Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Arturo Solís Heredia

CANAL PRIVADO

* A quien corresponda

Señores candidatos a la alcaldía de Chilpancingo:
Dicen que la democracia es el gobierno del pueblo. Eso dicen los diccionarios, las enciclopedias, los teóricos, los académicos y la clase política de todas las sociedades que se dicen democráticas… incluida la nuestra.
Entonces, si todos lo dicen, ha de ser verdad. Y si la verdad es que en nuestra democracia gobierna el pueblo, habrá que creer en ella y actuar en consecuencia.
Claro, del dicho al hecho hay un larguísimo trecho. Ta’ bien difícil, estoy de acuerdo, pa’ los que gobiernan de facto y pa’l pueblo que los elige. Primero, porque a aquellos les gusta gobernar como si la única orden del pueblo fuera el voto; y segundo, porque este se deja gobernar sin decirles cómo quiere que gobiernen.
Considerando lo primero y lo segundo, me atrevo entonces a ejercer la verdad, diciéndoles lo que debería hacer el candidato que resulte electo alcalde de Chilpancingo. Ya lo sé, no soy el pueblo, apenas uno de sus integrantes. De hecho, me daría penilla, como a muchos de sus colegas no les da, hablar “a nombre del pueblo” o “en nombre de los chilpancingueños”. Pero sé que muchos de este pueblo piensan como yo y quieren lo mismo que yo.
No se hagan bolas con frases, discursos y promesas de campaña. No inventen proyectos novedosos ni presenten nuevas ideas, al menos no, hasta que demuestren que escuchan, atienden y obedecen la voz de los que mandan.
En Chilpancingo, como en muchos municipios, las tareas son claras y concretas.
Necesito que todos ustedes presenten su proyecto para resolver el problema del agua. Proyecto, no enunciados retóricos. Qué, cómo, cuándo, dónde, de dónde y con qué resolverían el problema. Lo mismo necesito que presenten, para resolver los problemas de basura, saneamiento básico, transporte público, seguridad y planeación urbana.
Nada más, pero nada menos.
Luego, me gustaría que debatieran sus proyectos entre ustedes, de manera pública, sometidos a la crítica y a los cuestionamientos de la prensa y la sociedad.
De ser posible, les agradecería que articularan sus proyectos en un plan integral para definir, controlar y organizar el crecimiento de la ciudad, buscando elevar la calidad de vida, la armonía y el sentido comunitario de sus habitantes. Al que lo haga, le prometo mi voto.
No quiero parecer imprudente ni ladino, mucho menos grosero o insolente, pero soy uno de los del pueblo, y en una democracia de verdad, el pueblo es el que manda a su gobierno.

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