 por ciento (2 mil 109) fueron por abortos, y de éstas, 52 por ciento estuvieron relacionadas con interrupción insegura del embarazo. Así lo advirtió Raffaela Schiavon, directora de la organización Ipas México.
Indicó que de acuerdo con datos oficiales, de 2000 a 2012 un millón 327 mil 914 mujeres de 15 a 44 años fueron hospitalizadas por abortos en clínicas de la Secretaría de Salud, y de éstas, 56 mil 600 fueron internadas en nosocomios de Guerrero, entidad que ocupa el primer lugar de muertes por esta causa a escala nacional, seguida de Chiapas, estado de México, Oaxaca, Puebla y Veracruz. En ese mismo lapso, dijo, por cada cien mil mujeres hospitalizadas en Guerrero murieron 115, la tasa más elevada a nivel federal y casi tres veces más alta que el promedio nacional, que es de 45 muertes por cada cien mil. La mayoría de las hospitalizaciones han sido realizadas por abortos inseguros, y la tendencia va en aumento. Si bien vemos esto en todo el país, es particularmente pronunciado en Guerrero entre niñas de 10 a 14 años y adolescentes de 15 a 19 que son atendidas en hospitales, lo que demuestra que forman parte de un sector sin derechos a la salud.
Hasta aquí la información de medios. Los anteriores datos nos muestran un problema evidente de salud pública, en donde miles de mujeres mueren anualmente por la falta de atención médica y un manejo inadecuado de las secuelas de esta práctica, ello es resultante directo de estar penalizada la práctica del aborto.
Actualmente en Guerrero existe una controversia sobre la iniciativa para despenalizar el aborto, independientemente de que ha faltado una adecuada información y sensibilización de cara a la sociedad ante un tema tan necesario pero complicado.
Esta situación que han aprovechado los grupos mas retrasados –por cierto apoyados por el PRI que organizan hasta servicios religiosos dentro del recinto del congreso– estos grupos se amparan en una consigna que dice “Sí a la vida”, pero estos grupos deberían de revisar que la muerte de muchas mujeres es el costo de estar sosteniendo el estado actual de cosas respecto del aborto, por ello su eslogan mas bien se vuelve un “Sí a la muerte”. La sociedad debe reflexionar y visualizar que es una realidad que por diversas causas está sucediendo y conlleva la muerte de miles de mujeres, no por nada la ONU la sugiere como una necesidad para evitar muertes.
Ahora toca a los diputados actuar con toda responsabilidad y si existe duda en ellos, por que piensen que no existe consenso social, entonces deberán motivar e invitar a la sociedad a debatir, y sobre todo, informar mediante los medios de difusión sobre los motivos tangibles que hace necesario aprobar esta ley.
La realidad esta ahí, cambien ya esa ley sacada de las mazmorras de la inquisición. Titishando: Por cierto en un Estado laico en donde se pregona que la educación es laica, resulta sorprendente que en la estación de radio XEUAG de la UAG se difundan segmentos completos de programación a cargo de sectas religiosas. Se vuelve a mover las aguas para tratar de imponer el proyecto hidroeléctrico de La Parota. La reforma energética y la detención absurda de Marco Antonio Suástegui así lo anuncian, pero evidentemente será sumamente complicado.

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